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Friday, April 24, 2020

El filósofo del metro dice:

Hasta en las tortas, lo de
enmedio también cuenta

Los programas del sector público
ante la crisis económica por venir

Roberto Fuentes Vivar*

Esta semana se presentaron, en la práctica, tres programas del sector público para enfrentar la crisis económica ocasionada por la emergencia sanitaria, que en conjunto representan casi un billón 400 mil millones de pesos.
El primero de ellos se dio a conocer el lunes cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador y el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, anunciaron los detalles del plan de créditos para micro y pequeñas empresas.
Ahí explicaron que se otorgarán dos millones de microcréditos de 25 mil pesos cada uno, en los cuales el único requisito será no haber despedido personal. En un principio el potencial de patrones de este universo de empresarios solidarios es de 645 mil  en todo el país, de los cuales 505 mil son empresas de uno a cinco trabajadores, es decir fondas, estéticas, abarrotes, misceláneas. Es decir empresas familiares..
Los créditos tendrán una tasa de 6.5 por ciento anual, y es la primera vez en México y me atrevo a pensar que en el mundo, que se privilegia mantener el empleo como requisito para obtener un préstamo. Inmediatamente, la iniciativa privada consideró que estos créditos son casi casi miserables y no resuelven problema alguno, con lo que el empresariado mostró su desconocimiento del país, en el que hay 4.7 millones de unidades económicas con un máximo de cinco trabajadores y a las que los organismos empresariales siempre han despreciado porque no podrían pagar sus cuotas.
Como dato curioso vale la pena señalar que en la presentación de este plan, el presidente dijo que algunas grandes empresas,cuando empezó la emergencia, despidieron a toda su nómina, por recomendación de los famosos outsourcing”.
Pero ese mismo día, el Banco de México, dio a conocer una serie de medidas emergentes para enfrentar la crisis, entre las que se encuentran la reducción de la tasa de interés para que quede en seis por ciento anual, aumentar liquidez al mercado y apoyar a las instituciones financieras para que dispongan de más recursos y puedan otorgar créditos a las empresas.
En este plan del banco central  equivale a 750 mil millones de pesos y busca la banca privada y la de desarrollo cuenten con recursos suficientes para financiar las actividades del sector productivo.
Desde luego, los empresarios que criticaron los microcréditos que buscan proteger al empleo, sí alabaron las medidas del Banco de México, porque en ellas sí se prevén apoyo para las medianas y grandes empresas que son las que están afiliadas a las cámaras.
Posteriormente, el miércoles, en su mañanera, el presidente López Obrador, explicó parte de las medidas de su plan de austeridad, como la desaparición de 10 subsecretarias, 622 mil millones de pesos adicionales para apoyos, reducción de 25 por ciento de salarios de funcionarios de alto nivel y ahorro del 72 por ciento del presupuesto asignado, entre otras.
Al día siguiente se publicó el Decreto sobre las medidas de austeridad que deberán observar las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal y se detallaron algunos puntos: que no será despedido ningún trabajador del Gobierno Federal, pero no habrá incremento de personal, que la reducción del salario de los altos mandos será hasta de 25 por ciento para los mandos más altos, que no se ejercerá el 75 por ciento del presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales y suministros, que se otorgarán tres millones de créditos a personas y a pequeñas empresas familiares, y se crearán 2 millones de empleos, lo cual hará posible proteger a 25 millones de familias mexicanas, al 70 por ciento de los hogares de la república, donde habitan los más pobres.
También se menciona en el decreto que no se frenarán los proyectos considerados prioritarias para el Gobierno (como el Tren Maya, cuyo primer tramo fue adjudicado ayer a un consorcio formado por una empresa china y la portuguesa Mora Engill), Dos Bocas, el Istmo de Tehuantepec y una docena de obras más.
Se indica también que son prioritarios los programas sociales, como los subsidios a diversos sectores de la sociedad y aquí vale la pena mencionar la urgencia de este dinero sea entregado en tiempo y forma a los beneficiarios, pues hay testimonios de que se presentan algunas fallas en el proceso de dispersión de fondos.
En términos generales, puede observarse que los recursos por un billón 400 mil millones de pesos están encaminados hacia dos destinatarios: los de Banxico a tratar de apoyar a medianas y grandes empresas y los del Gobierno Federal a rescatar a las clases más desprotegidas.
Lamentablemente, sí puede observarse una ausencia. La clase media que lleva décadas en proceso de depauperización. Dice el filósofo del metro: Hasta en una torta lo de en medio también cuenta.

*Comentario para Radio Educación/ 24  abril de 2020

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