El filósofo del metro dice:
Hasta en las tortas, lo de
enmedio también cuenta
Los programas del sector público
ante la crisis económica por venir
Roberto Fuentes Vivar*
Esta semana se presentaron, en la práctica, tres
programas del sector público para enfrentar la crisis económica ocasionada por
la emergencia sanitaria, que en conjunto representan casi un billón 400 mil
millones de pesos.
El primero de ellos se dio a conocer el lunes cuando
el presidente Andrés Manuel López Obrador y el director general del Instituto
Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, anunciaron los detalles del plan de
créditos para micro y pequeñas empresas.
Ahí explicaron que se otorgarán dos millones de
microcréditos de 25 mil pesos cada uno, en los cuales el único requisito será no
haber despedido personal. En un principio el potencial de patrones de este
universo de empresarios solidarios es de 645 mil en todo el país, de los cuales 505 mil son
empresas de uno a cinco trabajadores, es decir fondas, estéticas, abarrotes, misceláneas.
Es decir empresas familiares..
Los créditos tendrán una tasa de 6.5 por ciento
anual, y es la primera vez en México y me atrevo a pensar que en el mundo, que se
privilegia mantener el empleo como requisito para obtener un préstamo. Inmediatamente,
la iniciativa privada consideró que estos créditos son casi casi miserables y
no resuelven problema alguno, con lo que el empresariado mostró su
desconocimiento del país, en el que hay 4.7 millones de unidades económicas con
un máximo de cinco trabajadores y a las que los organismos empresariales siempre
han despreciado porque no podrían pagar sus cuotas.
Como dato curioso vale la pena señalar que en la
presentación de este plan, el presidente dijo que algunas grandes
empresas,cuando empezó la emergencia, despidieron a toda su nómina, por
recomendación de los famosos outsourcing”.
Pero ese mismo día, el Banco de México, dio a
conocer una serie de medidas emergentes para enfrentar la crisis, entre las que
se encuentran la reducción de la tasa de interés para que quede en seis por
ciento anual, aumentar liquidez al mercado y apoyar a las instituciones
financieras para que dispongan de más recursos y puedan otorgar créditos a las
empresas.
En este plan del banco central equivale a 750 mil millones de pesos y busca
la banca privada y la de desarrollo cuenten con recursos suficientes para
financiar las actividades del sector productivo.
Desde luego, los empresarios que criticaron los
microcréditos que buscan proteger al empleo, sí alabaron las medidas del Banco
de México, porque en ellas sí se prevén apoyo para las medianas y grandes
empresas que son las que están afiliadas a las cámaras.
Posteriormente, el miércoles, en su mañanera, el
presidente López Obrador, explicó parte de las medidas de su plan de austeridad,
como la desaparición de 10 subsecretarias, 622 mil millones de pesos
adicionales para apoyos, reducción de 25 por ciento de salarios de funcionarios
de alto nivel y ahorro del 72 por ciento del presupuesto asignado, entre otras.
Al día siguiente se publicó el Decreto sobre las
medidas de austeridad que deberán observar las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal y se detallaron algunos puntos: que no será
despedido ningún trabajador del Gobierno Federal, pero no habrá incremento de
personal, que la reducción del salario de los altos mandos será hasta de 25 por
ciento para los mandos más altos, que no se ejercerá el 75 por ciento del
presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales y
suministros, que se otorgarán tres millones de créditos a personas y a pequeñas
empresas familiares, y se crearán 2 millones de empleos, lo cual hará posible
proteger a 25 millones de familias mexicanas, al 70 por ciento de los hogares
de la república, donde habitan los más pobres.
También se menciona en el decreto que no se frenarán
los proyectos considerados prioritarias para el Gobierno (como el Tren Maya,
cuyo primer tramo fue adjudicado ayer a un consorcio formado por una empresa china
y la portuguesa Mora Engill), Dos Bocas, el Istmo de Tehuantepec y una docena
de obras más.
Se indica también que son prioritarios los programas
sociales, como los subsidios a diversos sectores de la sociedad y aquí vale la
pena mencionar la urgencia de este dinero sea entregado en tiempo y forma a los
beneficiarios, pues hay testimonios de que se presentan algunas fallas en el
proceso de dispersión de fondos.
En términos generales, puede observarse que los
recursos por un billón 400 mil millones de pesos están encaminados hacia dos
destinatarios: los de Banxico a tratar de apoyar a medianas y grandes empresas
y los del Gobierno Federal a rescatar a las clases más desprotegidas.
Lamentablemente, sí
puede observarse una ausencia. La clase media que lleva décadas en proceso de
depauperización. Dice el filósofo del metro: Hasta en una torta lo de en medio también
cuenta.*Comentario para Radio Educación/ 24 abril de 2020
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