El filósofo del metro dice:
Al norte de Guatemala
se encuentra Guatepeor
Registra Centroamérica mejor
nivel de vida que nuestro país
Roberto Fuentes Vivar*
Nuevamente terminamos una semana con malas noticias
para la economía mexicana que definitivamente afectan al bolsillo de los
ciudadanos y que nos ponen como país en una situación de desventaja ante el
mundo, si no desde el punto de vista macroeconómico, sí desde el microeconómico
que es el que resiente el ciudadano de a pie y no el funcionario público o el
empresario que viven en su burbuja de cristal sin que nadie los toque.
La primera noticia negativa es desde luego la
inflación del mes de enero que se dio a conocer ayer, de 4.7 por ciento, la
mayor desde septiembre de 2012, debida principalmente al impacto del famoso
gasolinazo. Desde luego lo más grave es que los precios del índice de la
canasta básica crecieron 7.2 por ciento, con alzas en la tortilla, el limón y
varios productos de primera necesidad.
Como resultado de esta alza inflacionaria, el Banco
de México, decidió aumentar en medio punto porcentual su tasa de interés, para
ubicarla en 6.25 por ciento, en lo que
fue el séptimo desde diciembre de 2015.
Según el instituto central, la medida se tomó “para evitar contagios al proceso
de formación de precios en la economía, anclar las expectativas de inflación y
reforzar la contribución de la política monetaria al proceso de convergencia de
la inflación a su meta”.
Y
aquí hay que hacer una pregunta: ¿Cómo es posible que un aumento en el precio
del crédito pueda ayudar a combatir el alza de precios? Es como si de dijera de
repente que el alza en la gasolina va ayudar a bajar el precio de la tortilla,
pero en fin se trata de las recetas neoliberales. Por cierto que también esta
semana, la Comisión nacional Bancaria y de Valores dio a conocer que en 2016
las utilidades de los bancos sumaron 107 mil millones de pesos, debido a que
ingresos por intereses aumentaron 25 por ciento y sus comisiones y tarifas
subieron 18 por ciento. Con el aumento en las tasas de interés seguramente van
a subir más sus ganancias por intereses para este año, lo que redundará en un
nuevo golpe al bolsillo de los mexicanos, pero principalmente de la clase
media.
Y
permítanme aprovechar el espacio, para hacer una reflexión basada en una
comparación. En las semanas recientes he tenido que viajar a algunos países
centroamericanos y realmente quedé asombrado de la forma en que se ha mejorado
el nivel de vida de los centroamericanos, mientras que el los mexicanos se
encuentra en franco declive.
Hasta
hace unos años, nuestro país contaba con condiciones muy superiores a las de
las naciones centroamericanas. La idea que nos vendieron del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte era que
las diferencias iban a ser aún mayores y que definitivamente el bienestar
económico sería del Río Suchiate hacia el norte. Las cosas han sido al revés.
Nada
más para comparar con Guatemala. Su moneda, el quetzal se ha revaluado ante el
dólar mientras el peso mexicano ha perdido casi un tercio de su valor en un
año. El salario mínimo en el vecino del sur es de dos mil 747,06 quetzales al
mes, equivalentes a 369 dólares, mientras que el de México es apenas de 105
dólares a pesar del aumento de diciembre a 80 pesos.
Desde
luego que no todos los guatemaltecos perciben un salario mínimo de esa
magnitud, pues por ejemplo el ingreso promedio de los campesinos es de la mitad
de esa cifra, sin embargo sigue siendo mayor al salario mínimo mexicano y,
desde luego bastante superior a los ingresos que perciben los más de ocho
millones de trabajadores mexicanos que reciben menos de dos salarios mínimos.
Si
se comparan algunos salarios profesionales todavía estamos peor los mexicanos,
pues por ejemplo una ayudante de enfermera en el equivalente al Seguro Social
tiene un salario de por lo menos 21 mil pesos mexicanos. Un periodista recibe
un sueldo promedio de mil dólares al mes, mientras que en México hay muchos que
laboran por 200 dólares mensuales.
Y
estas cifras salariales de Guatemala, son bastante más altas que las de la
frontera Sur mexicana, concretamente de Chiapas, el estado más marginado del
país y en donde podría presentarse un fuerte conflicto en los próximos meses
por la posible llegada de centroamericanos que intenten cruzar la frontera a
México y luego a Estados Unidos. Nada más el año pasado nuestro país deportó a
143 mil centroamericanos.
Imagínense
si con mejores salarios los centroamericanos buscan llegar a Estados Unidos,
¿que sucede con los mexicanos? Dice el filósofo del metro: sí de Guatemala al
norte está Guatepeor.
*Comentario para Radio Educación/ 10 de febrero de 2017
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