El filósofo del metro dice:

Con la globalización
la muerte tiene permiso

Contaminación en Sillicon Mexicano
mata casi a un mexicano por semana

Roberto Fuentes Vivar*

Esta semana se realizó un evento en Guadalajara, Jalisco, que casi no tuvo acogida en los medios de comunicación. Sin embargo, el tema es tan grave que creo que merece un comentario.


En síntesis, una veintena de personas llevaron a cabo un mitin en el que se recordaron cinco años de la muerte del niño Miguel Ángel López Rocha por intoxicación con arsénico, luego de haber caído al río Santiago.

Los datos que dio a conocer ahí el presidente del Comité Ciudadano de Defensa Ambiental de El Salto, Raúl Muñoz Delgadillo, son apabullantes pues hablan de una muerte sistemática por contaminación que ocasionan las empresas del llamado Sillicon Valley mexicano.

Según este luchador social –que ya ha sido amenazado y hasta encarcelado- en cinco años han muerto 316 personas en El Salto a causa de la contaminación. Nada más el año pasado, con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, solo el año pasado, 44 habitantes de El Salto murieron por la contaminación en la zona. Esto significa casi un deceso por semana. Lo que da una idea del desastre ecológico y cómo ha afectado a la comunidad.

Investigando un poco más me encontré el reporte de una especialista en ginecología que trabajó en la zona y dice textualmente: “he observado un incremento paulatino y preocupante en la incidencia de abortos, huevo muerto retenido, embarazo anembriónico, malformaciones fetales como anencefalia. Los pacientes que han manifestado estos problemas no tienen antecedentes hereditarios ni genéticos: la única explicación viable sería el alto nivel de contaminación ambiental generado por el río”.

Según los reportes, desde el año pasado se debía haber cumplido con las normas ambientales luego de la puesta en operación de una planta de tratamiento, que en los hechos no ha podido acabar con el problema de salud.

Por eso, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) emitió una macro recomendación debido a la grave contaminación del río y la cuenca del Ahogado. El documento incluyó medidas cautelares con 172 puntos dirigidas a varios municipios, al gobierno estatal, a la Comisión Estatal del Agua y al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado.

La Comisión Estatal del Agua reportó que en la cuenca del Ahogado 74 por ciento de casi 250 industrias visitadas son contaminantes en distinto grado, aunque solo 22 de ellas han sido infraccionadas.

¿Qué significa la población de El Salto? Concretamente esa zona industrial ha sido considerada como el Sillicon Valley mexicano, pues ahí se han instalado más de 200 empresas la mayoría relacionadas con las tecnologías de información. Lo mismo se fabrican computadoras que chips y hasta automóviles y motos.

El presidente de la Asociación de Industriales de El Salto, Jesús Lara Herrera, rechazó que la contaminación del Río Santiago sea ocasionada por las empresas del corredor industrial, en donde se generan unos 10 mil millones de exportaciones anuales.

Sin embargo, organismos no gubernamentales que van desde Greenpeace hasta una decena de organizaciones nacionales y estatales, exigen que el gobierno frene la contaminación del río Santiago que causa innumerables muertes entre la población.

Pero no les hacen caso. Por el contrario, ahora el expresidente Vicente Fox quiere hacer ahora un Sillicon Valley en su rancho de Guanajuato. Creo que este caso muestra una de las peores repercusiones del neoliberalismo. Como dice el filósofo del metro: con la modernización, la muerte tiene permiso.

*Comentario para Radio Educación/ 15 de febrero de 2013

El filósofo del metro dice:

En la mina brilla el oro
al fondo del socavón;
al canadiense le toca todo,
al mexicano el mal olor

Las mineras contaminan
más de lo que producen

Roberto Fuentes Vivar*

Esta semana el INEGI dio a conocer un documento que resulta realmente interesante. Se trata de las cuentas económicas y ecológicas de México y en él se le pone precio en pesos y centavos a la degradación del medio ambiente.


En términos generales, con datos de 2011, se calcula que el deterioro ambiental representa 984 mil millones de pesos, es decir casi un billón de pesos y representa el 6.9 por ciento del producto interno bruto. Pero quizá lo más interesante es que mide por industria el costo de la degradación que causan. En este sentido, la minería es la industria más contaminante, pues su costo de deterioro ambiental es de 275 mil millones de pesos. Es decir más de la cuarta parte de la contaminación total.

