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Friday, October 09, 2020

El filósofo del metro dice:

 A estas  alturas hay 

que crear el fideicomiso

para complicación de 

asuntos sencillos


Urge analizar los casi 440

fideicomisos con opacidad


Roberto Fuentes Vivar*


Si algo caracterizó a esta semana fue el debate sobre los 109 fideicomisos que pueden desaparecer y cuya extinción fue aprobada por la Cámara de Diputados hace unos días, para que se discuta ahora en el Senado de la República.

Sin embargo, más allá de esos 109 fideicomisos por los que algunos se rasgaron las vestiduras en su defensa, mientras que otros votaron su desaparición sin estudiar a fondo el caso, existen muchos otros que definitivamente necesitan ser evaluados.

Para comenzar lo primero que los mexicanos debemos saber es cuántos fondos o fideicomisos del sector público existen, pues parece ser que nadie se pone de acuerdo y según la Auditoría Superior de la Federación y el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), se manejan con entera opacidad.

En este sentido, la auditoria señala que “la opacidad en el manejo de los recursos en fondos y fideicomisos se debe a que sus operaciones son confidenciales y, una vez que entran a las cuentas en los bancos que los han administrado, el dinero se considera como ejercido y, aunque son revisados por la propia auditoria, la información disponible no es desagregada”.

Un documento que ayer presentó la bancada de Morena en la cámara de diputados expone que durante el sexenio pasado, hasta 2018 se acumularon 835 mil millones de pesos en 374 fideicomisos federales existentes, que de acuerdo que significaron 15.8 por ciento del PIB de ese año. Incluso se detalla que 92 por ciento de esos recursos no cuentan con controles de vigilancia.

Ahí se mencionan 374 fideicomisos federales, mientras tanto el INAI en un estudio al respecto señala que recibió en un año 13 mil 823 solicitudes ingresadas para 395 fondos y fideicomisos sin estructura en 2019. Ahí hay otra cifra.

El propio INAI, al exponer uno por uno de los fondos y fideicomisos menciona 355 y especifica que el año pasado recibió  343 recursos de revisión para sujetos obligados relacionados con los fideicomisos.

Se trata pues de una especie de danza de los miles de millones de pesos que se manejan con total opacidad, en la cual operan lo mismo el Gobierno federal, los gobiernos estatales e incluso el Poder Judicial y los organismos autónomos.

El INAI en otra parte de su estudio hace una división, en distintos grupos temáticos, de 384 fideicomisos y fondos públicos de la Administración Pública Centralizada, al igual que aquellos pertenecientes al poder Judicial y a los organismos autónomos. Incluso habla de 304 fideicomisos sin estructura, 25 mandatos y 7 análogos.

Tan solo en el poder judicial existen 12 fideicomisos con 24 mil millones de pesos y en los organismos autónomos hay ocho con 17 mil millones de pesos. Y aquí vale la pena comentar uno de los casos más criticados, por la incongruencia que revisten.

En la semana apareció en las redes sociales una información en la cual se hablaba de un fideicomiso para construir y mantener las casas de los jueces. En efecto, el Consejo de la Judicatura Federal administra cuatro fideicomisos con saldo de  mil 896 millones de pesos destinado al mantenimiento de casas de jueces y magistrados, además del  pago de pensiones de funcionarios en retiro.

Ayer, en la Cámara de Diputados surgió también el nombre de otro Fideicomiso, denominado “Vamos México” que según se lee en La Jornada, tuvo como meta desviar recursos públicos procedentes de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública para beneficiar a la fundación civil creada por la esposa del entonces presidente (Vicente Fox Quesada), Martha Sahagún.

Asi hay muchos. Por ejemplo, el “Mandato para la administración de los recursos del Programa de Cooperación Energética para Países de Centroamérica y el Caribe” que tiene asignado un presupuesto de 578 millones de pesos. o el “Fideicomiso para el Desarrollo de Proveedores y Contratistas Nacionales para la Industria Petrolera”, con un total de mil 259 millones de pesos o el “Fondo Nacional de Seguridad para Cruces Viales Ferroviarios” con 141 millones de pesos. Está también el “Fideicomiso para Promover el Acceso al Financiamiento de Mipymes y Emprendedores” con mil 933 millones de pesos. Incluso existen varios fideicomisos en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, para apoyar a su personal de confianza o para pagar abogados.

Y aquí vale la pena preguntar ¿es necesario un fideicomiso para las señalizaciones de trenes cuando los ferrocarriles son privados y deberían estar obligados a poner sus señales o para financiar la promoción del acceso al financiamiento cuando los créditos los ofrecen Nafin o Bancomext, o crear una situación de privilegio para trabajadores bancarios o financiar a la iniciativa privada?

Pero quizá la información más relevante es el documento de la ASF  que indica que, tan solo en 2017 los fideicomisos gastaron 267 mil 900 millones más de lo autorizado por el Congreso, sin justificación explícita.

En fin se trata de una verdadera danza de los miles de millones de pesos que se manejan en la opacidad total. Dice el filósofo del metro: a estas alturas hay que crear un fideicomiso para la complicación de asuntos sencillos.


*Comentario para Radio Educación/ 9 de octubre de 2020



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