Un sitio independiente y alternativo para el análisis de la realidad.

Friday, May 25, 2018

El filósofo del metro dice:

En la era de economistas
se destruyó la economía

Las elecciones acabaran con
el imperio de los economistas

Roberto Fuentes Vivar*


Esta semana se presentaron varios indicadores sobre comportamiento económico de México en el primer trimestre del año, los cuales indican que nuestro país vive una situación de estancamiento en general, de retroceso en algunos casos y de crecimiento en otros.
En primer lugar, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (el INEGI) dio a conocer que el Producto Interno Bruto creció entre enero y marzo 1.1 por ciento con relación al trimestre anterior y de 2.3 por ciento en comparación con el mismo lapso del año pasado.
Lo primero que puede observarse de estas cifras es una situación desigual, pues el sector primario avanzó 5.2 por ciento, mientras que el secundario sólo se incrementó 0.3 por ciento y el terciario 2.9 por ciento. Estos dos últimos significan el 96 por ciento del Producto Interno Bruto y son los que están prácticamente estancados.
Si se analizan las cifras y los cuadros del INEGI, prácticamente todas las ramas del sector industrial tienen caídas o muestran ya una franca recesión con caídas desde hace más de un año. La Minería, la construcción, la industria petrolera y las industrias manufactureras están en una situación crítica con nulo crecimiento.
En forma paralela, también el INEGI reportó la situación de los servicios y del comercio, que en conjunto representan más del 70 por ciento del empleo en el país y en los dos casos hay retrocesos en el mes de marzo. Los Servicios Privados no Financieros reportaron una disminución de 0.3 por ciento en sus ingresos y en las empresas comerciales disminuyeron 0.8 por ciento.
Sin embargo, la Presidencia de la República y la Secretaría de Economía festinaron que en el primer trimestre del año el flujo de Inversión Extranjera Directa (IED) a México aumentó 19.6 por ciento, con lo que se rompió el récord sexenal de llegada de capitales foráneos.
De hecho echaron las campanas al vuelo porque en este sexenio han llegado casi 182 mil millones de dólares. Pero su apoyo al desarrollo es un mito..
Veamos los datos y los mitos. En primer lugar no toda el dinero que mencionaron Enrique Peña Nieto y la Secretaría de Economía llegó al país. De los nueve 502 millones de dólares, menos de mil 500 millones de dólares fueron de inversiones nuevas, es decir dinero fresco.  La mayor parte fue de reinversión de utilidades.
¿Realmente la reinversión de utilidades genera empleos? Veamos un caso. Los cinco principales bancos extranjeros que operan en México (BBVA Bancomer, Citibanamex, Santander, HSBC y Scotiabank) registraron utilidades por más de 250 mil millones de pesos en los más recientes cinco años. En esos cinco años el número de empleados bancarios se redujo de 239 mil 166 a 235 mil, es decir que aunque se reinvirtieran las utilidades las fuentes de trabajo se redujeron, lo que rompe el mito sobre los capitales foráneos.
Pero hay otra cuestión interesante: estos informes trimestrales, son casi los últimos de la era en que México ha sido gobernado por economistas (que estudiaron economía o administración o alguna maestría o doctorado en esa materia). Salvo que ganara las elecciones José Antonio Meade, del PRI, los comicios marcaran el fin de una era.
Un breve paréntesis histórico. Después de la revolución México fue gobernado por militares. Posteriormente hubo una etapa de siete sexenios de abogados. Con Miguel de La Madrid, se inició la era de los economistas. Seis sexenios ininterrumpidos.
El hecho real es que, con los abogados, el crecimiento de la economía fue de seis por ciento anual, con los economistas de 2.5 por ciento al año. En síntesis, los peores sexenios en crecimiento, como lo demuestran los datos de esta semana, han sido los de los economistas. Dice el filósofo del metro: Los economistas son los únicos profesionales que aplican la receta del bacalao a los tacos al pastor.

*Comentario para Radio Educación/ 25 de mayo de 2018

Friday, May 18, 2018

El filósofo del metro dice:

