El filósofo del metro dice
Especular es un verbo que se
conjuga en futuro imperfecto
Por esta crisis bursátil:
todos pierden, pocos ganan
Roberto Fuentes Vivar*
Nuevamente los mercados enfrentaron hoy a una crisis, ocasionada por la posibilidad de que el mundo viva una nueva recesión, provocada por la mala salud financiera de Estados Unidos y de varios países de la Unión Europea.
Los mercados bursátiles de Europa y de Asia cerraron con pérdidas superiores hasta a cuatro por ciento en una sola jornada y los americanos comenzaron a presentar lo que los especialistas llaman un “rebote”, es decir que subieron tras el desplome sufrido en la semana.
¿Qué está sucediendo en el mundo? Hay muchas respuestas, pero me concentro solo en dos. Una es que desde hace cuatro años, cuando se inició lo que los propios globalifílicos llamaron la mayor crisis financiera de la historia, se propusieron modificaciones de fondo al sistema financiero internacional. Una verdadera “reforma estructural”, para utilizar las propias palabras de los economistas. Sin embargo, esta reforma nunca llegó y se siguen poniendo parches para apuntalar un modelo, cuando lo que se requiere es un cambio completo de modelo, como lo señaló en su momento el propio gurú del neoliberalismo Alan Greenspan.
Las medidas tomadas en Grecia, Portugal e Irlanda y más recientemente en Estados Unidos han sido sólo aspirinas para curar la pulmonía. Una simple liposucción estética.
La otra respuesta es que, precisamente por estos parches, los economistas ven la posibilidad de una nueva recesión mundial. ¿Porqué?, pues porque el mundo se ha dedicado solo a especular, dejando al sector productivo muy por debajo de las prioridades financieras.
Veamos nada más unos datos de lo que ocurre con las bolsas. Hasta la semana pasada las empresas que cotizan en ellas presentaron los resultados del primer semestre del año. Los reportes fueron, en promedio, superiores a los esperados.
En México, por ejemplo, las ventas aumentaron en promedio 20 por ciento y las utilidades 24 por ciento. Paralelamente, en los dos años más recientes -2009 y 2010- su crecimiento fue de 60 por ciento, medido por el Indice bursátil y de más de un billón y medio de pesos, medido en términos de valor de mercado.
Estas ganancias fueron repartidas entres sólo 200 mil inversionistas de 26 casas de bolsa. Cabe señalar que sólo dejó de operar una casa de bolsa y el número de inversionistas aumentó en nueve mil personas en el mismo lapso en el que tres millones 200 mil mexicanos se incorporaron a las filas de la pobreza.
Si las ventas y ganancias de las empresas aumentaron ¿Cuál es el problema? El problema en general es que la economía real no está funcionando y está desfasada de la economía especulativa, no sólo en México sino en el mundo. De hecho, en buena medida lo que está sucediendo en las bolsas es especulación pura y no deja de ser una especie de “toma de utilidades”, como le dicen los expertos, pues es el momento de sacar las ganancias que se obtuvieron, previendo que mañana pueda haber pérdidas porque los mercados internos de los países se encuentran si no en recesión, si en desaceleración desde hace dos años.
Una cosa curiosa es que los inversionistas –esos personajes a veces sin rostro que manejan alrededor de un billón de dólares en capitales especulativos y que pueden hacer quebrar a un país- salieron de la Bolsa para refugiarse en inversiones más seguras como los bonos de Estados Unidos, luego de que el gobierno de Barak Obama se responsabilizó de pagar sus compromisos.
Es muy probable que en los próximos días se frene esta volatilidad, pero la enfermedad seguirá ahí, ocasionando crisis recurrentes, en la nuevamente muy pocos sacarán provecho. Como dice el filósofo del metro: Especular es un verbo que se suele conjugar en futuro imperfecto.
*Comentario para Radio Educación/ 5 de agosto de 2011
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