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Friday, February 28, 2014

El filósofo del metro dice:

Las leyes de la física
si mienten: no todo lo
que sube tiene que bajar

Otra vez los mexicanos
somos víctimas de la agflación

Roberto Fuentes Vivar*

Nuevamente los mexicanos estamos siendo afectados de manera directa en el bolsillo por la agflación, es decir el aumento de precios de los productos agropecuarios. En días recientes se ha propiciado una situación de escándalo porque el precio del limón se ubica hasta en 60 pesos por kilogramo, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información de Mercados.


Pero no sólo es el limón: la tortilla, según este mismo sistema se ubica hasta en 15 pesos con 40 centavos el kilo, el litro de leche en 16 pesos (aunque en los supermercados se encuentra hasta en 30 pesos dependiendo de la calidad del producto). El aguacate en precio de venta al público no baja de 50 pesos, el jitomate de 40 y la distorsión de precios llega a tal grado que el sistema de información de mercados coloca un kilo de pepino en seis pesos. Personalmente ayer compré un solo pepino en 20 pesos.

La situación es nuevamente de extrema emergencia porque afecta directamente a las familias más desprotegidas que muchas veces tienen que pagar sobreprecios por los productos que adquieren.

La situación no es nueva. El año pasado, según las cifras oficiales del INEGI, la inflación fue de 3.97 por ciento. Sin embargo, en el rubro de productos agropecuarios, el aumento de precios fue de casi el doble, es decir 7.84 por ciento y en frutas y verduras fue del triple pues la carestía llegó a 13.89 por ciento.

Con estas cifras México se ubica entre los países con mayor agflación del mundo, muy superior a la de las naciones que integran la OCDE y desde luego el doble o triple de la inflación agropecuaria que sufren los dos principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá.

Nada más en una semana, el precio de algunos chiles subió 30 por ciento, el de la calabaza 30 por ciento y el del melón 35 por ciento, según los datos oficiales de la Secretaría de Economía.

¿Qué está pasando con estos productos que han encarecido en días recientes? Veamos el caso del limón. Es cierto que los limoneros están afectados por una plaga principalmente en el estado de Michoacán y en mucho menor medida en Colima.

Sin embargo, hasta hace unas semanas, antes de que se diera a conocer la plaga, los productores recibían sólo entre cuatro y cinco pesos por el kilo de limón, el mismo que hoy se vende a 60 pesos el kilo. En casi todos los productos sucede lo mismo al campesino se le paga alrededor del 10 por ciento del valor de un producto en el mercado.

Sin embargo también hay otro fenómeno que interviene en los altos precios de los productos agropecuarios. Dos de los principales estados productores de alimentos del país, Michoacán y Sinaloa, están afectados desde hace tiempo por la inseguridad.

En el caso de Michoacán, desde hace un mes se encuentra prácticamente sitiado por fuerzas federales y muchos cultivos no han podido levantarse precisamente por la situación de inseguridad que se vive en la entidad.

En el caso de Sinaloa, hace unos días fue detenido ahí Joaquín Guzmán Loera El Chapo y no sería extraño que muchos de los grandes productores de alimentos estén huidos o trabajando a medias por su cercanía con el cártel de Sinaloa.

Lamentablemente, los que sufren por esta situación son los mexicanos que tienen que adquirir los alimentos a precios exorbitantes. Por ejemplo, el limón cuesta 95 por ciento de un salario mínimo diario. Con un salario mínimo se pueden adquirir sólo cuatro kilogramos de tortilla y no son pocos los mexicanos que tienen que sobrevivir con un salario mínimo, son más de seis millones. Como dice el filósofo del metro: Las leyes de la física si mienten. No todo lo que sube tiene que bajar.

*Comentario para Radio Educación/ 28 de febrero de 2014

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