El filósofo del metro dice:
La raza de bronce se
creó con oro y sangre
La fiebre de oro causa
una muerte de Chiapas
Roberto Fuentes Vivar*
Durante estos días la sociedad mexicana, en su mayor parte católica recuerda no solo el nacimiento de Jesús, sino la supuesta fecha en que tres reyes de oriente le llevaron regalos. Concretamente se rememora que estos reyes convertidos en leyenda y por lo tanto en Santos o Magos, llevaron al recién nacido oro, incienso y mirra. En su recuerdo, el seis de enero, los niños mexicanos esperaban regalos de reyes. De hecho durante gran parte del siglo pasado el día de reyes era más esperado por los niños que el día de navidad, hasta que, por la publicidad y el mediatismo Santa Claus, los relegó a segundo término.
Pero toda esta introducción valga para recordar los regalos: oro, incienso y mirra. Este año puede decirse que lo que hay es oro, incienso y sangre, Por varias razones.
Vayamos por partes. 2009 fue un año en el que se vivió una de las fiebres de oro más importantes de las últimas décadas. De hecho México duplicó su capacidad de producción de oro y en algunos lugares del país como Chihuahua la fabricación de este metal precioso ha crecido mil 250 por ciento en tan sólo cinco años.
Ahora nuestro país produce 50 mil toneladas de oro y según algunas de las principales empresas de análisis minero, estamos destinados a convertidos en los próximos años en una potencia aurífera. Ahora estamos en el lugar número doce a nivel mundial, pero se prevé que podamos ubicarnos en los primeros diez en breve.
Lamentablemente, el beneficio no ha sido para los mexicanos, pues al igual que hace 200 años, buena parte de riqueza de las venas del país se extrae y se va al exterior. Concretamente el beneficiario ha sido Canadá.
Tan solo en los dos últimos meses de 2009, las mineras canadienses First Majestic, Agnico, Goldcorp, Canplats y Caza Golds abrieron minas o realizaron operaciones por más de 500 millones de dólares, mientras en el mundo el oro rompía la barrera de los mil 200 dolares por onza.
En México hay, según la secretaría de economía, 267 empresas mineras extranjeras que operan en territorio nacional, de las cuales 75% son de Canadá. En síntesis la producción de oro mexicano se ha duplicado y los canadienses son los principales beneficiarios.
Lamentablemente algunas de las empresas canadienses están manchadas de sangre. Concretamente, en Chiapas, fue asesinado el 27 de noviembre Mariano Abarca Robledo, miembro de la Red Mexicana de Afectados por la Minería, del Frente Cívico de Chicomuselo, y luchador incansable contra la minera canadiense Blackfire.
Tras las denuncias de anomalías realizadas por Abarca Robledo fue clausurada por motivos ambientales la mina canadiense de Blackfire, en Chicomuselo. Ahora, en este principio de año, las autoridades iniciarán una investigación a fondo de la minera Blackfire, por su presunta participación en el asesinato del líder minero. Es decir que detrás del oro puede haber incienso y sangre. Como dice el filósofo del metro: Cuando el oro se tiñe de sangre se vuelve raza de bronce.
*Comentario para Radio Educación/2 de enero de 2010
0 Comments:
Post a Comment
<< Home