El filósofo del metro dice:
Las champañas al vuelo
tienden a evaporarse
El crecimiento del PIB,
no significa recuperación
Roberto Fuentes Vivar
Seguramente en Los Pinos y en Palacio Nacional en estos momentos estarán destapando las botellas de champaña para brindar por el buen comportamiento que mantuvo la economía mexicana en el segundo trimestre del año.
El crecimiento que e anunció esta mañana, de 7.8 por ciento, es superior a lo que estimaba el contexto de los economistas y quizá por eso Felipe Calderón anunció desde temprano que habría buenas noticias.
Sin embargo, antes de alzar las copas de champaña, hay varios puntos que aclarar. El primero, es que si bien sí hay un avance con respecto al año pasado, hay que ponerlo precisamente en el contexto. En 2009, en el mismo periodo la economía se había contraído 10 por ciento, lo que significa que aún tenemos por 2.8 puntos porcentuales menos del producto Interno Bruto que hace dos años.
De hecho, si se observan las gráficas oficiales se puede ver que apenas estamos en el nivel de 2006, es decir que prácticamente ha habido tres años perdidos en materia de economía.
Otro de os motivos para no destapar las botellas de champaña es que el crecimiento inesperado de la economía mexicana se debe sobre todo al avance, también inesperado, que tuvo la economía estadounidense en el primer trimestres del año, cuando se preveía que iba a subir 2.7 por ciento y finamente lo hizo en 3.7 por ciento, lo que motivó el regocijo de emisarios y funcionarios mexicanos porque se veía un futuro prometedor.
Sin embargo, al siguiente trimestre, es decir, el segundo, ha sucedido lo contrario, se esperaba un avance mayor del Producto Interno Bruto en el vecino país del norte y aunque aún no se confirma, el avance fue apenas superior a dos por ciento, lo que ha llevado a los analistas internacionales a hablar de la desaceleración estadounidenses.
Esta desaceleración se reflejará en la economía mexicana, precisamente en el semestre que estamos viviendo, es decir el tercero.
Por eso, esta misma semana varias casas de análisis y prospectiva han comenzado a reducir su pronóstico de crecimiento de la economía para este año, hasta en un modesto 3.6 por ciento, en lugar de 5 o 5.5 por ciento, como habían previsto hasta hace unos meses.
De hecho, el crecimiento de 7.8 por ciento anunciado hoy se puede considerar como “temporal” y atribuible al avance estadounidense de los primeros meses del año. Lo que nadie sabe es ¿qué va a pasar en los próximos meses si la economía de Estados Unidos continúa desacelerándose?
Una tercera razón para no tomar champaña en este momento es porque la cruda suele ser deshidratante. Y es que resulta que la economía de México será una de las de menor crecimiento en Latinoamérica. Según la Comisión Económica para América Latina, la región tendrá un crecimiento superior al 5.2 por ciento y en algunos casos, como Brasil, Uruguay o Argentina, será de hasta 7 por ciento, mientras que nuestro país según ese organismo únicamente avanzará la mitad, a pesar de que viene de la mayor caída regional.
Como dice el filósofo del metro: la champaña suele producir gases que huelen mal y se evaporan.
*Comentario para Radio Educación/20 de agosto de 2010
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