El filósofo del metro dice

El de los medios no
es medio es completo

Relanzan la Ley Televisa

Roberto Fuentes Vivar*


Esta semana se presentaron varios hechos que tienen que ver con los medios de comunicación de nuestro país. Para enumerarlos de manera cronológica, hay que empezar por el caso de la niña Paulette Gebara.
Al igual que se la semana anterior, este caso acaparó espacios radiofónicos, televisivos y periodísticos durante todo este periodo vacacional. Como una imposición y quizá como posible distractor, los medios trataron este tema como prioritario en la agenda nacional. Con ello quedó demostrado que definitivamente son las 17 familias que controlan los medios de comunicación audiovisuales, las que tienen el poder real de dirigir la atención de la opinión pública.
Otro caso mediático que estuvo en las ondas hertzianas fue la crónica –que no entrevista- del encuentro de Julio Scherer García al narcotraficante con Ismael El Mayo Zambada. En este caso incluso se desató cierto debate sobre si es no ético entrevistar a alguien perseguido por la justicia. Curiosamente quienes más criticaron a Julio Scherer, a quien demuestro una vez más mi admiración y mi envidia, fueron los que promovieron la inclusión del caso Paulette en las prioridades de la agenda política nacional. Es decir que estamos ante una ética que aplica solo en los bueyes de mi compadre.
También desde el punto de vista mediático, esta semana el gobierno federal inició un nuevo estilo informativo, al presentar desde Palacio Nacional un informe con datos cuestionables sobre la creación de empleo, en donde estuvieron tres secretarios de estado pero solo uno participó sin permitir preguntas, es decir al más puro estilo de los regímenes dictatoriales.
Por último el caso más importante es que el Senado decidió revivir la Ley Televisa para permitir, con otro nombre, el refrendo de concesiones hasta 20 años.
Con la presentación y aprobación en comisiones de este dictamen se contraviene una decisión de la Suprema Corte de Justicia, se vuelve a actuar con un “albazo” en contra de los intereses de la sociedad mexicana y se antepone el interés de las empresas privadas sobre las decisiones del estado mexicano.
Si bien este dictamen incorpora algunos puntos positivos como el reconocimiento de los medios públicos y los medios comunitarios, tiene en esencia muchos de los mismos vicios que la Ley Televisa inicial de 2006 y 2008. Dos hechos han sido cuestionados el día de hoy relacionados con este dictamen. El primero, la información del diario Reforma en el sentido de que fue elaborado en las computadoras de Televisa. La propia empresa lo negó. Sin embargo, el otro hecho, la presencia del vicepresidente de Televisa, Javier Tejado, no ha sido desmentido.
¿Porqué la premura de aprobar la ley de medios, sobre todo si en la cámara de diputados Javier Corral había presentado un proyecto más integral? ¿No hubiera sido más deseable que se analizaran las dos propuestas y se hiciera un análisis más de fondo? ¿Porqué tanta prisa? ¿Será porque Televisa y TV Azteca les tronaron los dedos a algunos legisladores?.
Como dice el filósofo del metro: El poder mediático no es medio, es completo.
*Comentario para Radio educación/9 de abril de 2010