El filósofo del metro dice:
Hasta en los campesinos
hay clases: no es lo mismo
de riego que de a ver si llueve
Los de la Presa la Boquilla:
minoría dentro de la minoría
Roberto Fuentes Vivar*
El conflicto de la presa La Boquilla sigue creciendo
y cada día se pueden observar con mayor claridad sus intenciones políticas.
Nada más ayer se dio a conocer que el gobernador de
Texas, Greg Abbot, solicitó a México, por medio del Departamento de Estado del
vecino país del norte, el cumplimiento inmediato del pago del líquido que
nuestro país debe dentro del tratado de aguas de 1944. Curiosamente ayer mismo
el presidente estadounidense, Donald Trump amenazaba con sancionar a nuestro
país por no cumplir sus compromisos con la lucha antidrogas.
Pero también ayer, a nivel interno, el congreso del
estado sesionó nada menos que en la presa la Boquilla, mientras que el juez
federal Néstor Pedroza dictó auto de vinculación a proceso jurídico por el
delito de posesión de armas de uso exclusivo del Ejército a los tres
agricultores detenidos por la Guardia Nacional (GN). Paralelamente la Unidad de
Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda daba a conocer el bloque
de cuentas bancarias de algunos involucrados en la toma de la presa.
Por qué digo que cada vez se destapan más las
intenciones políticas relacionadas con este conflicto. Pues nada menos porque
hay que mirar el contexto interno y externo y quizá hacernos algunas preguntas.
¿Por qué el gobernador del estado de Texas (un
estado tradicionalmente republicano) es el que exige al gobierno de Donald
Trump que México le entregue el agua? Pues nada menos porque nuestro país
vecino del norte se encuentra en medio de un proceso electoral, en el cual se
dirime si el actual mandatario es relecto. En este sentido, los republicanos
históricamente han utilizado las amenazas a México con fines políticos. Es algo
así como pégale al vecino para que voten más por ti.
Pero eso es nivel internacional. Ahora veamos a
nivel interno. El año entrante, además de las elecciones federales para
legisladores, habrá comicios para elegir al sucesor de Javier Corral como
gobernador de Chihuahua y también para 67 presidentes municipales y 33
diputados del Congreso local.
En este sentido valen la pena otras preguntas: ¿Por
qué el diputado chihuahuense panista Mario Mata Carrasco tiene más de un año
incitando a los habitantes de Delicias, Mequi y otros municipios aledaños a
tomar las presas para supuestamente con ello defender el agua y evitar que se
cumplan los tratados internacionales y fue sido el primero en dar a conocer los
ataques (porque dice que así se lo dijeron los testigos) de la Guardia Nacional
en contra de los manifestantes, en noticiarios como el de Carlos Loret de Mola
o Ciro Gómez Leyva? ¿Porque fracasó en 2016 como posible candidato a la
gubernatura de Chihuahua y ahora quiere ganar notoriedad para lograrla en las
próximas elecciones para mandatario estatal?
Nada más hay que recordar que este personaje fue el
primero en afirmar que se trataba de dos asesinatos cometidos por la Guardia
Nacional. Después se confirmó que no fueron dos sino solo un fallecimiento. Incluso
hoy, en la mañanera, el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez
Bucio, y el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, detallaron el caso cuya
investigación está en manos de la Fiscalía General de la República.
Pero hay muchas otras preguntas que hacernos: ¿Por
qué la toma de instalaciones ha motivado la solidaridad de partidos políticos
tan disímbolos como el Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional
(PAN) y hasta el Verde Ecologista de México (PVEM) y organismos como el Frente
Nacional Anti Andrés Manuel López Obrador (Frenaa)? ¿Porque se trata de un
movimiento político para hacer escándalo o porque quieren desviar la atención
de asuntos ligados a la corrupción de gobiernos anteriores como el caso
Odebrecht o los libros en contra de Felipe Calderón?
¿Por qué una defensa tan férrea de agricultores,
cuando hay millones de mexicanos que viven del campo y merecen, ellos sí, la
solidaridad de la sociedad Al respecto hay que colocar el contexto. Los
campesinos supuestamente afectados son 12 mil, 12 mil que son beneficiarios del
distrito de Riego. Es decir una minoría que representa menos del cinco por
ciento de los 462 mil 586 usuarios de distritos de riego. A su vez, los usuarios
de riego totales significan, menos del 10 por ciento del total de agricultores
que hay en el país. Es decir que quienes tomadas las instalaciones de la presa
son una minoría dentro de una minoría.
Hay más preguntas: ¿Por qué ahora defienden el agua
cuando en Chihuahua las empresas mineras extraen grandes cantidades para su operación?
¿Por qué no protestaron cuando en 2017 Luis Videgaray firmó los detalles del
acuerdo vigente con Estados Unidos? ¿Por qué no protestan por la forma en que
han saqueado a los tarahumaras? ¿Por qué no protestaron cuando desviaron el
agua de los yaquis para dárselas a las grandes empresas?
Muchas, muchas preguntas en el aire, pero creo que
la respuesta es muy sencilla: se trata de una rebelión fifí, con motivos
electorales. Como dice el filósofo del metro: hasta en los campesinos hay
clases, no es lo mismo de riego que de a ver si llueve.
*Comentario para Radio Educación/ 18 de septiembre de 2020
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