El filósofo del metro dice:

En verdad os digo
que la semana santa
es un  mito genial

Ni 20% de los mexicanos
puede salir de vacaciones

Roberto Fuentes Vivar*

Todos los días, durante esta temporada de semana santa,  vemos en los noticiarios televisivos las carreteras llenas, los aeropuertos saturados y las estaciones de camiones atiborradas de personas que buscan cómo salir de la ciudad en que viven para pasar unos días de esparcimiento en algún otro lugar del país.

Por eso, quienes nos quedamos en la ciudad de México o en cualquiera que sea nuestra ciudad de residencia, nos sentimos desolados y hasta frustrados por no tener la suficiente liquidez para estar de vacaciones. Hasta pensamos que todo mundo sale menos nosotros.

Pues resulta que, de acuerdo con muchas estadísticas, el turismo de semana santa es un mito genial.

Vamos por partes. De acuerdo con la Secretaría de Turismo y su filial Datatur, semana santa es la tercera temporada turística más importante de los mexicanos después de las vacaciones de verano y las de diciembre.

A pesar de que Datatur no ha vuelto a realizar un informe detallado de cómo se mueve el turismo en nuestro país desde 2013, sí existen algunos datos posteriores que confirman este mito. Para empezar en ese gran estudio que realizó la secretaría de turismo hace ya tres años, se indica que sólo en 59 por ciento de los hogares mexicanos hubo personas que viajaran en el lapso de un año.

De ese total, menos del 70 por ciento pasó una noche fuera de su domicilio habitual. Eso quiere decir que sólo 35 por ciento del total de los mexicanos turisteó al menos una noche fuera de su ciudad de origen. Mientras que dos de cada tres ciudadanos no salió de su lugar de residencia y si acaso lo hizo fue para un día de campo o una excursión y regresó el mismo día.

De ese 35 por ciento de los mexicanos que viajan, sólo el 10 por ciento lo hizo en semana santa, lo que significa que si bien las carreteras, centrales de autobuses y aeropuertos están abarrotados es porque mucha gente va a ver a sus familiares en viajes que ni siquiera se registran para la estadísticas.

Según lo que hace unos días señalaba la secretaría de turismo, Acapulco es el primer lugar de destino de los viajeros de semana santa. Esto bien puede ser cierto, pero el caso es que las propias estadísticas de sector no lo demuestran. El más reciente compendio turístico del estado de Guerrero indica que en 2014 hubo 5.4 millones de turistas nacionales durante todo el año, cifra muy inferior a los 7.4 millones que había, por ejemplo en 2008.

Pues de ese total anual resulta que en semana santa y la semana posterior no hubo más de 500 mil viajero que fueran a Acapulco. Quién sabe si este año serán menos por los 31 ajusticiamientos que se han registrado en una semana o porque quienes ya están en las playas de Acapulco han tenido que ser retirados por una alerta de que se puede registrar en las próximas horas un aumento en las marejadas.

Si se toman en cuenta las estadísticas nacionales, el lugar más visitado por los connacionales es el Distrito federal que registra el 11.3 por ciento de los turistas nacionales, mientras que Guerrero únicamente tiene al cinco por ciento y grandes conglomerados turísticos como los de Quintana Roo, únicamente el 3.2 por ciento.

Otro de los lugares más visitados por los turistas de la capital es el estado de Morelos. Pero resulta que las estadísticas indican que sólo recibe, al año un millón 200 mil visitantes, de los cuales solo un millón son nacionales  y en esta temporada no son más de 120 mil.

Hay que señalar que tanto en Guerrero como en Morelos, las fechas en que más se reciben visitantes, según la Sectur, son los meses de  verano o diciembre. Y esto, porque muchos –relativamente- capitalinos tienen su segunda casa en esas entidades. Semana santa está relegada al tercer lugar.

Seguramente este año, por la crisis que viven las familias mexicanas, las vacaciones de semana santa serán de Acapulco en la azotea, pues muchos hogares no tienen ni siquiera para ir a visitar a sus familiares en Puebla u Oaxaca. ¿Qué familia tiene seis mil pesos adicionales para erogar seis mil pesos, que según la secretaría de turismo es el gasto promedio de un viaje en esta temporada? Dice el filósofo del metro: en verdad os digo que toda la semana santa es un mito genial.

