El filósofo del metro dice:
Los sapos, listos
para las pedradas
Nuevo aeropuerto, enorme
negocio para unos cuantos
Roberto Fuentes Vivar*
Definitivamente
la noticia de la semana fue el nuevo aeropuerto o la ampliación del aeropuerto
de la ciudad de México que anunció Enrique Peña Nieto en su segundo informe de
gobierno.
A
diferencia de lo que ocurrió hace 12 años cuando se esperaba que un nuevo
aeropuerto sería la obra más importante del sexenio de Vicente Fox, ahora sí
parece que todo está planchado, como se dice
coloquialmente e incluso fue nombrado coordinador del proyecto del
aeropuerto Manuel Àngel Núñez Soto, quien abaranderaba hace dos sexenios la
construcción del aeropuerto en Tizayuca Hidalgo.
Haciendo
memoria, hay que recordar que precisamente hace 12 años el proyecto de
construir el nuevo aeropuerto en Texcoco fracasó precisamente porque el
gobernador del estado de México de ese entonces, Enrique Peña Nieto no pudo “planchar”
las cosas y los defensores de la tierra de Atenco impidieron su construcción.
Hoy
son otras condiciones: según los secretarios de Desarrollo Agrario, Jorge Carlos
Ramírez Marín, y de Comunicaciones y Transportes, se utilizarán predios que son
propiedad de la nación y no se afectará a los campesinos de Atenco.
Todavía
faltan muchas cosas por ver en la construcción del nuevo aeropuerto o en la
ampliación del actual, como quiera vérsele al anuncio que hizo Peña Nieto. Una
de ellas es ¿qué va a pasar cuando se termine de construir y se cierre el
actual aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México, como lo han anunciado
las autoridades? ¿Todos los beneficios serán para el estado de México y la
capital del país no contará con la derrama económica que deja una operación de
esa magnitud con 120 millones de pasajeros anuales?
Otra
cosa que hay que esperar es ¿Quiénes son los principales beneficiarios? Uno de
ellos, según se ha dicho –con cierta malicia por parte de los voceros de
televisa- es Carlos Slim, al ser el yerno uno de los socios del consorcio que
ganó el concurso del diseño arquitectónico para la obra. Esto es interesante
porque el proyecto arquitectónico es la parte más barata, pero seguramente
cerrará las puertas de las obras –esas sí de varios miles de millones de pesos-
a las constructoras de Slim como Carso, Ideal e ICA.
Banamex
ya apunta a dos beneficiarios directos: uno de ellos la constructora y
operadora española OHL –que ha sido la principal beneficiaria en las
licitaciones de obras de infraestructura de este sexenio- pues una de sus
carreteras concesionadas pasa precisamente por la zona de construcción del
aeropuerto.
Por
cierto que esta empresa está en problemas porque los campesinos exigen a OHL
que les pague los terrenos en los que se construyó el circuito exterior
mexiquense y cuenta por ello con una demanda en su contra en la procuraduría
mexiquense.
Para
dar una idea de cómo se ha beneficiado a esta empresa española, en lo que va
del sexenio se le han concesionado obras por casi 45 mil millones de pesos,
mientras que a todas las empresas constructoras mexicanas sólo se les han dado obras por 12 mil millones
de pesos.
Una
más de las beneficiarias directas, según Banamex, es Pinfra, que también es
concesionaria de una autopista paralela la que va del Peñón a Texcoco. Esta
empresa anteriormente se llamaba Tribasa y fue objeto de los escándalos de
corrupción del empresario David Peñalosa.
Otro
empresario beneficiario seguramente será Antonio del Valle Ruiz, dueño de los
terrenos de Sosa Texcoco, sobre los cuales se iba a construir el aeropuerto
hace 12 años y que tiene fuertes intereses en el estado de México.
Un
punto que vale la pena analizar es que aún ni siquiera se empieza a construir,
pero ya Banamex señala la posibilidad de que se privatice en un futuro, con un
valor de 13 mil millones de dólares.
Por
cierto que vale la pena señalar que hay muchas mentiras en torno al aeropuerto.
Una es que según el secretario de comunicaciones y transportes la decisión
sobre el grupo d arquitectos ganador se dio el 2 de septiembre. La decisión
había sido tomada una semana antes y me consta.
En
fin, el aeropuerto fue el protagonista de la semana y los principales
empresarios del país ya se frotan las manos por los negocios que pueden hacer.
Como dice el filósofo del metro: los sapos están listos para las pedradas.
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