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Friday, October 28, 2016

El filósofo del metro dice:

Esto no es joder a México,
es joder a los mexicanos

Ganancias de bancos: 60 mil mdp
Pérdidas de Pemex: 118 mil mdp

Roberto Fuentes Vivar*

En estos días todas las grandes empresas están presentando sus reportes trimestrales correspondientes al tercer trimestre del año a la Bolsa Mexicana de Valores y si se analizan con cuidado podemos ver que la mayor parte contienen malas noticias.
Concretamente, Petróleos Mexicanos (Pemex) registró una pérdida neta de 118 mil 357 millones de pesos en el tercer trimestre del año, cifra poco menor la pérdida de 167 mil 566 millones de pesos en el mismo lapso de 2015.
Sus ingresos de la empresa bajaron 12.4 por ciento en el periodo, a 274 mil 998 millones de pesos, mientras que la producción de crudo bajó 5.6 por ciento, a 2 mil 138 millones de barriles por día. Desde luego, esta es una de las peores noticias para el gobierno que sigue dependiendo en gran medida de los ingresos petroleros para administrar su presupuesto.
Pero quizá lo más grave es que este mal comportamiento de Petróleos Mexicanos tiene otras consecuencias muy graves. Por ejemplo, un funcionario de la Secretaría de Economía, explicaba ayer en Tabasco que entre 7 mil y 12 mil trabajadores han sido despedidos de Petróleos Mexicanos (Pemex), en Tabasco, a lo que se sumaron  otros 20 mil trabajadores de empresas privadas que han sido cesados por la crisis petrolera que enfrenta el país. Nada más en Tabasco habría 30 mil personas que han perdido sus empleos.
Si se toman en cuenta todos los despidos de Petróleos Mexicanos, desde que se aprobó la reforma energética han sido alrededor de 20 mil en todo el país. Lamentablemente se trata de personas que  tenían buenos salarios y capacidad de compra.
Por eso, los despidos de la paraestatal no significan solo que una familia deje de recibir ingresos, sino que, como lo señalaba el funcionario de la Secretaría de Economía, hay un efecto dominó que comienza a afectar a la economía de toda una región y hasta de una entidad. Al respecto, el INEGI presentó hoy su indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal y los resultados saltan a la vista. La economía de Campeche cayó 5.8 por ciento en el tercer trimestre, la de Tabasco 4.0 por ciento, la de Veracruz 4.7 por ciento. En todos estos casos se trata de entidades que están íntimamente ligadas a la actividad petrolera. Incluso otras entidades con menor dependencia petrolera como Tamaulipas y Chiapas, también se encuentran prácticamente en recesión.
Si señaliza con más detenimiento, puede verse que todo el sur del país, se encuentra en recesión o en desaceleración, en buena medida por la crisis petrolera y los despidos de trabajadores de la paraestatal y de las zonas cercanas a la paraestatal que generan un grave problema para la economía interna.
Lo curioso es que, mientras la mayor parte de los estados, 20 de 32 tuvieron una caída en su economía durante el tercer trimestre, comparada con el periodo anterior, hay sectores que están prácticamente en jauja. Concretamente, los bancos.
En sus reportes trimestrales, los cuatro principales bancos que operan en México tuvieron utilidades en conjunto superiores a 60 mil millones de pesos. Hoy Citibanamex, como ahora se llama oficialmente Banamex reportó que en lo que va del año sus ganancias fueron de más de 12 mil millones de pesos.
Ayer, Grupo Financiero BBVA Bancomer informó que  acumuló una utilidad de 30 mil172 millones de pesos, en los tres primeros trimestres del año y Santander dio a conocer que sus utilidades de enero a septiembre fueron de más de 11 mil millones de pesos. Banorte que reportó esta semana dijo que sus ganancias fueron de 14 mil millones de pesos
Hasta Interacciones. El banco de Carlos Hank Rhon, y en cuya sede dijo hace unos días Enrique Peña Nieto que un presidente no se levanta todos los días para joder a los mexicanos, tuvo utilidad acumulada en nueve meses de casi dos mil millones de pesos.
Esto quiere decir que los mexicanos le estamos dejando 185 millones de pesos diarios de ganancias a tres bancos extranjeros y 55 millones de pesos diarios a la principal familia de banqueros mexicanos, mientras que  la única empresa cuyo dinero si se distribuye entre todos los mexicanos, Pemex, prácticamente se encuentra en proceso desmantelamiento.
Este son las contradicciones de una política planeada para satisfacer la ambición de unos cuantos y destruir lo que es para todos. A Pemex, despidos e impuestos, a los bancos facilidades y condonaciones. Dice el filósofo del metro: esto no es joder a México, es joder a los mexicanos.
*Comentario para Radio Eeducación/28 de octubre de 2016