Comentario para Radio Educación /25 de marzo de 2016

El filósofo del metro dice:

Más trabajo, menos
remuneraciones igual a más
ingresos para las empresas


Trabajadores se endeudan para comer

Roberto Fuentes Vivar*

Uno de los datos que con mayor dramatismo refleja la situación que viven los mexicanos es que la mitad de los créditos que otorga el Instituto Fonacot, es para que los trabajadores compren comida. Según el director de ese organismo César Alberto Martínez Baranda, el trabajador se está endeudando para satisfacer sus necesidades primarias, que es la comida que debería de cubrirlas de otra forma y destinar el crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero o para pagar un servicio, o sus vacaciones o la educación de sus hijos.

Hay que señalar que el mismo funcionario público hace un  año me decía con preocupación que uno de cada tres créditos era para adquirir la despensa. Esto significa que en un año la cifra de trabajadores endeudados con el Fonacot para adquirir comida creció 50 por ciento. Incluso este instituto propondrá el próximo mes, en su asamblea, ampliar su capital de 660 millones a 3 mil 900 millones de pesos para poder atender la demanda.

Porqué los trabajadores se están endeudando para comprar comida. Simplemente porque el salario no les alcanza. La situación es tan grave que mientras que las autoridades festejan que existe la inflación más baja de la historia, en menos de un mes la clase trabajadora ha recibido dos fuertes golpes a su bolsillo. Uno el aumento en el precio de la tortilla. Otro, el alza en el precio de los refrescos. Concretamente Pepsi y Coca-cola aumentar sus precios entre 5 y 20 por ciento, lo que afectará aún más a la dañada clase trabajadora.

Esta situación se enmarca en una serie de datos que demuestran que el débil crecimiento económico se sustentó en la sobreexplotación de mexicanos. Aquí vale la pena mencionar un ejemplo:

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la Estadística Mensual sobre Establecimientos con Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (Immex) a diciembre del año pasado.

En el cuadro titulado “Horas Trabajadas Totales” se observa que en diciembre se llegó a un nivel máximo histórico con 513 millones 814 mil horas trabajadas, cifra muy superior a las 496 millones del inicio del año.

Paralelamente, en el cuadro Remuneraciones Medias Reales Totales, puede verse que en diciembre hay una marcada caída en los pagos, por lo que se llegó a 11 mil 605 pesos, cantidad bastante inferior a los 12 ml 057 pesos que se registraron en octubre de  2011, cuando se registró un récord. Si se analiza el cuadro puede deducirse que en lo que va del sexenio las remuneraciones de los trabajadores de  las maquiladoras se han ido reduciendo. Cabe señalar que en la industria textil las remuneraciones fueron de sólo siete mil 487 pesos y en la agricultura de seis mil 073 pesos.

Mientras tanto, los ingresos mensuales de las empresas maquiladoras y manufactureras subieron a 325 mil 642 millones de pesos, mientras que el año anterior habían sido de 286 mil 358 millones, lo que indica que aumentaron casi un 20 por ciento, a costa de menores remuneraciones y más horas trabajadas.

Paralelamente gracias a la devaluación del peso, el salario mínimo mexicano se ubicó como el más bajo de América Latina y uno de los más bajaos del mundo, superado sólo por algunos países africanos.

Resulta que, el salario mínimo mexicano es de sólo 119 dólares mensuales, mientras que en República Dominicana Haití o Nicaragua es de más del doble, pues respectivamente se sitúa en 231 dólares, 238 dólares y 252 dólares.

Con estos salarios, no sería nada raro que en un futuro los albañiles tengan que recurrir al fonacot para comprar su chesco diario y su lata de sardinas. Como dice el filósofo del metro: Más trabajo, menos remuneraciones igual a multiplicación de ingresos para las empresas.

