El filósofo del metro dice:
La dignidad comienza por el
salario; la injusticia, también
El intrincado caso de
los salarios en México
Roberto Fuentes Vivar*
Una de las razones por las que millones de mexicanos
votaron por un cambio en las elecciones pasadas es la grave desigualdad salarial
que existe en nuestro país´, la cual provoca cada vez más irritación social.
Por eso la propuesta del ganador de las elecciones,
Andrés Manuel López Obrador de reducir salarios a la alta burocracia y a los
expresidentes, ha sido, en general bien recibida, aunque muchos personajes como
diputados, senadores, magistrados de la Suprema Corte y directivos de
organismos como el Instituto Nacional Electoral han levantado la voz para
criticar la baja de sueldos que se propone a partir del próximo año.
No es para menos, pues un magistrado de la corte
gana casi 700 mil pesos mensuales, los magistrados de tribunales andan un poco
por debajo y diputados y senadores pueden hasta superar esa cantidad de acuerdo
con las comisiones que dirijan o las que pertenezcan.
López Obrador ha propuesto un sueldo presidencial de
108 mil pesos mensuales y que ningún funcionario público gane más de esa
cantidad. En estos momentos todos los secretarios de estado, subsecretarios y
hasta algunos directores generales superan esa cantidad. Ni hablar de los
senadores, magistrados, diputados federales, alcaldes, gobernadores, y hasta
diputados locales que están por arriba del tope propuesto por el próximo
presidente de México.
Pero quizá valga la pena poner en contexto esta
cifra y algunos aspectos de la realidad salarial en nuestro país. De los 52 millones
de mexicanos que trabajan, según el INEGI, sólo 2.2 millones ganan más de cinco
salarios mínimos, mientras que más de 25 millones perciben menos de dos salarios
mínimos.
De hecho, según la Encuesta Nacional ingreso gasto,
el salario promedio de los mexicanos es de 5 mil 500 pesos mensuales, mientras
que la Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación también del INEGI, india que
sólo 1.7 por ciento de los trabajadores mexicanos percibe más de 20 mil pesos
mensuales.
En cuanto a los trabajadores del gobierno, el Censo
Nacional de Gobierno Federal 2017, señala que se reportaron 1 millón 568 personas
laborando en las instituciones públicas federales, de los cuales alrededor del
85 por ciento perciben entre mil y mil 500 pesos mensuales, mientras que únicamente
el uno por ciento percibe más de 100 mil pesos mensuales.
Esta encuesta incluso señala que de los 320
titulares de dependencias públicas que incluyen desde al presidente de la
república a los secretarios y hasta a los directores de algunas empresas
estatales, sólo 32 ganan más de 200 mil pesos mensuales y otros 30 se ubican en
menos de 100 mil pesos mensuales, lo que indica que la gran mayoría se ubica en
el rango salarial propuesto por el próximo presidente.
Como puede observarse la disparidad de los salarios
es enorme, pues una pequeña minoría gana muy bien, mientras que la abrumadora
mayoría vive en la pobreza o apenas recibe lo suficiente para satisfacer las
necesidades inmediatas.
A raíz de la baja salarial para servidores públicos
que propuso López Obrador, muchos representantes entre comillas populares,
incluso se quejaron y hasta irónicamente señalaron que se dedicarían a robar.
Algunos incluso dijeron que estarían mejor trabajando para la iniciativa
privada.
¿Es cierto eso? definitivamente no.
Las empresas que se dedican a investigar los
salarios en la iniciativa privada, como Price Waterhouse Cooper, Manpower o
Love Mondays, calculan que un Director General Corporativo, gana entre dos y
tres millones por año, un director general de empresa tiene un sueldo que
oscila entre 90 y 120 mil pesos y un gerente general tiene un salario que varía
de 35 a 70 mil pesos.
Precisamente por todos estos datos es injustificable
el oficio número 307-A.-1665, fechado el 13 de junio, en el que la Secretaría
de Hacienda aumentó el salario a 317 mil funcionarios públicos de confianza,
sobre todo en estos momentos en que la desigualdad salarial es un tema
polémico. Dice el filósofo del metro: la dignidad comienza por el salario, la
indignidad, también.
*Comentario para Radio Educación/ 20 de julio de 2018
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