El filósofo del metro dice:
La economía mexicana
funciona sin ventilador;
ojalá no haya recaída
Semana de buenas noticias
en indicadores mexicanos
Roberto Fuentes Vivar*
A pesar de la incertidumbre que se vive en todo el
mundo por las elecciones en Estados Unidos, la semana que hoy concluye fue de
buenas noticias económicas para México y parece ser que incluso algunos de los
agoreros del desastre han comenzado a moderar sus malos presagios.
Hubo mucha información. Nada más hoy el INEGI dio a
conocer que en la Inversión Fija Bruta, creció 5.7 por ciento, con un alza
bastante fuerte, de dos dígitos, en el sector de la construcción y un avance menor
en la compra de maquinaria y equipo.
Incluso el presidente del INEGI, Julio Santaella, en
su cuenta de twitter dijo que en la “nueva normalidad”, que inició en junio, se
ha recuperado parcialmente la inversión en los meses subsecuentes.
A su vez ese instituto presentó el Indicador Mensual
del Consumo Privado en el Mercado Interior que registró un aumento real de 1.8%
en agosto y crecieron tanto la adquisición de bienes nacionales como la de los importados.
Pero hay otros datos que quizá sean más relevantes.
Uno de ellos es que, una vez que concluyeron los reportes de las grandes
empresas a la bolsa de valores, al cierre del tercer trimestre, el conjunto de
consorcios tuvo un crecimiento de 0.1 por ciento. Según analistas, los
resultados fueron mejores de lo esperado y reflejan una rápida recuperación,
dado que varias empresas ajustaron fuertemente su estructura de costos y gastos
desde el trimestre previo, mientras que la demanda resultó menos negativa
respecto de lo inicialmente anticipado”.
Incluso hasta algunos de los los críticos más
recalcitrantes de la economía mexicana actual, los de Citibanamex, ya comenzaron
a moderar sus pronósticos sobre la economía al cierre del año y los han
ajustado a una caída menor.
En cuanto a la confianza de los consumidores en la
economía, al cierre de octubre este indicador, medido por el INEGI y el Banco
de México, aumentó 1.4 unidades y si bien el indicador se mantiene por debajo
del cierre de 2019, son ya cuatro meses que se muestra al alza.
Otro dato interesante es que la venta de automóviles
en el mercado interno creció 8.4 por ciento en octubre y es el sexto mes con
avance, aun dentro de la pandemia.
Paralelamente, el peso mexicano se mantiene fuerte a
pesar de la incertidumbre electoral en Estados Unidos y se encuentra en su
mejor nivel en ocho meses, es decir desde que comenzó la pandemia. Buena parte
de esa fortaleza se debe a que las remesas que envían los mexicanos en el
exterior están en su máximo nivel de la historia.
Incluso, para complementar las buenas noticias, ayer
la presidenta global de Banco Santander, Ana Botín, señaló que México es uno de
los mejores países para invertir en el mundo y definitivamente el mejor de
Latinoamérica.
Cabe señalar que estas declaraciones, las hizo
durante un encuentro de este banco con el fondo BlackRock, cuyo presidente,
Larry Fink se ha convertido en algo así como el gurú de las inversiones
globales y es el empresario internacional que más se ha reunido con el presidente
Andrés Manuel López Obrador.
En síntesis todas estas noticias económicas parecen
confirmar tres puntos concretos.
El primero, que lo peor de la crisis ya pasó, que
abril, mayo y junio fueron los meses en que la economía mexicana tocó fondo por
la pandemia y ya ha comenzado, aunque lenta, la recuperación.
El segundo, es que los propios analistas están
reconociendo que esta recuperación es más sólida de lo que habían pronosticado,
por lo que al final del año, la caída será menor de lo previsto.
El tercero es que parece estar funcionando la
apuesta económica de la actual administración en el sentido de apuntalar el
mercado interno en buena medida a través de los apoyos a las clases más desprotegidas.
Y aquí vale la pena apuntar otro dato, en septiembre las ventas en las
tienditas de la esquina crecieron 10.6 por ciento, mientras que las de las
grandes tiendas siguen sin recuperarse, lo que indica que uno de los motores
del consumo interno es precisamente el de las ventas en tiendas de pueblo y de
la esquina.
Ahora la que falta es ver cómo repercutirá en la economía mexicana el
escándalo de las elecciones en Estados Unidos. Hay que recordar que buena parte
de nuestra economía depende de la del vecino del norte y si la incertidumbre y
sus consecuencias del escándalo electoral son graves para la economía
estadounidense podrían repercutir en nuestro país.
Por lo pronto, dentro de todas las malas noticias de
la pandemia, hay buenas noticias de la economía. Como dice el filósofo del
metro: la economía ya funciona sin ventilador. Ojalá no haya recaída.
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