*Comentario para Radio Educación/18 de marzo de 2016

El filósofo del metro dice:

No es lo mismo servir
en las costas de México
que servirse a costa de México

Ecos de la 79 Convención Bancaria

Roberto Fuentes Vivar*

Como cada año, se celebra en Acapulco la Convención Bancaria. En esta ocasión es la número 79 y también como cada año se brindan cuentan alegres del desempeño de los bancos en nuestro país. Al igual que hace un año, el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Robles Miaja, dijo que los bancos viven el mejor momento de la historia contemporánea.

Anoche fue inaugurada la convención por un Enrique Peña Nieto sobrio, repetitivo y como quien llega a su casa a cenar y sólo presenta un reporte del día en el que todo fue positivo. Como se dice en el argot periodístico, no dio la nota.

Los que sí la dieron fueron el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, pues al parecer ya dirimieron sus diferencias y están más juntos que nunca trabajando por el bien del país y por los mexicanos.

De hecho, el que dio la mejor nota, desde el punto de vista periodístico fue Carstens, quien anunció la creación del Sistema de pagos interbancarios en dólares, con la siglas SPID, que entrará en vigor el 4 de abril y es un mecanismo para que las empresas puedan realizar operaciones en dólares y hasta abrir cuentas en moneda extranjera.

Según el Banco de México, este mecanismo surge de la importancia que han adquirido las  transferencias denominadas en dólares en el país y que tienen que ver con que varias cadenas de producción realizan sus transacciones en dólares aun en territorio nacional.

Aquí vale la pena analizar dos cuestiones. Una que con este mecanismo podría frenarse la demanda de dólares por parte de las empresas en el mercado cambiario, lo que supuestamente apoyaría al peso mexicano. Una segunda es que en efecto, muchas empresas tienen que esperar hasta varios días para el dinero que viene del extranjero sea cambiado a moneda nacional o viceversa, siempre de acuerdo con la cotización de un banco. Una tercera cuestión es si estarán preparados los bancos y las autoridades para detectar por ejemplo el blanqueo de dólares procedentes del crimen organizado. Y un quinto punto que dejo como pregunta ¿es el principio de una mayor dolarización en la economía mexicana?

Esto en lo que refiere a Agustín Carstens. En lo que respecta a Luis Videgaray parece ser que estuvo más preocupado por el paquete de rescate a Petróleos Mexicanos que por otras cuestiones bancarias y prácticamente todas sus intervenciones y entrevistas han tenido que ver con Pemex.

Pero cosa curiosa, mientras Videgaray  defendía a Pemex como López Portillo defendió al peso, en México se anunció la llegada de la empresa  estadounidense Gulf, que viene a apropiarse de dos mil estaciones de gasolina. Digo apropiarse porque su esquema es son construir, sino asociarse con los franquiciatarios Pemex sin cobrarles un centavo por la franquicia, es decir que viene a piratearse a los clientes de Petróleos Mexicanos.

Volviendo a la convención bancaria, una de las cosas que están en tintero es ¿para qué ha servido que la banca esté en su mejor momento y el crédito sea el mayor de la historia si no ha logrado financiar el desarrollo?

En teoría los bancos deben ser los principales promotores del crecimiento al poner el dinero para que las empresas crezcan y puedan ofrecer mejores salarios a sus trabajadores. Pero el país no crece, las empresas quiebran y los trabajadores no reciben mejores salarios, sino que por el contrario hay casos en que se han reducido los sueldos.

Es cierto que se ha aumentado el crédito a las empresas como lo dicen todas las estadísticas que se han presentado en la 79 convención bancaria, pero también es cierto que el crédito al consumo también aumenta y que son los trabajadores que se han endeudado hasta para comprar la despensa, los que han logrado que las utilidades de los bancos aumenten hasta cinco veces más que la economía. Por eso, los bancos no habrán cumplido a cabalidad su papel hasta que no se convierten en promotores del crecimiento económico, lo cual se ve lejos de la realidad nacional. Como dice el filósofo del metro: no es lo mismo estar en las costas propias de México, que el bienestar propio a costa de México.

*Comentario para Radio Educación/ 11 de marzo de 2016

El filósofo del metro dice:

Sobrevivir, sucede hasta
en las mejores familias

La familia priista una que
puede festejar el domingo

Roberto Fuentes Vivar*

Este domingo se festeja el día de la Familia. Desde que se decretó hace 10 años que el primer domingo de marzo de cada año se celebraría este día, se trata de una fecha que definitivamente no cuaja ni siquiera con fines comerciales.