Nos metieron tantos goles que ya 
no sabemos cuál es nuestra portería

Entre el TLCAN, USA y la FIFA

Roberto Fuentes Vivar


Ya pasó una semana más y los negociadores mexicanos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte están cada día más al borde de la desesperación, porque las pláticas, como se dice en la jerga futbolística, se van a ir a tiempos extras o hasta a penaltis.
No solo los negociadores están en la total desesperanza, sino que también los empresarios se enfrentan a la incertidumbre de qué es lo que puede pasar con la economía nacional, si definitivamente Donald Trump termina ganando el partido y el TLCAN queda eliminado de la cancha de juego.
Por eso, por la incertidumbre, el peso mexicano volvió a caer ante el dólar, que se cotiza arriba de los 20 pesos por unidad, nivel que según varios analistas es el peor para la moneda mexicana desde hace poco más de un año.
En términos generales, las negociaciones mexicanos del TLCAN parecen estar en un partido de futbol, en el cual se han visto incapaces de anotar un tanto, mientras que el equipo de Donald Trump sigue marcando el ritmo del encuentro y los jugadores o negociadores bailan al son que tocan los estadounidenses.
El equipo bajo el mando de los directores técnicos Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, está jugando con todo lo que tiene para tratar de cerrar las negociaciones antes de las elecciones de julio, mientras que al equipo de Trump no le corre ninguna prisa, pues de alguna manera son los dueños del balón.
Precisamente utilizo el lenguaje futbolístico porque, además el tratado de Libre Comercio, hay un asunto que deberá dirimirse en breve en la asamblea de la federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).
Ahí deberá discutirse si se aprueba la propuesta estadounidense de que en 2026 se juegue la Copa FIFA-TLCAN, es decir que la sede del mundial de futbol sea tripartita, con partidos en México, Canadá y Estados Unidos.
Esta propuesta considerada a nivel mundial la candidatura NAFTA (por las siglas en inglés del acuerdo entre México, Canadá y Estados Unidos) prevé que dentro de ocho años los tres países se conviertan en sede de la Copa Mundial de Futbol.
Pero ¿qué pasará si definitivamente fracasan las negociaciones y el Tratado de Libre Comercio queda fuera del partido? ¿Futbolísticamente seguiría habiendo esta alianza tripartita? ¿La FIFA tomará en cuenta el fracaso del tratado para palomear la sede norteamericana?
Son preguntas difíciles de responder porque supuestamente la FIFA no toma en cuenta las alianzas comerciales, pero sí vale la pena señalar varias cosas: primero, que la propuesta fue hecha directamente por Estados Unidos y posteriormente fue aprobada por la Federación Mexicana de Futbol y más tarde por Enrique Peña Nieto.
Segundo, vale la pena analizar hasta dónde, por lo menos deportivamente, México se ha convertido en colonia o país asociado de Estados Unidos. Ya se juegan en territorio nacional partidos de la liga estadounidense de futbol americano, de la liga estadounidense de béisbol y de la liga estadounidense de básquet ball.
Si se aprueba la candidatura TLCAN para el mundial de futbol, en México solo se jugaran partidos eliminatorios y un encuentro de octavos de final. Todos los encuentros importantes se jugarían en Estados Unidos, lo que significaría que la derrama más fuerte se quedaría allende la frontera.
Pero hay más y que tiene que ver con la soberanía nacional ¿Què pasaría si México llegara a la final de la copa mundial de futbol 2026? ¿Jugaría en Estados Unidos como equipo local?. Es decir, simbólicamente el país sería un estado asociado de Estados Unidos. ¿Vale la pena? Definitivamente habría que replantear esta posibilidad, sobre todo en estos momentos en que el TLCAN está cada vez más cerca de quedar expulsado del estadio. Dice el filósofo del metro: en soberanía ya nos tantos goles que no sabemos cuál es nuestra portería.

*Comentario para Radio educación/18 de mayo de 2018




Friday, May 11, 2018

El filósofo del metro dice:

Cuando el bolsillo vota,
los partidos no importan


Las elecciones serán un
plebiscito sobre el modelo

Roberto Fuentes Vivar*


Más allá de las simpatías y militancias partidistas y de las filias y fobias de cada quien, las próximas elecciones serán una especie de referéndum o plebiscito en el cual los poco más o menos de 50 millones de mexicanos que acudiremos a las urnas votaremos por el cambio o la permanencia del actual sistema económico.
La polarización que se muestra en la sociedad entre un candidato y los demás, así lo indica. Por un lado uno de los candidatos, el que se encuentra en el tercer lugar en las encuestas, José Antonio Meade, del PRI, es el único que defiende a rajatabla el modelo económico actual.
Otro más, el que se ubica en segundo sitio, Ricardo Anaya, intenta promover una imagen de cambio, pero finalmente está a favor de muchos de los puntos del modelo económico, como las reformas estructurales.
El que se sitúa como puntero, Andrés Manuel López Obrador, promueve casi todos los días la necesidad de modificar el sistema económico actual, para dar paso a un esquema que reivindique el papel de la sociedad en la política.
Si se toma en cuenta en cuenta que muchos de los votantes están hartos de la situación que se vive en el país con gasolinazos, aumentos de precios, enriquecimiento inexplicable de los grandes grupos empresariales y falta de inclusión de las mayorías en la economía, puede verse precisamente que nos encaminaos a esa especie de referéndum o plebiscito en el cual se votara un sí o no al modelo económico.
De hecho todos los días vemos información en uno u otro sentido. Vemos, por ejemplo que hoy mismo el Fondo Monetario Internacional aprueba el modelo y por eso mantiene los pronósticos de crecimiento. Vemos también cómo los negociadores del Tratado de Libre Comercio hacen hasta lo imposible por lograr un acuerdo con Estados Unidos y Canadá antes de las elecciones para apuntalar al sistema.
Pero por otro lado vemos cómo se presentan diversos estudios que dan fe de que en muchos aspectos el modelo económico está agotado. Un ejemplo es la investigación que presentó esta semana el Centro de Estudios Manuel Espinosa Iglesias, en la que se indica el 70 por ciento de quienes nacieron pobres morirán pobres.
Este estudio señala que prácticamente desde que comenzó a negociarse el primer tratado de Libre Comercio de América del Norte, es decir desde principios de la década de los noventas a la fecha, los ingresos de los hogares más pobres se han reducido 20 por ciento, mientras que los de la clase media lo han hecho en 18 por ciento.
 Este reporte, al igual que el presentado días antes por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) señalan que los jóvenes prácticamente no tienen esperanzas. Incluso señala que sólo 2.6 millones de mexicanos perciben más de cinco salarios mínimos, mientras que 11 millones de personas no reciben ingresos o ganan un salario mínimo.
Vale la pena señalar que estos dos centros, el Espinosa Iglesias y el de Desarrollo Industrial están ligados a la iniciativa privada. El primero lleva el nombre de quien fuera uno de los hombres más ricos del país y el segundo es presidido por un empresario regiomontano, lo que indica que no son instituciones separadas del sector empresarial.
Si algunos centros ligados a la iniciativa privada dan cuenta de que el modelo económico ha fracasado al tener estadísticas como las anteriores, quiere decir que sí hay una fuerte corriente que pugna por modificar el modelo económico.
Por eso, las de julio más que elecciones serán un referéndum. Dice el filósofo del metro: cuando el bolsillo vota los partidos no importan.


*Comentario para Radio Educación/11 de mayo de 2018

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006