El filósofo del metro dice:
Sismo económico también
necesitará reconstrucción
Reconoce México posible
fracaso en ronda TLCAN
Roberto Fuentes Vivar*
Finalmente parece ser que el gobierno y los
empresarios mexicanos han comenzado a aceptar la posibilidad de que el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte sea finalmente derogado, echado a la
basura o simplemente se convierta en letra muerta.
Por lo menos así lo demuestran las declaraciones del
secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, luego de tres rondas de negociaciones
en las cuales Estados Unidos ha impuesto su voluntad, en contra de sus
contrapartes mexicana y canadiense.
Ayer, ante empresarios latinoamericanos, dijo que el
gobierno de Donald Trump ha adoptado una estrategia donde le ponen dinamita a
toda la negociación para luego establecer un sistema de intercambio de
posiciones para empezar a cerrar capítulos, pero no es posible hacerlo en una
negociación que va demasiado rápido y no hay tiempo que perder en fuegos
artificiales.
En síntesis el lenguaje de Guajardo comenzó a
cambiar y por primera vez ha comenzado a analizar la posibilidad de que
fracasen las negociaciones, porque el gobierno estadounidense insiste en negociar
puntos con los que no están de acuerdo ni México ni Canadá. por eso el
funcionario mexicano hasta se atrevió a decir que México va a dejar de apoyar a
Estados Unidos, en temas como el migratorio o el de la seguridad..
Las declaraciones de ayer se realizaron en un foro
empresarial que se celebra en Los Cabos y ahí estuvo Juan Cortina Gallardo,
presidente de la cámara azucarera, cuyos acuerdos sobre el dulce fueron el
preámbulo de las negociaciones del TLCAN.
Juan Cortina, en su carácter presidente del Consejo
Empresarial de América Latina (CEAL), dio un giro de 180 grados al discurso de
la política económica mexicana, al asegurar que hay que volver la vista a los
países latinoamericanos, ante un eventual fracaso de las negociaciones del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Textualmente dijo: “Durante décadas los mexicanos sólo hemos
volteado hacia Estados Unidos, pero ante los desafíos que plantean las medidas
económicas proteccionistas de Trump es necesario y urgente activar todos los
mercados a los que tiene acceso nuestro país, de ahí que lograr un nivel
profundo de integración con países en América Latina puede fortalecer la
economía mexicana, empezando por las pequeñas y medianas empresas que son las que generan la mayor parte de los
empleos en la región”.
Paralelamente, en Washington, el ex representante
comercial de la Casa Blanca y ex presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick,
consideró que existe 50 por ciento de probabilidad de que el presidente Donald
Trump retire a Estados Unidos del TLCAN en un año. Se trata de un riesgo muy
serio, dijo.
Ante esta posibilidad que cada día se vuelve más de
que fracase el Tratado de Libre Comercio, incluso en la cuarta ronda de
negociaciones que se inicia la semana entrante, hay muchas cuestiones que que
analizar.
Quizá la primera es la falta de información del
gobierno hacia los mexicanos, pues muchas de las noticias que han surgido acerca
de las negociaciones, han surgido del extranjero, mientras que las autoridades
nacionales han mantenido silencio y hasta fueron de los que promovieron que se
firmara una cláusula de confidencialidad durante las pláticas. Es decir que los
mexicanos estamos muy al margen de todo lo que sucede en las negociaciones, a
las cuales por cierto no acuden representantes sociales ni obreros, sino
solamente el gobierno y el sector empresarial.
Otro punto que hay que analizar es que el gobierno
mexicano ha actuado mal y a destiempo, supeditado en todo momento a las
directrices de Estados Unidos. Nada más para explicar estas afirmaciones, vale
la pena mencionar que desde el 17 de
julio de 2016, hace más de un año, cuando Trump fue elegido candidato a la
presidencia, mostró como una de sus promesas de campaña la salida del TLACN. Es
decir que hubo mucho tiempo para planear estrategias. Otro elemento que pudo
haber utilizado el gobierno fue haber aplazado la tercera ronda de
negociaciones, que se realizó mientras al interior del país había una
emergencia nacional por el sismo. Haber mantenido una posición en la que le
interesaba más el mercado interno que el externo, pudo haber sido un síntoma de
fuerza ante Estados Unidos que no se
quiso utilizar.
Ahora, finalmente ya se acepta que el TLCAN puede naufragar
y si se pone en el contexto mundial, el fracaso de este bloque global y los
graves problemas que enfrenta Unión Europea luego del Brexit y las elecciones
de Barcelona del domingo, apuntan a que los dos grandes bloques comerciales del
mundo comienzan a agrietarse.
Quizá es el momento de que los líderes globales se
den cuenta de que algo tiene que cambiar y el gobierno de México comience una
política que privilegie el mercado interno y a nivel exterior recurra a los que
históricamente habían sido sus aliados, es decir los países de América Latina.
termino con una parábola: en que se parecen los
edificios destruidos en el sismo y la economía nacional basada en los tratados
comerciales, en que ambos estaban construidos sobre cimientos débiles y hasta
falsos en muchos casos. Por lo pronto, la aceptación de que el TLCAN puede
fracasar es una llamada de atención al gobierno mexicano. Ojalá la entienda.
Dice el filósofo del metro: el terremoto económico puede ser estremecedor y
también requerirá reconstrucción.*Comentario para Radio Eeducaicón/ 6 de octubre de 2017
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