Pero eso sí hay muchos tipos de familias. En primer lugar, de acuerdo con el INEGI, 96.8 por ciento de los mexicanos vive en un hogar familiar.

Claro que en México hay de familias a familias. La familia priista por ejemplo es una de las más felices del país, aunque es odiada por el 80 por ciento de la población, como lo demuestran los resultados electorales, en los que sólo el 20 por ciento de los posibles votantes sufraga a favor de esa familia que a veces parece ser como las familias italianas de la mafia y se protegen entre sí. Ya ven nada más como extendieron sus tentáculos hasta España para apoyar al expresidente priista Humberto Moreira. Hoy esta familia va festejar por la noche su 87 aniversario, pero el jefe de familia,  Enrique Peña Nieto no va a asistir a la fiesta. De todas maneras, la familia priista a pesar de ser de las pocas que gozan de prebendas y canonjías se encuentra también dividida, pues el nombramiento de candidatos a gobernadores no ha dejado a todos satisfechos.

La familia panista es la que no sabe ni para dónde va, pues por una parte quiere emparentarse o unir los lazos familiares con otros partidos, mientras que muchos otros panistas prefieren seguir siendo una familia endogámica, porque las bodas con otros acaban en divorcio, como sucedió con su alianza con el Partido del Trabajo en Oaxaca.

La familia perredista está peor, pues se ofrece como novia despechada a ver quién le hace caso, pero casi nadie quiere unírsele, luego de que ha perdido todo su valor ideológico familiar y ancestral que le dieron origen. Incluso hasta la virginidad tan apreciada en las familias hace algunos años.

El caso de la familia Morena es muy probable que no puedan festejar el domingo, pues el jefe de familia, Andrés Manuel López Obrador, ya ha comenzado a sufrir las desavenencias y su hermano se pasó al PRI y se ha convertido en uno de los principales opositores al peje. Como dirían los clásicos. Todo queda en familia.

La familia empresarial tampoco tiene nada que festejar. Por una parte, hay miembros que están enterrando a sus muertos porque en lo que  va del sexenio, según el Sistema de Información Empresarial mexicano (SIEM) han tenido que cerrar sus puertas unas 70 mil empresas. Además hay otras 40 mil empresas que se encuentran en situación difícil y pueden quebrar porque la familia priista no les paga los que les debe y tienen que estar realizando el carrusel de 60, 90 0 180 vueltas a ver si en alguna les pagan.

También esta familia empresarial se adelgazó. De acuerdo con Forbes, casi todos los mexicanos redujeron su capital en el último año, además de que dos familias definitivamente salieron de la lista, la de los Vigil, dueños de Campos Hermanos y la de Max Michel Suberville, dueño de Liverpool, aunque otras dos familias levantaron su cabeza para aparecer entre las más ricas del mundo la de Achar que vendió su empresa Comex y la de Espinosa Abdala, quienes vendieron su farmacéutica Rimsa a la israelí Teva.

La familia sindicalista en vez de festejar está de pésame, pues de 55 millones de mexicanos que conforman la población económicamente activa, apenas hay menos de un millón 500 mil sindicalizados por lo que se trata de una familia en vías de extinción.

La familia neoliberal seguramente sí festejará porque según ellos la economía mexicana aguanta a pesar de todas las turbulencias extranjeras, aunque como vive fuera de México y fuera la realidad, seguramente lo festejará en otro país o en otro planeta, en el cual sí existe el México maravilloso.

Pero en términos generales la familia mexicana, como promedio, está fregada y no sabe cuándo podrá salir de la crisis. Uno de sus miembros acaba de ser despedido. Otro tiene cuatro meses buscando trabajo y el único que mantiene el hogar aguanta tres trabajos para poder solventar los gastos de la casa, mientras los niños definitivamente tienen que acostumbrarse a comer rebanadas de aire, aunque eso sí, enriquecido por la contaminación. En fin, el domingo es el día de la familia y como diría el filósofo del metro: sobrevivir sucede hasta en las mejores familias.

 

*Comentario para Radio Educación/ 4 de marzo de 2016