Friday, October 07, 2016

El filósofo del metro dice:


FMI no es Fondo Monetario 
Internacional, sino Friéguense 
Mexicanos Ilusos

Privatizar beneficios
y socializar perjuicios

Roberto Fuentes Vivar*


En la reunión de  otoño del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que se celebra en Washington, nuevamente México estuvo presente. No nada más con la asistencia del nuevo secretario de Hacienda José Antonio Meade, sino para ser víctima, otra vez, de nuevas recetas que tratan de imponer los policías financieros del mundo.
A diferencia de ocasiones anteriores en que únicamente se entregaban estrellitas de buena conducta a nuestro país, este año hubo algo así como la zanahoria y el garrote. Por un lado, sí hubo reconocimientos y hasta le pusieron palomita a México porque Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y ahora José Antonio Meade, se portaron bien.
Por el otro vinieron los regaños porque la deuda pública se les ha salido de control y a pesar de que para pagarla los mexicanos vamos a tener que sufrir el año entrante un recorte presupuestal que significa algo así como 3 mil 300 pesos por cada mexicano, los organismos multilaterales y vigilantes del modelo económico no están contentos.
Por eso, propusieron que nuestro país  cree un Consejo Fiscal Independiente que vigile el crecimiento de la deuda pública y ¡Obvio! como se ejerce el presupuesto, porque parece ser que el FMI y el Banco Mundial no están de acuerdo con que se destine dinero a programas como el combate a la pobreza.
La receta del FMI fue presentada textualmente de la siguiente forma:   “La recomendación que nosotros hacemos en la supervisión bilateral es que México podría beneficiarse si creara un Consejo Fiscal Independiente; podría tener un vínculo más estrecho entre las metas de deuda y los objetivos de deuda, podría invertir más en el marco de reglas sociales para que exista la flexibilidad necesaria a corto plazo, y que eso coincida con un proyecto de crecimiento bien anclado”.
Quién sabe qué quisieron decir exactamente con toda esa palabrería, pero una de los hechos interesantes que, quizá por primera vez en la historia, las autoridades mexicanas dijeron que no a la receta, porque según ellas no necesitamos ese órgano supervisor independiente y hasta explicaron que es la segunda vez que el FMI hace la propuesta.
En España sí le hicieron caso al FMI y crearon este consejo independiente de responsabilidad fiscal, para lo cual tuvieron que modificar. A cuatro años de haberse creado, lo único que ha hecho es emitir declaraciones de que España sigue teniendo un fuerte problema de credibilidad y que si tuviera la credibilidad de países como Bélgica, ahorraría millones de euros.
Ahora esa receta pretenden imponérsela a México, cuando prácticamente todas las recomendaciones del FMI y del Banco Mundial han fracasado. Están concretamente los casos de la reforma energética, de la reforma laboral, de la reforma fiscal y muchas otras que han mantenido a los mexicanos al borde de la miseria para satisfacer las necesidades de los organismos internacionales, de las calificadoras y de los bancos globales.
Desde luego, en esta reunión de otoño, también el Banco Mundial hizo sus recomendaciones a nuestro país. En México, dijo el banco, es un misterio que no crezca la economía y sugirió que aún hay mucho espacio para nuevas reformas estructurales.
Con esta nueva receta del fondo para crear un consejo independiente que vigile la deuda y el presupuesto y la negativa del gobierno mexicano a instaurarlo, por lo menos de momento, la reunión de otoño tuvo un nuevo enfoque, en el cual desde luego estuvieron las malas noticias como la de del FMI que redujo el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana a solo 2.1 por ciento para este año, desde 2.5 por ciento que había previsto hace unos meses.
LO que sí es un hecho es que el tema de la deuda pública, que pasará de 48 a 56 por ciento del producto interno bruto al finalizar este sexenio (sin contar desde luego algunos aspectos que no se toman como deuda), es que los agentes internacionales que van desde el FMI hasta las calificadoras y los especuladores que pueden sacar miles de millones de dólares de un país en cuestión de segundos, están preocupados porque el gobierno debe mucho y el problema es que lo debemos todos los mexicanos sin que hubiéramos tenido un beneficio real.

Ojalá esta deuda que tanto preocupa a la policía financiera internacional, se la cobraran a los funcionarios que se enriquecieron en sus cargos públicos y no la socializaran para que la paguen quienes menos tienen. Otra vez la receta de privatizar beneficios y socializar perjuicios. Dice el filósofo del metro: FMI no quiere decir fondo monetario internacional, sino friéguense mexicanos ilusos.
Comentario para Radio Educación/ 7 de octubre de 2016

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006