El filósofo del metro dice

Danza de los millones
es la nueva obra de
la cultura mexicana

Bicentenario: malgasto malinchista

Roberto Fuentes Vivar*


Esta semana nuevamente se cuestionaron muchos de los gastos que se realizaron para la celebración del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución e incluso se pidieron sanciones concretas para funcionarios.
Concretamente, la Auditoría Superior de la Federación pidió a la Secretaría de la Función Pública que actúe contra los responsables de las anomalías.
Déjenme nada más recordarle al auditorio que desde mediados del año pasado, en Pulso, se denunciaron algunas anomalías como el simple hecho de que de 231 contratos, sólo tres fueron por licitación y el resto por invitación o adjudicación directa.
También cuestionamos aquí la actitud, poco nacionalista, de asignar más de las dos terceras partes de los gastos para festejos, excluyendo los de infraestructura, a tres empresas extranjeras que nos vinieron a presentar nuestra historia como si nosotros fuéramos incapaces de hacerlo.
El caso es que hoy, a la luz de las investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación se comprueban los malos manejos en que incurrieron funcionarios públicos al ejercer un gasto que, como si fuera botín, ayudó a llenar los bolsillos de empresas extranjeras, nacionales, contratistas, comisionistas y empleados públicos.
Esta oficina de auditoría que ha mostrado históricamente su independencia, por ejemplo al denunciar que las grandes empresas nacionales y transnacionales eluden o evaden impuestos, ahora pone el dedo en la llaga en varios aspectos.
Es interesante cómo determina que empleados del Turissste cobraron comisiones a cambio de contratos y cómo también se tuvieron que comprar dólares, casi como cambistas privados, para poder pagar a la empresa australiana Instancia que cobró nada menos que 580 millones de pesos.
La danza bicentenaria de los millones involucra no sólo a directivos del ISSSTE, sino también a funcionarios de la Secretaría de Educación Pública, del Fideicomiso para los festejos y hasta de la propia secretaría de la función pública que no supervisó bien los contratos.
Es interesante que la empresa que más recibió dinero fue III Servicios, S.A. de C.V., un consorcio prácticamente desconocido hasta el año pasado, que recibió 691 millones de pesos por un trabajo que aún no concluye y que en el proceso subió el precio 245 por ciento, pues en principio iba a costar sólo 200 millones.
Se trata del proyecto Estela de Luz en Chapultepec que fue retrasado incluso con la venia del secretario de Educación, Alonso Lujambio, quien adujo problemas de seguridad. Es más, hasta la fecha aún no se inaugura y tiene ya un desembolso no justificado de 208 millones de pesos.
Por cierto esta empresa III Servicios S.A de C.V. es propiedad de Agustín Castro Benítez, panista ligado al gobernador de Morelos Marco Antonio Adame y quien hasta antes de recibir el encargo del Bicentenario era secretario de obras de esa entidad..
Lo grave es que la propia secretaría de la función pública que debería vigilar la transparencia de los contratos, también fue cuestionada por la Auditoría Superior porque no ha sabido enfrentar la corrupción. Como dice el filósofo del metro. Una nueva danza se sumó a la cultura de mexicana bicentenaria, la de los millones.

*Comentario para Radio Educación/18 de febrero de 2011