El filósofo del metro dice:
La esperanza
también se cansa
La ilusión del joven
se convirtió en añeja
Roberto Fuentes Vivar*
El próximo domingo
se celebra el Día Internacional de la Juventud y en México decir juventud es
sinónimo de desesperanza y de población de alto riesgo para suicidios,
asesinatos y emigración, por no mencionar el más común de los flagelos que es
el de la drogadicción y el alcoholismo.
Lamentablemente,
en nuestro país, la juventud es el más claro reflejo del fracaso de las
políticas neoliberales que se han adoptado en las tres décadas más recientes. Al
respecto nada más basta ver las cifras oficiales.
Los datos son
apabullantes y aterradores.
En 10 años han
sido asesinados 50 mil jóvenes de 18 a 29 años
Una de cada tres
presos que se encuentra en las cárceles mexicanas se encuentra en ese rango de
edad, es decir que hay 40 mil jóvenes encerrados por haber cometido algún
delito
También uno de
cada tres suicidios en México se presenta entre jóvenes de 17 a 29 años.
Uno de cada dos
migrantes internacionales, se encuentra ese rango de edad.
¿Por qué se
presentan estas estadísticas en las que se demuestra que la juventud es el
sector de la población más vulnerable del país?
La respuesta es
muy sencilla y es dada por el INEGI en su más reciente estudio relacionado precisamente
con el Día Internacional de la Juventud:
El 70 por ciento
de los jóvenes no asiste a la escuela y el 51 por ciento no encuentra trabajo.
Esto lleva a una estadística todavía más grave:
En 2015, datos
de la Encuesta Intercensal muestran que casi 50 por ciento de los jóvenes 25 a
29 años de edad cuentan con secundaria o un nivel de escolaridad menor.
Quizá el mayor
ejemplo de cómo la población juvenil es rechazada del sistema, es que hace unos
días, la UNAM dio a conocer los resultados de su examen de admisión en el cual
sólo acepto a poco más de seis mil estudiantes, mientras que casi 70 mil fueron
no aceptados.
¿Qué sucede a
nivel familiar cuando un joven es rechazado de la UNAM? Generalmente, las
familias tienen que buscar otras opciones, la mayoría privadas, que ocasionan
una enorme sangría para las familias, pues se requieren cantidades que oscilan
entre ocho y 25 mil pesos mensuales para poder acceder a universidades
particulares.
La otra opción
es, como se dice coloquialmente, ponerse a trabajar. En este sentido, de
acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en los primeros meses de
este año, la población joven No Económicamente Activa es de 15 millones de
jóvenes de 15 a 29 años.
En cuanto a los
que se encuentran activos laboralmente y tienen un trabajo, casi nueve millones
se emplean en el sector informal. Los datos indican que, al contrario, solo 8 de
cada 100 personas que se ocupan en el sector formal de la economía son jóvenes
de menos de 29 años.
Para colmo, la
vulnerabilidad de la población juvenil se puede observar en la carencia de
prestaciones laborales, casi nueve de cada 10 personas jóvenes de 15 a 29 años
(85.3%), no goza de prestaciones laborales y sólo uno de cada 10 si las tiene,
pero no siempre cuenta con servicios de salud.
Para colmo, los
jóvenes, tanto en la formalidad como en la informalidad, son los peor pagados.
En la informalidad, por ejemplo, hay más de un millón y medio de jóvenes que no
percibe ingresos, mientras que solo hay otro millón y medio que recibe entre
dos y tres salarios mínimos. La mayoría gana entre uno y dos salarios mínimos,
lo cual no les permite por ejemplo sufragar los gastos de una universidad
privada.
Espero no haberlos cansado con tantas cifras, pero creo que las estadísticas ilustran porqué en México la juventud es sinónimo de desesperanza. Ojalá en el próximo sexenio mejore la situación para ellos que en buena medida fueron quienes le dieron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador. Ojalá no los defraude, porque la realidad ya lo hizo. Dice el filósofo del metro: En México, la ilusión joven ya se volvió añeja.
Espero no haberlos cansado con tantas cifras, pero creo que las estadísticas ilustran porqué en México la juventud es sinónimo de desesperanza. Ojalá en el próximo sexenio mejore la situación para ellos que en buena medida fueron quienes le dieron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador. Ojalá no los defraude, porque la realidad ya lo hizo. Dice el filósofo del metro: En México, la ilusión joven ya se volvió añeja.
*Comentario para Radio Educación/10 de agosto de 2018
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