El filósofo del metro dice:
Independencia es una palabra
que tiende a desaparecer y que
solo se recuerda un día al año
¿En dónde està la dichosa independencia?
Roberto Fuentes Vivar*
Esta noche y mañana seguramente millones de
mexicanos van a entonar el famosísimo ¡Viva México! para celebrar la
Independencia de nuestro país, pero vale la pena preguntarnos ¿cuál
independencia?
Para empezar hay que señalar que, en promedio cada
mexicano gastará mil 218 pesos para festejar las fiestas ¿y ese dato de donde
salió? ¿De los sesudos análisis de académicos mexicanos? Pues no, proviene nada
menos que de la empresa española Ofertia.com, que se ha convertido en una de
las principales investigadoras de los hábitos de consumo mexicanos.
Esta empresa española –desde luego muy interesada en
las fiestas de independencia para recordar cuando México se liberó precisamente
de España- señala que 71 por ciento de los mexicanos festejará en casa, en
donde se estima un gasto de mil 162.58 pesos desglosado en 576.82 pesos en
alimentos; 382.82 pesos en bebidas, y 202.94 pesos en decoración.
Desde luego los españoles de Ofertia están muy al
tanto de lo que sucede en México y señalan que el tequila y la cerveza serán las
bebidas predilectas para las fiestas, con 39 y 43 por ciento de las preferencias,
respectivamente. Desde luego que no mencionan que la mayor parte de las
empresas tequileras pertenecen a capitales estadounidenses y europeos y que las
dos principales productoras de cerveza en México que algún día fueron
mexicanas, ahora son extranjeras.
Claro que en los gastos de decoración no se menciona
que buena parte de las banderitas, de las corbatas, de los chuchulucos
tricolores y de los bigotes que se venden en la calle para esta celebración
provienen nada menos que de China.
Siguiendo con los gastos de en la noche: los dos
principales alimentos considerados para la fiesta mexicana son los chiles en
nogada y el pozole. Pues para fortalecer nuestro espíritu independentista les
diremos que por lo menos la mitad de los chiles poblanos que consumirán hoy y
mañana son de procedencia china. Apenas el gobierno mexicano acaba de iniciar
los trámites para que algunos chiles como el poblano tengan denominación de
origen.
En cuanto al pozole, hecho precisamente con maíz de
origen mexicano –su vestigio más antiguo se encuentra en el valle de Tehuacán-
pues desde luego que ese maíz cacahuazintle es importado de Estados Unidos. Ya
hasta la propiedad del maíz perdió México, pues la mayor parte de sus especies
están registradas por Monsanto, Dow Chemicals o Bayer.
Claro, para el pozole se necesita carne de puerco.
Si usted cree que las carnitas y la cabeza de puerco son de cerdos mexicanos
está equivocado, pues resulta que México es el principal importador de carne de
cochino estadounidense y cada año compramos al vecino del norte mil 300
millones de dólares de carne de puerco, además del chicharrón que también viene
de allende la frontera.
Y si hacemos quesadillas con queso Oaxaca o Chihuahua,
pues también buena parte proviene de Estados Unidos, pues México es el
principal importador de quesos estadounidenses, a pesar de que aquí tenemos por
lo menos 20 variedades autóctonas y Estados Unidos no tiene ninguna.
Si después del grito, prendemos un cigarro para
aclarar la garganta, pues seguramente fue fabricado por alguna de las dos
grandes empresas (una estadounidense y otra inglesa) transnacionales que se
dedican a ese malévolo vicio. Y todo esto, a pesar de que el tabaco es oriundo
de México, según lo reconoce hasta Cuba, pero no el gobierno mexicano.
Y así podemos seguir sector por sector. Si vamos a
un restaurante y pagamos con tarjeta de crédito, seguramente los intereses los
cobrará un banco extranjero estadounidense o español. Si se nos ocurre salir a
algún lugar cercano y pagamos una carretera lo más probable es que el dinero
sea para alguna constructora española, mientras que la única empresa
constructora nacional de clase mundial (fuera de la de los negocios sexenales como
Higa, preferida de Enrique Peña Nieto) ICA, que fue orgullo nacional, ahora se
encuentra acogida a la ley de quiebras mexicana.
Pero eso sí, ahí están los negociadores mexicanos
del Tratado de Libre Comercio, que bajo un espíritu independentista nunca han
mencionado la soberanía nacional para defender los intereses de México y parece
ser que lo único que hacen es entregarle a Estados Unidos la llave la puerta de
México para que vengan cuando quieran a llevarse lo que quieran.
Ese es en síntesis el panorama de hoy que se celebra
un aniversario más del inicio de la guerra de Independencia. Lo único que queda
es decir ¿Cuál Independencia? Como dice el filósofo del metro: independencia es
una palabra que tiende a desaparecer y que solo se recuerda un día al año. Viva
México.
*Comentario para Radio Educación/15 de septiembre de 2017
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