El filósofo del metro dice:
Otro sexenio perdido y
el bienestar en el olvido
El informe de EPN sin bases ni
sustancia y con datos sesgados
Roberto Fuentes Vivar*
Como
cada primero de septiembre, el presidente en turno debe entregar al Congreso de
la Unión, el informe del estado que guarda la nación. Esta tarde el secretario
de gobernación estará en San lazaron para entregar formalmente los documentos y
posteriormente Enrique Peña Nieto se reunirá con sus allegados para sustentar
un mensaje y presentar los datos que hablan bien de su gestión, además de la
avalancha de spots que ya se presentan desde hace varios días en los medios
audiovisuales.
Seguramente
en la reunión y en eventos posteriores, Peña Nieto destacará algunas
estadísticas, como la creación de empleos o hasta el informe del Consejo
Nacional para la Evaluación de las Políticas Sociales, el Coneval, que
supuestamente habla de la reducción de la pobreza.
Pero
lo que no va a mencionar es que, por lo menos en materia económica y social, el
actual es un sexenio perdido, así como la década de los ochentas del siglo
pasado fue la década perdida. Los datos que demuestran esta afirmación son
muchos:
-La
inflación se encuentra en los niveles más altos en una década y ya hasta se presentó
una nueva metodología del INEGI para tratar de atenuar el incremento del Índice
Nacional de Precios al Consumidor. Incluso el INEGI anunció que va a dejar de
medir los precios de la canasta básica.
-El
crecimiento económico en los primeros cinco años de gobierno de Enrique Peña
Nieto es de apenas dos por ciento, cuando prometió niveles de al menos el
doble. En este sentido vale la pena mencionar que al cierre del primer semestre
del año hubo un incremento del PIB de tres por ciento, superior al esperado por
las autoridades, el nivel de avance sigue siendo mediocre y no es suficiente
para crear empleos de calidad. Por eso, el salario mínimo en nuestro país se ha
devaluado hasta convertirse en uno de los más bajos del mundo
-Esta
misma semana el INEGI presentó los resultados de la Encuesta Nacional Ingreso Gasto
2016, documento que sirve de base para medir la pobreza. En este informe se
señala que en 2016 hubo una mejora en los ingresos de los mexicanos, con
respecto a 2014.
-Sin
embargo, haciendo un análisis puede observarse que en 2012, la última encuesta levantada
antes de que tomara posesión peña Nieto, el promedio de ingresos de los
mexicanos era de 43 mil 931 pesos por trimestre y por familia. La cifra se
redujo en 2016 a sólo 43 mil 36 pesos, lo que significa que las familias
mexicanas recibimos menos ingresos que antes de que tomara posesión el actual inquilino
de Los Pinos.
-Llama
la atención dentro de la misma Encuesta
que la clase media es la más afectada por la reducción de ingresos, al grado de
que el decil XII, es decir el 10 por ciento de las familias mexicanas que
reciben trimestralmente entre 15 y 20 mil pesos, muestra un descenso
sistemático de ingresos, pues pasó de 55 mil 119 pesos a 449 mil 2018, es decir
que hay una desaparición de más de seis mil pesos en cuatro años.
-En
materia de concentración del ingreso también hay un sexenio perdido pues el 10
por ciento más pobre vive con 25 pesos diarios, mientras que el más alto recibe
512 pesos.
Llama
la atención que en cada hogar existen 2.45 perceptores de ingresos, pero sólo
1.69 personas ocupadas, lo que significa que buena parte de los ingresos
provienen de ayudas del gobierno, de la iniciativa privada o de las remesas.
-Pero
quizá lo más grave es que los ingresos de los mexicanos se utilizan básicamente
para que las familias se alimenten, se transporten y paguen a los bancos.
Rubros como la diversión o los cuidados de la salud son cada vez más exiguos.
-Los
mexicanos gastamos 331.5 mil millones de pesos trimestrales en alimentos,
bebidas y tabaco, que significan el 35.2 por ciento del total del gasto
familiar. Hace cuatro años la cifra representaba solo el 34 por ciento. En los
tres deciles más pobres el gasto en alimentación llega a más del 50 por ciento
del gasto total.
-El
segundo rubro en que gastamos los mexicanos es en erogaciones financieras, es
decir pagar deudas, ya sea a familiares, bancos o tarjetas de crédito. Nada más
en este rubro gastamos 165 mil 512 millones de pesos trimestrales, es decir
casi cinco mil pesos por cada familia.
-Otro
de los grandes gastos de las familias mexicanas es el transporte (que incluye
desde lo que erogamos en el transporte público, hasta la compra de autos y
refacciones). Destinamos nada menos que 182, 174 millones de pesos al
trimestre.
-Es
decir que entre alimentos, pago a bancos y transporte destinamos casi tres
cuartas partes de los 941 mil 750 millones de pesos que significan el gasto
total de las familias mexicanas al trimestre.
¿Qué
significan todos estos datos? En síntesis que en este sexenio los mexicanos
ganamos menos y, por ende, la mayor parte de los ingresos se gastan en
alimentos, transporte y pago de bancos. Es decir que, otra vez, vivimos un
sexenio perdido. Por eso, poco tiene que decir Peña Nieto en su informe. Dice
el filósofo del metro: Un sexenio perdido y el bienestar en el olvido.
*Comentario para Radio Educación/ 1 de septiembre de 2017
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