El filosofo del metro dice:
De la independencia
nada más nos quedó
la dependencia
o será solo la pendencia
Festejos bicentenarios y
¿la verdadera soberanía?
Roberto Fuentes Vivar*
Prácticamente hoy comienza el Puente Bicentenario, pues la semana entrante muchas personas van a tener actividades a medias o de plano no van a tener actividades. Por ejemplo hoy ya comenzaron a cerrar Paseo de la reforma para hacer los preparativos del Grito.
Desde luego hay varios asuntos que merecen análisis. Uno de ellos es el gasto para los festejos. En este sentido es previsible que a partir de la semana entrante se presenten tres cuestionamientos muy fuertes para las autoridades. En primer lugar el dispendió, pues estamos hablando de que solo el fideicomiso para el bicentenario gastará tres mil millones de pesos, cifra que si se suma a la que erogarán los estados y la iniciativa privada llegara a unos 6 mil millones de pesos.
¿Porqué las autoridades están tan contentas de este dispendio? Nada menos que porque en los próximos meses la economía va a comenzar a sufrir las consecuencias de la desaceleración mundial y necesitan tener al pueblo contento. Pan y circo, decían los antiguos.
Otro de los asuntos polémicos es la transparencia de los recursos gastados. Una vez que haya pasado el grito y el desfile, seguramente el círculo rojo de la política y la economía nacionales iniciarán un despliegue para que se justifique cada centavo gastado.
El tercer punto es ¿porqué si se excluyen los gastos de infraestructura, más del 90 por ciento del presupuesto es decir mil millones de pesos para festejos se destinará a tres empresas extranjeras. La australiana Instancia y las francesas pedir France y Royal de lux, cuando el mismo espectáculo pudo haber sido hecho por empresas mexicanas y más barato? Esto no quiere decir que en estos 200 años tengamos el trauma de Malinche. No.
Aparte de esos tres puntos para la polémica hay otro asunto que vale la pena analizar en estos días previos al 15 y 16 de septiembre. ¿Cómo vamos a festejar?.
Seguramente, la población adulta lo hará con una copa de tequila. Lamentablemente ese tequila no será mexicano, pues prácticamente el 90 por ciento de las marcas tequileras son propiedad de extranjeros. Lo mismo herradura que es de Brown Forman que Sauza que pertenece a la transnacional por Pedro Domecq y hasta Cuervo tiene capital extranjero aunque minoritario. De hecho para esta temporada 15 empresas –casi todas extranjeras- lanzaron un tequila llamado Dos siglos para festejar el bicentenario y en las fiestas oficiales se brindará con tequila Herradura de Brown Forman.
Si usted va a comer un pozole es probable que la cabeza de puerco sea importada y quizá el grano haya sido procesado en Estados Unidos o acaparado por la empresa Cargill. Si va a comer barbacoa probablemente el cordero fue importado de Nueva Zelanda. Hasta el chicharrón lo trajimos de Estados Unidos Si va usted a disfrutar en un postre, de los tres sabores producidos por productos originarios de México, como la fresa , la vainilla o chocolate. Seguramente va a comer fresa procedente de Estados Unidos o de España, vainilla de Madagascar o chocolate de Costa de Marfil o de la Unión Europea que tiene registrada la formula del chocolate.
Si va a disfrutar de unos chiles en nogada tradicionales de esta temporada septembrina, lo más seguro es que el chile provenga de China, pues actualmente tenemos que importar chile poblano para satisfacer la gastronomía mexicana.
En fín, lo más probable es que cualquier alimento que consuma hoy tenga un alto porcentaje de importación y poco de hecho en México. Pero eso sí festejamos 200 años de Independencia. Como dice el filósofo del metro, de independencia solo nos quedó la dependencia o será ya nada más la pendencia.
*Comentario para Radio Educación/10 de septiembre de 2010
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