El filósofo del metro dice:
En las tasas, el cliente
paga los platos rotos
¿Cuándo bajarán los
bancos los intereses?
Roberto Fuentes Vivar*
La Junta de Gobierno del Banco de México redujo ayer
en 50 puntos base o medio punto porcentual sus tasas de referencia para
ubicarlas en 4.5 por ciento anual.
Si bien el descenso no fue unánime, pues uno de los miembros
de la junta votó por una reducción menor, sí existe el consenso de que es el
momento de mantener una tendencia a la baja, para favorecer la reactivación
económica.
Incluso muchos analistas prevén que en breve el
banco central volverá a reducirlas el mes entrante para que en el coto plazo disminuyan
hasta a 3.0 por ciento al año, lo que significaría el nivel más bajo de la historia
contemporánea.
¿Qué significa la reducción de tasas del Banco de
México? Aquí hay que explicar que, en concreto, de una medida de política
macroeconómica que se ha mantenido desde hace poco más de un año y que busca
tener un efecto positivo al abaratar el crédito para que las empresas y las
familias puedan tener mayor acceso al financiamiento.
Por el lado contrario, el aspecto negativo es que se
deja de premiar a los inversionistas que buscan mayores intereses para su
capital. Por eso es previsible que grandes inversionistas puedan buscar otros
mercados en donde se pague más por ejemplo en los bonos gubernamentales.
Y aquí entra una pregunta muy concreta ¿Qué se
necesita más en estos momentos, premiar a los inversionistas con altas tasas o
abaratar el crédito en una crisis en la cuál el financiamiento será la base
para la reactivación de la economía?
La mayor parte de los miembros de la Junta de
Gobierno y de los economistas se decantan por la segunda opción, es decir bajar
las tasas para que las empresas y las familias puedan obtener préstamos baratos
para salir de la crisis en que nos encontramos.
Pero ¿en qué beneficia a la gente de a pie esta baja
de tasas del Banco de México? Y aquí es donde nos encontramos, con un bache,
pues los bancos no han respondido a la baja de intereses con sus clientes con
la celeridad con la que lo ha hecho el banco central.
Es cierto que ya se comienza vislumbrar una guerra
por bajar las tasas bancarias en algunos segmentos. Por ejemplo ayer Santander
y Mazda firmaron un acuerdo para estimular la venta de autos. Las tasas que se
ofrecen para adquirir vehículos de esa empresa automotriz serán hasta de seis
por ciento. Creo, sin temor a equivocarme que se trata de la más baja desde que
se ofrecen créditos automotrices.
Paralelamente, en el sector hipotecario se ofrecen
tasas hasta de siete por ciento para la adquisición de vivienda, la cual
también es la más baja de la historia.
Lamentablemente, los bancos continúan con su
política de cobrar intereses a tasas de 40 o 50 por ciento, o hasta más en
otros créditos al consumo como son los de tarjeta de crédito. Es ahí en donde
la banca no ha tenido la suficiente solidaridad con sus clientes, porque en
esta época de contingencia millones de familias están viviendo gracias al
llamado dinero de plástico.
Otra de las cuestiones que vale la pena analizar es
si esta baja en las tasas de interés, la cual repito, ha sido constante desde
hace más de un año ha ocasionado un aumento en los créditos. La respuesta es
contundente, definitivamente no.
Una muestra es que, de acuerdo con el informe de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores al cierre del primer semestre demuestra
que la cartera de crédito de los bancos en vez de crecer se reduce. Y nada más
en el mes de junio descendió en 50 mil millones de pesos. Incluso en tarjeta de crédito la reducción
fue de casi 30 mil millones de pesos en un año.
Paralelamente sí hay visos de que se están pidiendo
más créditos para la reactivación económica, pues en un año la cartera
comercial creció en 100 mil millones de pesos y a las empresas aumentó en 150
mil millones de pesos.
Pero en términos generales, la baja en la cartera de
los bancos ocasionó que se redujeran sus ingresos por cuotas y tarifas, por
intermediación financiera y por intereses, lo que a su vez redundó en una reducción de 36 por ciento en sus
ganancias.
Ojo. Esto no quiere decir que los bancos hayan dejado
de ganar, sino que sus utilidades en el primer semestre fueron menores a la de
hace un año, pero llegaron a la nada despreciable cantidad de 54 mil millones
de pesos. Y muchos analistas consideran que esta disminución de sus ganancias
se debe a que crearon más reservas ante una posible ola de moratorias por la
pandemia.
En síntesis, el Banco de México reduce sus tasas
para que haya un financiamiento más barato para las familias y las empresas,
pero los bancos parecen no hacer un esfuerzo por replicar esta baja en sus
clientes, salvo en algunos segmentos como el automotriz o el hipotecario.
Creo que ya es el momento que la banca comercial haga un esfuerzo para solidarizarse con la sociedad y repercuta en sus clientes la baja en las tasas de interés. Por el bien de México. Dice el filósofo del metro: en las tasas el cliente paga los platos rotos.
*Comentario para Radio Educación/ 14 de agosto de 2020
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