El filósofo del metro dice

Un guaje es un algo
relleno de nada

Reunión G-20: sueños guajiros
para que la economía siga igual

Roberto Fuentes Vivar*

Nuevamente están reunidos, ahora en Seúl, Corea, los presidentes o dirigentes de las supuestas primeras 20 economías mundiales, el famoso G-20. Lo más seguro es que este cónclave sólo sirva para dos cosas. Para nada y para la fotografía de Grupo.
Incluso hasta el Fondo Monetario Internacional, en un informe previo a la cumbre coreana, mostrada su escepticismo sobre algún posible logro y hasta el momento sólo se han presentado sueños guajiros para mejorar las economías del mundo.
Por ejemplo, el presidente chino Hu Jintao, presentó un programa de cuatro puntos para garantizar el crecimiento fuerte, duradero y equilibrado: Estos cuatro puntos son: el libre comercio, el desarrollo coordinado y equilibrado, una reforma al sistema financiero y eliminar las diferencias en el desarrollo.
Para empezar el libre comercio no existe porque ni China ni los países desarrollados lo practican y lo mismo juegan con las monedas para sacar provecho de sus exportaciones que imponen barreras comerciales por cualquier motivo. El desarrollo coordinado y equilibrado es una utopía de la que se hablaba desde hace más de dos siglos; la reforma al sistema financiero es una urgencia manifestada desde hace varios años, pero que no se podrá lograr mientras existan unos 900 mil millones de dólares que circulan libremente por el mundo buscando ganancias fáciles y eliminar las diferencias de desarrollo, es una fantasía que ni siquiera se alcanza en las películas de Walt Disney ni en las novelas de Corín Tellado.
Incluso el llamado que hace un año hizo este grupo de los 20, llamado “Proceso de Evaluación Mutua” para saber si las políticas nacionales chocan con las globales, sigue aún sin dar resultados y el FMI considera que habrá pocos avances en el reequilibrio de la economía mundial.
Según el policía financiero, si las naciones del G-20 adoptaran políticas de beneficio mutuo, el Producto Interno Bruto global podría crecer dos por ciento adicional para el 2014 y se crearían 25 millones de empleos adicionales.
Dos cosas sí son un hecho, el llamado permanente para que las economías reduzcan su déficit fiscal y saneen su sistema de pensiones, como ocurrió recientemente en Francia, a costa de los trabajadores. Ese tema sí es una especie de acuerdo entre todos y que continuará incluso en países como México, en donde los escándalos recientes del Instituto Mexicano del Seguro Social, podrían ser parte de esa política globalizada.
La otra cosa segura es que la guerra de las monedas, que ocupa buena parte de la agenda internacional, seguirá a largo plazo, pues países como China, Estados Unidos y los que conforman la Unión Europea, buscan un tipo de cambio que aunque sea ficticio favorezca sus economías internas.
Dentro de esta guerra de las monedas es interesante la posición del aún presidente brasileño, Luis Inazio Lula da Silva, quien pidió una reforma financiera internacional que destruya el monopolio del dólar. Pero desde luego no le van a hacer caso.
México, por su parte, es una especie de dama de acompañamiento de Estados Unidos, pues no está entre los países asiáticos, ni en los europeos, ni con Latinoamérica, ni con Norteamérica, ni en el llamado grupo BRIC. Es decir algo así como un país sin voz pero con voto.
En fin, la reunión del Grupo de los 20 es una cumbre que reúne a los dirigentes de 20 naciones, para formular buenas intenciones o sueños guajiros y que nada cambie para que todo siga igual. Como dice el filósofo del metro: un guaje es un algo relleno de nada.

*Comentario Para Radio Educación/12 de noviembre