El filosofo del metro dice:

El virus de la política sí
es una enfermedad porcina

Muta del PRI al PAN y al PRD


Roberto Fuentes Vivar*

Definitivamente,en nuestro país, estamos viviendo dos México diametralmente opuestos entre sí. Uno en el que la fiebre porcina es una realidad que afecta a toda la sociedad: es decir la política, en la que los escándalos recientes salpican de porquería a todos los mexicanos, como si fuera un chiquero en donde los protagonistas se regodean en sus propio excremento.
Otro, el supuesto México limpio y transparente, en el cual las elecciones son limpias, el gasto es transparente y las autoridades actúan de manera oportuna y eficiente y hasta se dan el lujo de exigir al mundo que nos ayude a resarcir, por ejemplo, las pérdidas económicas en las que incurrimos por actuar de manera eficaz ante el mundo, como es el caso de la actuación ante la influenza.
Los escándalos políticos recientes -desde el libro de Carlos Ahumada, el idem de Roberto Madrazo y las declaraciones de Miguel de la Madrid ante Carmen Aristegui, con todo y sus reacciones posteriores- nos hacen ver, que existen grupos en todos los partidos políticos , los cuales están afectados por una fiebre porcina que los ha enfermado de poder.
Es decir que están aferrados a mantener, a costa de la sociedad, los beneficios que otorgan el poder ejecutivo, el poder ejecutivo y el poder judicial, sin importar los actos de corrupción en los que pudieran incurrir para lograrlo.
No es la primera vez que se presentan ante la opinión pública hechos vergonzosos de la política. Nada más hay que recordar que hace pocos meses se dufndió el escándalo que costó el puesto a Luis Téllez y en el que aparecían los mismos personajes que ahora están en boca de todos.
Incluso, Miguel de la Madrid se había mantenido relativamente alejado de este tipo de escándalos, pero ahora está inmerso en la misma fiebre porcina que aqueja a personajes como carlos Salinas, Manlio Fabio Beltrones, Ernesto Zedillo, Gamboa Patrón, Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto, por el PRI. A Diego Fernández de Ceballos, Santiago Creel, Juan Molinar Horcasitas, Vicente Fox y muchos otros por el PAN. A Rosario Robles, Cuauhtémoc Cárdenas, René Bejarano y muchos más del PRD. Afecta también a personajes como Elba Esther Gordillo por el PRI, por el PAN o por su nuevo partido Nueva Alianza, tan de moda hoy que se celebra el día del maestro.
La lista de nombres puede ser de varios cewntenares si detiene uno a contarlos. Pero el caso es que la nueva fiebre porcina, hubo otro virus que se presentó y afectaba a Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo, pero sufrió una mutación y ahora afecta a los tres últimos presidentes priistas y a los dos panistas.
Lamentablemente, los escándalos alejan cada vez a la sociedad de la política y la arrinconan en un espacio en el cual no puede moverse, pues los canales de participación son nulos. Ojalá estos escándalos sirvan para que haya castigos ejemplares a la corrupción y se cree, a partir de ello, un nuevo modelo político en el que cada uno de los ciudadanos tenga cauces participativos.
Lo que no es entendible es que mientras se pida al extranjero ayuda por la transparencia mexicana, al intrior del país mostremos una suciedad que no se quita lavándonos las manos.
El México real, el de la fiebre porcina política sí existe. El otro México, el que se pregona en el extranjero es virtual, es el México maravilloso del que hablaba Fox, el México en el que nadie cree. Como dice el filósofo del metro: el virus de la política sí es una enfermedad porcina.

*Comentario para Radio Educación/ 15 de mayo de 2009