El filósofo del metreo dice:

La corrupción también
merece una licitación

Enn México, concesiones por
amiguismos y compadrazgos

Roberto Fuentes Vivar*

Las concesiones que otorgan tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales se han convertido, en el motor para el supuesto aceleramiento de la economía del que tanto presume el secretario de Hacienda Luis Videgaray.


Sin embargo el sistema de licitaciones y concesiones actuales deja mucho qué desear, pues muchas de las obras y servicios han sido entregados a la iniciativa privada por amiguismo, compadrazgos o simplemente por corrupción a grupos que carecen de experiencia.

Hace unos días el cambio de concesionario para operar las tarjetas electrónicas en las casetas de cobro de Caminos y puentes Federales (Capufe) se convirtió en un escándalo, pues se inició el cambio en plena etapa vacacional, con alto tránsito vehicular y sin la tecnología necesaria.

Pero a ¿quién se le otorgó la concesión? Antes de responder a esta pregunta hay que señalar que tanto el servicio anterior lo proporcionaba una empresa de Carlos Slim, por lo que incluso el nombre Iave es propiedad de ese empresario.

Pero en marzo se lanzó una convocatoria, en la cual Carlos Slim decidió no participar y el gobierno federal, en la parte encabezada por el secretario de comunicación y transportes, el mexiquense Gerardo Ruiz Esparza, otorgó la conexión a un empresario del estado de México llamado Roberto Alcántara.

Este empresario, quien fue rescatado por Fobaproa como accionista del banco Bancreser es dueño de varias empresas de transporte como ETN, Flecha Amarilla, Plus y Omnibús. También es propietario de la aerolínea VivaAerobús que ha sido protagonista de varios escándalos.

Pero también es dueño de la empresa Telepeaje Dinámica, a la cual se le otorgó la concesión de operar el cobro electrónico en las casetas de Capufe. El proceso de licitación estuvo tan plagado de errores que hasta la propia testigo social designada por la secretaría de la Función Pública, Mónica María del Rosario Rivera, señaló que no fueron atendidas sus recomendaciones sobre transparencia, calidad, eficacia e imparcialidad.

Pero eso no importó y el negocio fue entregado a un ciudadano de Atlacomulco, amigo y paisano de personajes como Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y Gerardo Ruiz Esparza. Por cierto, el tal Alcántara, hace menos de un mes se convirtió en el principal accionista extranjero del grupo mediático Prisa al invertir 100 millones de dólares en esa empresa, que también es socia de Emilio Azcárraga en Televisa Radio.

La propia testigo social advirtió que aunque la oferta de Alcántara era más barata, por carecer de infraestructura terminaría siendo más cara. Y así fue. Por eso ¿cualquier caso de amiguismo en esta concesión definitivamente debe estar ausente? ¿O no?.

Pero el escándalo de las concesiones no queda en eso. Esta semana hubo un problema en el ferrocarril suburbano, también del estado de México. Este tren es operado por la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) que en seis años ha tenido tres accidentes y varias suspensiones de servicio.

Paralelo a esto, en días recientes, las empresas constructoras mexicanas como ICA, Carso y Tradeco, han externado su molestia porque la mayor parte de las obras del Programa Nacional de Infraestructura han sido concesionadas a la española OHL, que lleva ganados concursos por 41 mil 594 millones de pesos, mientras que las tres empresa mexicanas suman contratos por menos de 12 mil millones de pesos.

Por si esto fuera poco, en el Distrito Federal no cantan mal las rancheras y hace unos días hubo una reunión del Consejo de Publicidad Exterior, a la que se prohibió la entrada a varios empresarios del ramo y se tomaron decisiones que finalmente podrían beneficiar al zar de la publicidad, Ricardo Escoto, con la venia del secretario de desarrollo urbano capitalino simón Neumann.

Habrá corrupción en las concesiones. Seguramente no todas fueron hechas limpiamente y el grupo estado de México y los socios de Televisa cuentan con la capacidad para atender los servicios concesionados en beneficio de los mexicanos. Como dice el filósofo del metro: Lo que hay que poner a licitación es la corrupción.

* Comentario para Radio Educación/ 8 de agosto de 2014