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Friday, March 25, 2011

El filósofo del metro dice:

Dime quiénes firman y
te diré que quieren


El acuerdo para la cobertura informativa
de la violencia, código de autocensura


Roberto Fuentes Vivar*

Ayer se presentó el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, el cual podría considerarse como el primer código de autocensura periodística que se pacta en México. Es también el primer acto de fundamentalismo mediático en el cual un grupo se erige como el dueño absoluto de la verdad y el resto se convierte en delincuente. Para colmo también es un acto en el que diversos sectores cierran filas en torno al duopolio Televisa-TV Azteca.
Según la información publicada en los diarios que firmaron el acuerdo, nadie se pone de acuerdo, pues algunos dicen que fueron más de 700 medios, mientras que otros cuentan a directivos y representantes de 175 medios de comunicación. Los periódicos no firmantes que cubrieron la información dan cuenta, específicamente La Jornada, de 50 directivos de negocios mediáticos.
De hecho, entre los participantes aparecen, por ejemplo 16 organismos empresariales y sólo ocho periódicos nacionales, además de que destaca la ausencia de organismos de periodistas y de escuelas periodismo.
En fin, fuera de quiénes firmaron el acuerdo, vale la pena ver, desde una óptica panorámica la foto del evento. Lo que se nota, así en términos generales es el cierre de filas de algunos periódicos, revistas y casi todas las cadenas radiofónicas en torno a Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, en estos momentos en que tratan de evitar a toda costa que Carlos Slim pueda difundir contenidos televisivos.
Después de esta vista panorámica, hay que entrar al decálogo que presentaron: En este sentido, en cada uno de los diez puntos que se leyeron, hay un mensaje común que puede sintetizarse en la siguiente frase “nosotros somos los buenos y ellos los malos.
Dos puntos destacan: Uno que señala que el periodista debe atribuir responsabilidades explícitamente y agrega textualmente “La información que se difunda sobre el crimen organizado debe asignar a cada quien la responsabilidad que tenga sobre los hechos de violencia”. Paradójicamente, en el siguiente punto del decálogo se propone “no prejuzgar culpables”. ¿Se puede asignar responsabilidades sin prejuzgar? Ahí se los dejó de tarea.
Con frases como tomar postura contra la violencia o no convertirse en vocero involuntario de la delincuencia organizada, el decálogo da muestra de lo que podría ser el primer documento de fundamentalismo mediático y propone “dimensionar adecuadamente la información”.
Yo me pregunto en este caso si Televisa o TV Azteca han dimensionado adecuadamente la información y la han ubicado en su contexto correcto o en su justa dimensión. Otro punto señala que los firmantes deben solidarizarse ante cualquier amenaza o acción contra reporteros y medios y nuevamente me pregunto si se solidarizarán, por ejemplo contra víctimas de la radio comunitaria triqui que han muerto de manos de la delincuencia organizada.
Es cierto, que desde hace mucho la sociedad demanda una mejor cobertura de la información y que exige más responsabilidad de los medios de comunicación, pero ¿serán Televisa y TV Azteca quienes van a actuar responsablemente?
Por cierto que de los diez conductores que leyeron el decálogo, al menos ocho mantienen relaciones laborales directa o indirectamente con Televisa o TV Azteca. En fín, ahora el duopolio televisivo se erige en secretaría de Gobernación, Con miras incluso a las elecciones de 2012. Como dice el filósofo del metro: Dime quiénes firman y te diré que quieren.

*Comentario para Radio Educación/25 de marzo de 2011

Friday, March 11, 2011

El filósofo del metro dice

Los rápidos están allá;
los furiosos aquí



El operativo rápido y furioso
demuestra el sometimiento
del gobierno mexicano a EU


Roberto Fuentes Vivar*

El operativo rápido y furioso iniciado por el gobierno de Estados Unidos, viene a comprobar, nuevamente, que, presumiblemente con el consentimiento de las autoridades mexicanas, nuestro país es el patio trasero de Estados Unidos, sobre todo en lo que se refiere a la delincuencia organizada.

De este operativo, mediante el cual se enviaron de manera encubierta más de dos mil armas de Estados Unidos a México, se desprenden muchas cuestiones que son de análisis profundo. La primera quizá es de qué manera el gobierno de Felipe Calderón ha comprometido la soberanía nacional en su lucha contra el crimen organizado.

A reserva de que en este caso se aclare si las autoridades mexicanas estaban o no comprometidas con este operativo encubierto, no es la primera vez que se viola la soberanía nacional por instrucciones del gobierno estadounidense. Ejemplos hay muchos.

Pero menciono uno, ligado al operativo rápido y furioso. Concretamente ¿Qué estaban haciendo los agentes de inmigración estadounidenses que fueron atacados hace tres semanas en San Luis Potosí que ni siquiera es estado fronterizo?

Cabe señalar que de este ataque se desprendió otro operativo al interior de Estados Unidos en el que fueron detenidos hace dos semanas casi 400 narcotraficantes y tras del cual el segundo de bordo de la DEA dijo textualmente: no toleraremos el asesinato de un agente o funcionario estadounidense.

Curiosamente todos los detenidos en esa redada en nueve estados de la llamada Unión Americana eran de origen mexicano. Quiere decir esto que en Estados Unidos no hay narcotraficantes, aunque eso sí las armas con que se matan a los agentes sí provienen de allá.

En este sentido otro punto que vale la pena analizar del operativo rápido y furioso es que la estrategia asumida por Estados Unidos indica claramente que en su interior sí operan mafias que controlan muchos de los tráficos ilegales en nuestro país: drogas, armas y quizá hasta indocumentados. Si no ¿cómo se pusieron de acuerdo para pasar a México las armas?

Concretamente en esta ocasión el operativo rápido y furioso fue montado para seguir la pista de la cadena de contrabando hasta sus principales responsables. En México, claro, porque los responsables de Estados Unidos permanecen, al igual que en el caso de las drogas, en suelo estadounidense y quizá con la permisividad del gobierno o al menos de empresarios y funcionarios de alto nivel de Washington.

En este contexto, vale la pena mencionar el caso sucedido ayer, cuando fue aprehendido el alcalde de Columbus, Nuevo México, junto con sus jefes policiacos por estar involucrados en el tráfico de drogas y armas. ¿A poco este alcalde actuaba por cuenta propia y era el mando más alto de las mafias estadounidenses?

En fin, con el operativo rápido y furioso se demuestra es que el gobierno de Estados Unidos puede ser indirectamente cómplice del tráfico de armas, como puede serlo también del de drogas y que su lucha contra el crimen organizado nunca se realizará su territorio, pero sí en el su vecino del sur.

También se demuestra que las autoridades mexicanas están involucradas en una lucha contra el crimen organizado con la que le hace el juego al gobierno y a los intereses de Estados Unidos y en la cual han muerto unos 35 mil ciudadanos. Esos sí, todos mexicanos.

En síntesis, queda claro que México es un laboratorio en el cual los estadounidenses pueden hacer experimentos, violando la soberanía nacional, para mantener a salvo sus intereses. Es decir, seguimos siendo el patio trasero. Si no ¿cuándo vamos a ver que detengan a un capo estadounidense? ¿Será que no existen, pero sí pueden organizar el contrabando de armas?. Como dice el filósofo del metro: los rápidos están allá, los furiosos aquí.

*Comentario para Radio Educación/11 de marzo de 2011

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006