El filósofo del metro dice:
A río revuelto
ganancia de
subcontratistas
Iniciativa para regular outsurcing
pilar de un nuevo modelo laboral
Roberto Fuentes Vivar*
Finalmente ayer ya quedó lista la iniciativa de reforma para ordenar la subcontratación u outsourcing, después de más de un año de análisis y desencuentros entre trabajadores, iniciativa privada y el poder legislativo.
Esta reforma tiene al menos cinco puntos
importantes:
Primero, se regula por primera vez un sector que
había crecido de manera indiscriminada en años recientes y que significa que
uno de cada cinco trabajadores en el país está contratado bajo un esquema de
outsourcing, sin contar en la mayoría de los casos con los más elementales
derechos laborales.
Segundo, precisamente con esta reforma se pone fin a
una época en la cual, para trasgredir los sistemas fiscales y laborales, la
iniciativa privada gozó de todo el apoyo del sector público, ocasionando graves
daños a las finanzas públicas y a la propia operación de instituciones
tripartitas como el Seguro Social y el Infonavit.
Tercero, esta iniciativa, de ser aprobada, junto con la reforma laboral iniciada al
inicio se esta administración, son quizá los más importantes cambios
legislativos de la IV Transformación, para desterrar el neoliberalismo, pues
con ellas se puede decir que se acabará el tiempo de que toda la productividad
del país se basaba en los bajos salarios, en la nueva esclavitud y en la precariedad
laboral.
Cuarto, el hecho de obligar a las empresas de
subcontratación a pagar sus impuestos y sus obligaciones laborales, podría
significar una buena fuente de ingresos para el sector público.
Quinto, lamentablemente, la iniciativa ha sido
cuestionada por la iniciativa privada, que asegura que se perderán empleos y
que se reducirá la productividad de nuestro país. Definitivamente en este punto
puede considerarse que abre un nuevo foco de tensión entre la IV Trasformación
y el empresariado.
Dentro de los puntos destacables, hay uno que vale
la pena destacar y es que no se criminaliza ni se elimina la subcontratación,
sino que se ordena y se regula para evitar los actos de simulación que durante
décadas practicaron muchas empresas de este tipo en perjuicio de millones de
trabajadores y del sector público, que no cobraba los impuestos.
Hay muchos detalles que hay que analizar, como la
prohibición de hacer operaciones de cierre de empresas para abrir nuevas. Nada
más hay que recordar que tan sólo en diciembre pasado fueron despedidos 380 mil
trabajadores, para luego ser recontratados, evadiendo así la responsabilidad de
la empresa y eludiendo impuestos.
En general fueron seis dependencias que trabajaron
en la elaboración de esta iniciativa y
habrá que esperar las reacciones de los empresarios que definitivamente no se
van a quedar callados.
Pero curiosamente, esta misma semana la titular del
SAT Raquel Buenrostro, presentó un informe al cierre de octubre en el cual
destacó que el cobro de impuestos entre
grandes contribuyentes fue de 200 mil millones de pesos, 164 por ciento más de la
obtenida en el mismo periodo del año anterior.
Esta cifra da una idea de cómo se fugaban los
impuestos por parte de las grandes empresas y ahora hay que esperar que se
recauden también buena parte de los 500 mil miles de millones, que se calcula evaden las subcontratistas ilegales.
Lo que sí es necesario es que la ley y su aplicación
sean parejas y entren al esquema laboral algunos dirigentes sindicales que
abusaron de este esquema.
En síntesis puede afirmarse que se trata de una de las iniciativas cruciales para el cambio de modelo económico, hacia un esquema en el que los trabajadores tengan más peso en la economía del país, y en el cual el sector público pueda recuperar sus fuentes de ingresos, luego de que por décadas se privilegió la simulación. Dice el filósofo del metro: a rio revuelto ganancias de subcontratistas.
*Comentario para Radio Educación /13 de noviembre de 2020
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