El filósofo del metro dice:
En México no hay mayor
poder que el dinero sucio
Las licitaciones públicas, una
fuente de corrupción política
Roberto Fuentes Vivar*
La nueva denuncia de la Auditoría Superior de la
Federación sobre pagos irregulares a la empresa Odebrecht, viene a confirmar
que los concursos y licitaciones del sector público, lejos de transparentarse
se han opacado cada vez más y en general permiten sacar varias conclusiones.
1.- Que los contratos se pactan muchas veces desde
antes de que salgan las licitaciones públicas, con sus respectivos acuerdos o
sobornos a las autoridades que los otorgan.
2.-Que es común que los ganadores, repito
favorecidos desde antes, aumenten los precios una vez que comienzan a realizar
las obras y el gobierno termina pagando sobreprecios con el dinero de todos los
mexicanos.
3.-Que también es común que parte del dinero sucio
negociado fuera de los contratos sirva para financiar campañas políticas o acciones
electorales.
El caso de Odebrecht es ejemplar en este sentido,
pues uno de los grandes escándalos de sus contrataciones con Pemex, es
precisamente la posibilidad de que la empresa brasileña haya apoyado campañas
electorales a favor del Partido Revolucionario Institucional.
Pero no sólo está el caso de Odebrecht, sino el de
OHL. Precisamente esta semana recibí copia de una carta enviada por el abogado
Paulo Díaz Gargari a Enrique Peña Nieto y al encargado del nuevo aeropuerto de
la ciudad de México, en la cual señala que OHL está inhabilitada para
participar en concursos, mientras no se aclaren los casos de los sobornos en
que ha incurrido durante su operación en nuestro país. Sin embargo, ya aparece
como uno de los competidores.Hay que recordar que OHL fue acusada públicamente de
financiar con varios miles de millones de pesos la campaña de Alfredo del Mazo
en el estado de México.
Nada más para mencionar algunos casos recientes, no tan
escandalosos como los de Odebrecht y OHL. La semana pasada se dio a conocer el
ganador de una licitación de Pemex para arrendar 30 mil computadoras. Desde
antes de que diera a conocer al ganador, los competidores dieron a conocer que los
dados estaban marcados. Así sucedió.
Otro caso de este momento. El Centro Nacional de
Control de Gas Natural (Cenegas) está licitando su servicio de tecnología de información
y satelital. Pues ya en este momento existe molestia por parte de empresas como
Hewlett Packard, Fortinet, Palo Alto Networks, porque al parecer los dados están
marcados en favor de una empresa que ganará más de mil 250 millones de pesos,
porque presuntamente, como dicen los competidores, sobornó a funcionarios
menores del cenegas.
Desde luego, este sistema de corrupción en las
licitaciones nos viene de Estados Unidos. En este sentido, en Guatemala se
discute en estos momentos cómo el vicepresidente en funciones de Estados Unidos,
John Biden, junto con el embajador Tot Robinson presionaron al presidente
guatemalteco para que la empresa Baxter ganara un concurso de diálisis
peritoneal a la mexicana PiSA, con el apoyo de la Comisión Internacional Contra
la Corrupción en Guatemala. El asunto es tan grave que más de 17 personas
inocentes como trabajadores, médicos y académicos se encuentran en la cárcel
injustamente. Todo porque porque Biden tiene intereses financieros en Baxter.
Pero curiosamente esta misma empresa mexicana PiSA
se inconformó por un concurso que ganó Baxter en Puebla. Ya se demostraron
varios actos de corrupción en ese contrato, pero no han salido a la luz pública
porque el responsable es protegido de Manlio Fabio Beltrones y puede ser el
candidato del PRI al gobierno de Puebla el año entrante.
Con estos casos como ejemplo, puede afirmarse que la
transparencia está muy lejos de las licitaciones mexicanas. Dice el filósofo
del metro: En México no hay mayor poder que el del dinero sucio.
*Comentario para Radio Educación/ 3 de noviembre de 2017
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