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Friday, February 04, 2011

El filósofo del metro dice

El miedo es el mensaje

¿Hasta cuándo durará
la política del miedo?


Roberto Fuentes Vivar*

En las más recientes 48 horas se han presentado tres acontecimientos que definitivamente ponen en duda la capacidad del gobierno federal para mantener como única prioridad la lucha contra el crimen organizado.
Esta mañana el gobierno de Estados Unidos, a través de su consulado en Guadalajara, emitió una alerta sobre la inseguridad en Guadalajara y hasta prohibió a los funcionarios diplomáticos y recomendó a los ciudadanos estadounidenses no salir por la noche ni realizar viajes por las cercanías de la capital jalisciense, tras de que en los últimos días ha arreciado la actividad delictiva en esa zona.
Ayer, Human Rights Watch presentó un informe en el cual denunció que policías y militares estarían implicados en muertes y desapariciones ocurridas en Nuevo León durante el año pasado. Concretamente se refiere a ocho asesinatos y más de doce desapariciones que fueron producto del uso ilegítimo de la fuerza pública por parte de elementos del Ejército, la Marina y la policía.
El otro evento ocurrió ayer, cuando un grupo de diputados de los Partidos del Trabajo y de la Revolución Democrática, colocaron una manta en la cual se alude a la imposibilidad física y mental de Felipe Calderón para conducir al país.
Estos tres acontecimientos demuestran que vivimos en México una situación fuera de control en la que las instituciones han sido rebasadas, a través de la violencia desbordada en Guadalajara y de la responsabilidad, presuntamente ilegal, de la fuerza pública en Monterrey, mientras en la sede del Poder Legislativo se hacen sobre incapacidad presidencial.
De estos eventos, dos, la alerta en Guadalajara y el informe de la organización internacional de derechos humanos, destacan por varias razones. Una es que provienen de instituciones diametralmente opuestas, como son el gobierno estadounidense y el organismo social de respeto a los derechos humanos.
La segunda es que coinciden en su contenido al asegurar directa o indirectamente que la violencia en México ha sobrepasado a las instituciones y se ha convertido en una preocupación de orden internacional.
La tercera es que también coinciden, al igual que la manta en la Cámara de Diputados, en la incapacidad gubernamental para detener la violencia.
Y una cuarta razón que debería preocupar a las autoridades es que esta violencia se está desbordando en Guadalajara y Monterrey, que son, junto con el Distrito Federal, las principales ciudades de negocios en nuestro país.
La violencia en México, en años recientes, tiene como principio la guerra contra el crimen organizado que inició con el gobierno de Vicente Fox y se ha mantenido e incrementado con Felipe Calderón, al grado de convertirse prácticamente en la única prioridad del gobierno federal.
De los tres acontecimientos, quizá el que requiere de mayor análisis es el informe de Human Rights Watch, pues es una investigación muy concreta, con nombres y apellidos, de la forma en que las autoridades militares y policíacas son responsables de asesinatos y desapariciones.
De estros tres hechos, lo que se puede deducir o sintetizar es que en México se ha creado o se intenta crear una política del miedo, en la que los ciudadanos vivamos atemorizados por culpa de autoridades que no siempre conducen al país por el rumbo correcto. Como dice el filósofo del metro, parafraseando a Marshall Mc Luhan: el miedo es el mensaje.

*Comentario para Radio Educación/4 de febrero de 2011

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