El filósofo del metro dice:
Denigrar ya no es
delito es un deleite
Mano negra contra
gobernadores de
oposición al PRI
Roberto Fuentes Vivar*
En
las semanas recientes hemos visto cómo se han intensificado los escándalos políticos
en las entidades gobernadas por partidos diferentes al Revolucionario
Institucional, lo que permite vislumbrar que existe una especie de mano negra
para que el PRI obtenga en 2015 el famoso carro completo que lo ayudo a
gobernar durante 71 años, antes de que comenzara la alternancia del poder.
Parece
ser que la idea del PRI es crear la idea de que en las entidades gobernadas por
otros partidos existen condiciones de ingobernabilidad.
En
términos generales, los tres estados gobernados por el PAN tienen problemas: En Sonora, la gubernatura
de Guillermo Padrés es cada vez más cuestionada, pues enfrenta varios escándalos
como el derrame de tóxicos por parte de Grupo México, la presa en una propiedad
del gobernador y la muy válida guerra de los yaquis en contra del proyecto
estatal del acueducto bicentenario. Incluso fue interesante ver ayer, durante
las marchas del dos de octubre a un contingente de indios yaquis.
En
Baja California Sur, el gobierno panista fue rebasado durante la emergencia
ocasionada por el huracán Odile y el gobierno federal tuvo que entrar al
rescate ante la ingobernabilidad mostrada por las autoridades locales.
En
Guanajuato, la entidad considerada como
el principal bastión del PAN, se presentó hace unas semanas el escándalo por la
golpiza de que fue objeto la periodista Karla Silva ante el silencio del
gobierno estatal, la PGR tuvo que atraer el caso.
En
lo que se refiere a los gobiernos del PRD también existe una especie de mano
negra por denostarlos. El principal caso es el de Guerrero, en donde existe ya
un clamor (ya hasta de perredistas) para que renuncie Ángel Aguirre Rivero tras
los hechos ocurridos en Iguala y Chilpancingo el pasado fin de semana. Guerrero
muestra principios de ingobernabilidad elocuentes, al igual que Michoacán, pero
la diferencia es que en esta segunda entidad el propio Enrique Peña Nieto mantiene
a su enviado personal, Alfredo Castillo, para salvaguardar su imagen y la del partido
en el poder.
En
Morelos, donde gobierna el perredista Graco Ramírez, también existen síntomas
de ingobernabilidad por los altos niveles de violencia que persisten.
Incluso
en el principal bastión perredista, el Distrito Federal, hay claros indicios de
que se busca una descomposición de este partido y dela imagen del jefe de
gobierno. Nada más bastó ayer ver cómo las cadenas televisivas culpaban a Miguel
Ángel Mancera por no reprimir las acciones de los anarquistas durante la marcha
del dos de octubre.
Dentro
de todo este esquema de desacreditaciones, fue interesante ver cómo, en la
detención de Héctor Beltran Leyva –por cierto en Guanajuato, estado panista- fue
detenido un empresario, Germán Goyeneche, quien presuntamente apoyo campañas del PAN y del
Verde Ecologista en Querétaro.
Por cierto, el PAN,
esta semana anuncio su reacomodo de fuerzas con miras las elecciones de 2015 y
probablemente de las de 2018. La renuncia del presidente Gustavo madero para
ser candidato a legislador ocasionó que quedara en su lugar Ricardo Anaya,
quien ya desde ahora es visto como posible candidato panista a la presidencia
de la República en 2018.
Pero quizá una de
las noticias más importantes desde el punto de vista político y que
indirectamente tiene que ver con esta posible mano negra priista para obtener
el carro completo el año entrante, es que la Suprema Corte sentó un precedente
para que en las futuras campañas los partidos puedan denostar, denigrar y tal
vez hasta calumniar a sus oponentes.
Esto significa
concretamente dar el visto bueno a las campañas negras que en el pasado fueron
criticadas. Hasta ahora los principales gobernadores denostados han sido del
PAN y del PRD, pero seguramente muy pronto veremos campañas en contra de los
que llegaron al poder mediante una alianza precisamente entre esos dos
partidos, mientras el PRI se ríe a pesar de que su gobernador más importante el
mexiquense Eruviel Ávila, mantiene la mayor tasa de delincuencia y de crecimiento
de la delincuencia del país, al grado de que se cometen ahí casi cinco millones
de delitos. Pero como dice el filósofo
del metro: eso no importa es priista.
*Comentario Para Radio Educación/ 3 de octubre
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