El filósofo del metro dice:
A estas alturas hay
que crear el fideicomiso
para complicación de
asuntos sencillos
Urge analizar los casi 440
fideicomisos con opacidad
Roberto Fuentes Vivar*
Si algo caracterizó a esta semana fue el debate
sobre los 109 fideicomisos que pueden desaparecer y cuya extinción fue aprobada
por la Cámara de Diputados hace unos días, para que se discuta ahora en el
Senado de la República.
Sin embargo, más allá de esos 109 fideicomisos por
los que algunos se rasgaron las vestiduras en su defensa, mientras que otros
votaron su desaparición sin estudiar a fondo el caso, existen muchos otros que
definitivamente necesitan ser evaluados.
Para comenzar lo primero que los mexicanos debemos
saber es cuántos fondos o fideicomisos del sector público existen, pues parece
ser que nadie se pone de acuerdo y según la Auditoría Superior de la Federación
y el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), se manejan con
entera opacidad.
En este sentido, la auditoria señala que “la
opacidad en el manejo de los recursos en fondos y fideicomisos se debe a que
sus operaciones son confidenciales y, una vez que entran a las cuentas en los
bancos que los han administrado, el dinero se considera como ejercido y, aunque
son revisados por la propia auditoria, la información disponible no es
desagregada”.
Un documento que ayer presentó la bancada de Morena
en la cámara de diputados expone que durante el sexenio pasado, hasta 2018 se
acumularon 835 mil millones de pesos en 374 fideicomisos federales existentes,
que de acuerdo que significaron 15.8 por ciento del PIB de ese año. Incluso se
detalla que 92 por ciento de esos recursos no cuentan con controles de
vigilancia.
Ahí se mencionan 374 fideicomisos federales,
mientras tanto el INAI en un estudio al respecto señala que recibió en un año
13 mil 823 solicitudes ingresadas para 395 fondos y fideicomisos sin estructura
en 2019. Ahí hay otra cifra.
El propio INAI, al exponer uno por uno de los fondos
y fideicomisos menciona 355 y especifica que el año pasado recibió 343 recursos de revisión para sujetos
obligados relacionados con los fideicomisos.
Se trata pues de una especie de danza de los miles de
millones de pesos que se manejan con total opacidad, en la cual operan lo mismo
el Gobierno federal, los gobiernos estatales e incluso el Poder Judicial y los
organismos autónomos.
El INAI en otra parte de su estudio hace una división,
en distintos grupos temáticos, de 384 fideicomisos y fondos públicos de la
Administración Pública Centralizada, al igual que aquellos pertenecientes al
poder Judicial y a los organismos autónomos. Incluso habla de 304 fideicomisos sin
estructura, 25 mandatos y 7 análogos.
Tan solo en el poder judicial existen 12
fideicomisos con 24 mil millones de pesos y en los organismos autónomos hay
ocho con 17 mil millones de pesos. Y aquí vale la pena comentar uno de los
casos más criticados, por la incongruencia que revisten.
En la semana apareció en las redes sociales una información
en la cual se hablaba de un fideicomiso para construir y mantener las casas de
los jueces. En efecto, el Consejo de la Judicatura Federal administra cuatro
fideicomisos con saldo de mil 896
millones de pesos destinado al mantenimiento de casas de jueces y magistrados, además
del pago de pensiones de funcionarios en
retiro.
Ayer, en la Cámara de Diputados surgió también el
nombre de otro Fideicomiso, denominado “Vamos México” que según se lee en La
Jornada, tuvo como meta desviar recursos públicos procedentes de la Lotería
Nacional para la Asistencia Pública para beneficiar a la fundación civil creada
por la esposa del entonces presidente (Vicente Fox Quesada), Martha Sahagún.
Asi hay muchos. Por ejemplo, el “Mandato para la
administración de los recursos del Programa de Cooperación Energética para
Países de Centroamérica y el Caribe” que tiene asignado un presupuesto de 578
millones de pesos. o el “Fideicomiso para el Desarrollo de Proveedores y
Contratistas Nacionales para la Industria Petrolera”, con un total de mil 259
millones de pesos o el “Fondo Nacional de Seguridad para Cruces Viales
Ferroviarios” con 141 millones de pesos. Está también el “Fideicomiso para
Promover el Acceso al Financiamiento de Mipymes y Emprendedores” con mil 933
millones de pesos. Incluso existen varios fideicomisos en la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, para apoyar a su personal de confianza o para pagar
abogados.
Y aquí vale la pena preguntar ¿es necesario un
fideicomiso para las señalizaciones de trenes cuando los ferrocarriles son
privados y deberían estar obligados a poner sus señales o para financiar la
promoción del acceso al financiamiento cuando los créditos los ofrecen Nafin o
Bancomext, o crear una situación de privilegio para trabajadores bancarios o
financiar a la iniciativa privada?
Pero quizá la información más relevante es el
documento de la ASF que indica que, tan
solo en 2017 los fideicomisos gastaron 267 mil 900 millones más de lo
autorizado por el Congreso, sin justificación explícita.
En fin se trata de una verdadera danza de los miles
de millones de pesos que se manejan en la opacidad total. Dice el filósofo del
metro: a estas alturas hay que crear un fideicomiso para la complicación de
asuntos sencillos.
*Comentario para Radio Educación/ 9 de octubre de 2020
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