El filósofo del metro dice:
En este día de las madres
la seguridad vale madres
El único negocio que
crece son los panteones
Roberto Fuentes Vivar*
A pesar de que Enrique Peña Nieto ha dado un cambio radical a la lucha contra el crimen organizado con relación a sus dos antecesores, la violencia no sólo continúa, sino que ha crecido y se ha convertido en el principal obstáculo para el crecimiento económica.
Es cierto que desde Los Pinos ya no salen –como sucedía con Felipe Calderón o Vicente Fox- de manera cotidiana comentarios acerca de la gravedad de la violencia en todo el territorio nacional, pero también es cierto que nada ha cambiado.
Al respecto vale la pena mencionar algunos datos que se dieron a conocer esta semana:
El Banco de México, en la encuesta que realiza mensualmente entre una treintena de casas de análisis económico, sitúa a la violencia como el principal obstáculo para el crecimiento económico. Mucho más que la reforma fiscal o que la debilidad económica interna.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer el informe del primer trimestre de 2014 sobre víctimas de homicidio, secuestro y extorsión, en el cual se revela que estos tres delitos van al alza con respecto a 2013, incluso con aumento de hasta 60 por ciento como es el caso del secuestro en Tamaulipas.
El INEGI en su encuesta sobre seguridad urbana, señala que en marzo de este año, 72.4 por ciento de la población adulta considera que vive en inseguridad. Esta cifra aumentó 4.4 puntos porcentuales con relación a septiembre del año pasado.
Incluso, esta semana también, Alejandro Desfassiaux, presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial y uno de los personajes que más conoce del tema envío un mensaje en el cual se indica textualmente: “en cada Administración, la Seguridad es uno de los principales temas de campaña, de compromiso y que encabeza la lista de prioridades. Sin embargo, en los 16 meses que llevamos de la actual, no ha habido avances que disminuyan notoriamente el índice delictivo o que aumenten la percepción en la comunidad de vivir en una sociedad segura”.
Este mensaje es uno de los más fuertes que he escuchado de la iniciativa privada sobre la inseguridad, más enfático incluso que los que se enviaban en las épocas de Vicente Fox o Felipe Calderón.
No es para menos, todos los días escuchamos un grito de la sociedad que indica “ya no aguanto más”. Así lo han hecho saber los habitantes de Morelos que iniciaron marchas por el asesinato de un catedrático de la universidad morelense.
Así lo señalan diversos sectores en Michoacán, a pesar de que el gobierno federal mantiene un enviado especial de Los Pinos en la entidad para acabar con la violencia.
Así lo gritan ciudadanos de Tamaulipas en donde además del secuestro la extorsión subió 56.6 por ciento y los homicidios culposos también repuntaron 21.42 por ciento en el primer trimestre del año según las cifras oficiales.
“No basta sólo una buena intención. Es necesario contar con las herramientas necesarias para lograr avances y romper la rutina de cambios continuos que no permiten una continuidad en los proyectos y por ello, la madurez de los mismos. Tan solo recordemos la formación de la AFI con Fox, de la PF con Calderón y ahora, próximamente la Gendarmería, que tal vez, al terminar el sexenio, desaparezca para ceder su lugar a una nueva propuesta”, expresó.
Todos estos datos y opiniones son sin contar con el asesinato a más de 100 periodistas, los más de 25 mil desaparecidos en la lucha contra el crimen organizado, la cifra negra que según el INEGI equivale a 26 mil delitos anuales que no se denuncian y es independiente también de los 215.2 mil millones de pesos 0 1.3 por ciento del PIB que es el costo económico de la violencia.
Es cierto, como lo gritan en las marchas: los mexicanos ya no aguantamos más. Como dice el filósofo del metro: En el día de las madres, la seguridad vale madres o el único negocio que crece son los panteones.
*Comentario para Radio Educación/ 9 de mayo de 2014
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