El filósofo del metro dice:
Con estos güeyes hay que arar
Empresarios nos harán
la vida imposible en
2014 por los impuestos
Roberto Fuentes Vivar*
Finalmente, la Cámara de Diputados aprobó esta madrugada la llamada reforma hacendaria. Aunque falta aún la aprobación del Senado de la República, puede preverse que el esquema impositivo para el año entrante ocasiones un nuevo año de parálisis económica que nos afecte a todos los mexicanos.
Aunque sí hubo algunos cambios con respecto a la propuesta original de Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, se mantuvo en términos generales la estructura impositiva general, gracias a un acuerdo entre el PRI y el PRD:
Lo ya aprobado significa una reforma con muchos datos positivos, como el hecho de que por primera vez en la historia contemporánea se graven las ganancias bursátiles y se impongan gravámenes de 7.5 por ciento a las empresas mineras.
En varias ocasiones propusimos aquí estos gravámenes, pues la Bolsa Mexicana de Valores y la minería constituían verdaderos paraísos fiscales que únicamente beneficiaban a menos del uno por ciento de la población y que provocaban una desigualdad impositiva a todas luces ridícula. Es interesante que sólo los diputados panistas se opusieron a estos impuestos.
En las negociaciones entre legisladores se acordó eliminar de la propuesta original el IVA en el pago de colegiaturas en escuelas privadas, el IVA a la renta de vivienda y en la compra/venta de casas con valor menor a 3.5 millones de pesos y el IVA a los espectáculos, joyas y obras de arte
La sesión de la Cámara de Diputados se prolongó por casi 19 horas y el pleno aprobó -con 317 votos a favor, 164 en contra y cero abstenciones- esta reforma hacendaria y según el secretario de Hacienda, Luis Videgaray los impuestos rechazados significan un agujero de casi 60 mil millones de pesos, que puede ser subsanado a través del crédito, pues sí se aprobó un endeudamiento de 1 por ciento del Producto Interno Bruto o mediante ajustes al precio del crudo.
Lamentablemente, la reforma fiscal sigue dejando buena parte de los ingresos del sector público en la carga petrolera y poco se hace por ampliar la base fiscal, lo cual es una de las asignaturas pendientes. También lamentablemente, dentro de los aspectos que sí se aprobaron, hay varios que afectan a industrias enteras como el de los refrescos o a industrias milenarias mexicanas como la del chicle y el chocolate. Aquí vale la pena mencionar como a través de los impuestos se han destruido industrias completas de productos originarios de México como el tabaco y ahora se hace con la del chicle y la del chocolate.
Además, existe la duda acerca de si los impuestos para prevenir la obesidad como son los que se pondrán a los endulzantes y a los alimentos chatarra realmente inhibirán el consumo o solamente sacarán del mercado a productores nacionales para ocasionar una importación masiva de esos productos como sucedió con el tabaco.
Otra de las cosas que hay que lamentar es que la iniciativa privada está bastante descontenta con la reforma, lo que seguramente provocará cierta parálisis. En este sentido, lo grave para todos los mexicanos es que durante 2014 vivamos otro año de escaso crecimiento y con los bolsillos vacíos.
Ya estamos viendo como este año enfrentamos un crecimiento que si bien nos va será de uno por ciento, con alto desempleo, como lo dio a conocer hoy el INEGI en su reporte mensual que indica que la desocupación en septiembre fue la más alta desde febrero.
En síntesis qué bueno que por primera vez el fisco grava a sectores que parecían intocables como la bolsa y la minería, pero que grave que otros impuestos van a afectar a la economía de quienes menos tienen y que los empresarios seguramente protestarán haciendo quie el año entrante sea nuevamente un año perdido. Como dice el filósofo del metro: Con estos gueyes hay que arar.
*Comentario para Radio Educación/ 18 de octubre de 2013
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