El filósofo del metro dice:
Ya no es "el de atrás paga";
ahora paga el de adelante
Cambios de fondo en
el discurso neoliberal
Roberto Fuentes Vivar*
No cabe duda que estamos viviendo tiempos de cambio,
hasta en el lenguaje.
Hago esta afirmación porque durante varias décadas
todos los agentes de la economía neoliberal, desde el presidente de la
República hasta el Banco de México y los analistas justificaban todo lo malo
que sucedía en México atribuyéndolo a fenómenos externos a turbulencias mundiales
o a la incertidumbre internacional.
Es decir que México no crecía era porque el exterior
estaba mal y estaba afectando a la economía mexicana. Hoy estamos escuchando un
discurso diametralmente opuesto. El exterior ya no cuenta y todo lo malo es
atribuible a las políticas internas.
El caso más concreto es que ayer se dio a conocer la
minuta del Banco de México de su más reciente reunión, cuando se decidió
aumentar las tasas interés en 25 puntos base y el motivo de este incremento fue
que los miembros de la junta de gobierno están preocupados por los algunos
puntos en los planes del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Concretamente dijeron (o dicen que dijeron) que las
políticas contempladas por el Gobierno federal pueden generar distorsiones,
afectar la asignación de recursos en la economía y ‘golpear’ la productividad,
que el paquete económico no mejora la estructura del gasto o que la estrategia
de la administración de López Obrador aparenta dar mayor peso al consumo que a
la formación de capital físico y humano lo que, posteriormente, repercutiría en
el crecimiento potencial.
Desde luego que no mostraron preocupación por lo que
está sucediendo en el exterior, en donde los mercados se enfrentan a fuertes
turbulencias.
Nada menos ayer, la empresa cibernética Apple dio a
conocer que sus ingresos fueron de 84 mil millones de dólares y no 89 mil
millones como se había planeado inicialmente. Este anunció ocasionó que el índice
bursátil estadounidense Dow Jones perdieron 2.70 por ciento y que las bolsas
europeas descendiera uno por ciento en promedio.
Aquí vale la pena mencionar que en este periodo
vacacional se registraron dos días de fuertes turbulencias para los mercados
mundiales, el de ayer y la negra navidad, cuando se registró en Estados Unidos la
peor Nochebuena que se recuerda en Wall Street y el más nefasto diciembre desde
la Gran Depresión. Las causas de este declive son la intranquilidad por los
síntomas de desaceleración del crecimiento económico a nivel internacional y
las tensiones comerciales con China, además de los problemas internos
estadounidenses.
De hecho, si se analizan los datos desde una
perspectiva más amplia, el Dow Jones acumuló una caída mensual en diciembre del
8.7% (peor mes desde febrero de 2009) y de 5.6 por ciento en todo 2018, el peor
año desde 2008.
Claro, la Bolsa Mexicana de Valores lo resintió y
cerró 2018 con una pérdida anual de 15.63 por ciento, la mayor en una década y
los analistas atribuyeron la caída a fenómenos internos, por la incertidumbre
tras la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
¿Es realmente el actual presidente mexicano el
culpable de que exista incertidumbre entre los empresarios? Quizá la respuesta
la da de manera directa el Indice de Confianza Empresarial, en el que mes a mes
el INEGI y el Banco de México sondean a representantes de la iniciativa privada
y que fue dado a conocer ayer.
Cuando se les preguntó si, ya con Andrés Manuel López
Obrador, es decir en diciembre, era el momento para invertir en el sector
financiero, menos del 50 por ciento dijo que sí era el tiempo para arriesgar
capitales en el país.
Esto podría considerarse una mala noticia para el
presidente mexicano, pero cuando se analizan los datos, resulta que van 133
meses en que menos de la mitad de los empresarios manufactureros consideran que
es el momento adecuado para invertir. Es decir, que casi desde el inicio del sexenio
de Felipe Calderón, pasando por todo el de Enrique Peña Nieto, no ha habido un
solo mes con certidumbre para la inversión.
Claro que durante las dos administraciones pasadas
esta incertidumbre fue achacada a los fenómenos externos. ¿Por qué ahora a los
neoliberales no les preocupa lo que pasa en el exterior en donde todos los días
crece la incertidumbre, y sí ven con preocupación los asuntos internos? Sencillamente
porque ahora sí buscan a quien culpar de sus fracasos. Dice el filósofo del
metro: Ahora resulta que no paga el de atrás, sino el de adelante.
*Comentario para Radio Educación/ 4 de enero de 2019
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