El filósofo del metro dice:
Preguntas sin respuesta
generan más suspicacia
Urge aclarar el ataque
de porros en la UNAM
Roberto Fuentes Vivar*
Esta semana la agenda mediática fue dominada por el
ataque de porros a los manifestantes del CCH Azcapotzalco y otras escuelas en
las inmediaciones de la Rectoría de la UNAM.
El asunto es grave y preocupante porque seguramente
hay muchos intereses en juego.
Antes que nada me gustaría hablar un poco de
historia:
En primer lugar los porros en las instituciones
educativas han existido desde hace más de ochenta años y funcionan como grupos
de choque financiados por grupos o personas que por medio de la fuerza
pretenden imponer su poder. Son algo así como las guardias blancas de los
hacendados y ahora de las mineras.
En segundo, han tenido un papel relevante en la
historia. Nada más basta recordar que precisamente en el enfrentamiento que dio
origen al movimiento de 1968, el de la escuela Isaac Ochoterena, estuvieron
algunos porros como el famoso Johny del Poli.
En tercero, estos grupos manejan negocios, legales o
ilegales, como las cafeterías y la droga. En esa época, por ejemplo, los porros
tenían paso libre en el campo Militar número Uno que era donde se distribuía la
mariguana.
En el contexto actual, los hechos del lunes tienen
un significado especial por varias razones.
Una es la existencia un interés ajeno en el ataque
de los porros.
Otra es que, pareciera que todo el contexto de
violencia nacional quisiera reproducirse en un núcleo específico, para generar
temor.
Una más es que se presenta precisamente en un
momento histórico en el cual se ha registrado una transición de terciopelo
entre el PRI y Morena.
También hay que recordar el ataque se registran
cuando muchos estudiantes actuales escuchan ven o leen lo que sucedió hace 50
años, por los recuerdos del movimiento del 68.
Ahora quisiera focalizarme en un punto concreto, el
del CCH Atzcapozalco. Este plantel hasta hace una década era controlado por los
grupos porriles Alfonso Peralta, 18 de Octubre y 3 de marzo. Los dos últimos
ligados al PRI y al PRD y directamente a la delegación Gustavo A Madero.
Desde ese entonces, de acuerdo con uno de los
reportajes más amplios sobre el porrismo, investigado por Jesús Ramírez Cuevas,
quien será el próximo director de comunicación social de la presidencia, se
relacionaba a esta delegación y al gobierno del estado de México, como financiadores
de porros del CCH Atzcapozalco. El reportaje menciona a Sergio Cedillo (de las
juventudes del PRI), como enlace con los porros, el propio Cedillo fue
entrevistado por El Periodico, en 2009 y,decía que los porros “ganaron muchos
espacios. Sí, conocí a muchos de ellos. Andaban por el Estado de México,
apoyaban a Peña Nieto… andaban trabajando para la presidencia”.
Tras el ataque del lunes, el rector Enrique Graue
dijo que los grupos identificados en el ataque eran el grupo 32, el 3 de marzo
y la Federación de Estudiantes de Naucalpan. Nuevamente se relacionan aquí elementos
del estado de México.
El grupo 3 de marzo “3 de marzo fue fundado por
Frente Juvenil Revolucionario del PRI financiado por la Delegación Gustavo A
Madero y por grupos del estado de México
La Federación
de Estudiantes de Naucalpan tiene fuerza sobre todo en el CCH Naucalpan y en la
FES Acatlan, pero tiene alianzas en los CCH Vallejo y Azcapotzalco, según una
ficha de la propia UNAM.
Otra ficha de la UNAM señala que El Grupo 32 del
CCH-Azcapotzalco ha recibido apoyo de grupos políticos de Naucalpan y Acatlán,
desde la época del exgobernador Arturo Montiel.
Por cierto que paralelo al movimiento de los
estudiantes de la UNAM en contra del porrismo que llevó el miércoles a una de
mas marchas más numerosas de la historia al interior de CU, en Toluca, este
jueves, miles de estudiantes marcharon para protestar porque en menos de un año
han sido asesinadas tres estudiantes mujeres de la Universidad Autónoma del
Estado de México, la tercera mayor en el país después de la UNAM y la UAM.
Si se analiza todo este contexto puede asegurarse
que el ataque del lunes tiene un objetivo político no muy claro. Por eso es
importante que la UNAM, el gobierno capitalino y el gobierno del estado de
México investiguen, ahora sí a fondo, qué fue lo que ocurrió. De lo contrario
podrían crecer el malestar estudiantil y la inceertidumbre. Dice el filósofo
del metro: las preguntas sin respuesta generan suspicacias.
*Comentario para Radio Educación/ 7 de septiembre de 2018
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