Nada más para dar una idea, la industria manufacturera –que es el pilar económico del actual sistema- ocasiona gastos ambientales por sólo 34 mil millones de pesos, es decir casi una décima parte de lo que provoca la minería.

Otro dato más que quisiera hacer notar. Según Promexico, en 2011, es decir el mismo año en el que se basa el análisis del INEGI, la producción total minera tuvo un valor de 16 mil 761 millones de dólares, algo así como 200 mil millones de pesos. Esto en términos generales quiere decir que la minería ensucia 50 mil millones de pesos más de lo que produce.

Incluso, este costo ambiental es superior a los 241 mil millones de pesos considerados por agotamiento de hidrocarburos. Además, el puro sector público invierte 21 mil millones de pesos en conservación del medio ambiente en el sector minero, es decir el 8.6 por ciento de la cifra considerada como deterioro ambiental en ese sector. Y eso es por parte del sector público, pues el INEGI no reporta inversión ecológica privada en minería.

Ojalá estos datos sirvan para dar una idea de la forma en que la minería causa daños medioambientales irreversibles. Lamentablemente, la minería, sobre todo la canadiense, ha sido consentida por el gobierno mexicano desde hace varios años. Concretamente los gobiernos neopriistas y panistas otorgaron desde 1992, cuando se modificaron las leyes para permitir la inversión extranjera en ese sector, concesiones para que empresas canadienses puedan explotar alrededor de 55 millones de hectáreas. Por eso, operan en territorio nacional más de 230 compañías mineras canadienses.

El problema es que la minería canadiense, fuera de su país, es considerada una de las más contaminantes del mundo, por lo que ha sido rechazada en varios países africanos y latinoamericanos. Lamentablemente aquí se le ha consentido y no se sabe siquiera el monto de su producción, ni la cantidad de oro, plata y cobre que sacan del así.

Además se les exenta de impuestos. Es muy probable que por primera vez para el próximo año, en la ley de ingresos se imponga un pago de regañías y derechos. Sin embargo, el daño ambiental que ocasionan es grave.

Como dice el filósofo del metro: en la mina brilla el oro, al fondo del socavón, al canadiense le toca todo, al mexicano el mal olor.

*Comentario para Radio Educación/ 8 de febrero de 2013

El filósofo del metro dice:

El oro negro de Pemex se
volvió lazo negro de luto

La explosión en la torre
y su contexto financiero

Roberto Fuentes Vivar*

En estos momentos cualquier información que se difunda sobre lo ocurrido ayer en las torre de Petróleos Mexicanos, puede ser peligrosa, por lo que estoy de acuerdo con lo que dijo hoy su director general, Emilio Lozoya, en el sentido de que no se puede descartar ninguna línea de investigación, pero que deben evitarse las especulaciones, a pesar de que ya muchos periodistas ligados a fuentes oficiales mencionan la palabra atentado.


Por sus consecuencias la explosión de ayer reviste la mayor importancia política y económica para el país y para el gobierno de Enrique Peña Nieto, pues se trata de la primer emergencia nacional en su sexenio y habrá que ver cómo la enfrenta, no sólo en los próximos días, sino en un futuro mediato cuando se den a conocer los resultados de las investigaciones.

Lo que sí es importante saber es el contexto general en el que se presentó este lamentable hecho que costó la vida a más de 30 trabajadores mexicanos.

En primer lugar esta semana, Petróleos Mexicanos presentó su informe financiero al cierre de 2012, en el que se indica que por cuarto año consecutivo la empresa registró pérdidas, debido a la excesiva carga fiscal.

En síntesis, la paraestatal obtuvo utilidades antes de impuestos por un billón 72 mil millones de pesos, pero tuvo que pagar a Hacienda casi un billón 68 mil millones de pesos, por lo que sólo le quedaron menos de cinco mil millones de pesos. Con ellos tuvo que pagar intereses de su deuda y al final registró una pérdida de 34 mil millones de pesos. Esto quiere decir que por una mala administración, el petróleo de todos los mexicanos sólo sirvió para alimentar las arcas de secretaría de Hacienda.

Precisamente mientras Pemex presentaba su informe financiero, Enrique Peña Nieto regresaba de Chile, a donde acudió a la cumbre latinoamericana y anunciaba una posible asociación entre la mexicana Petróleos Mexicanos y la brasileña Petrobras.

Inmediatamente después de anunciar este posible acuerdo, las autoridades es decir Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, aparecieron prácticamente todos los días de esta funesta semana aclarando que Pemex no se privatizaría.

De hecho, los datos presentados esta semana señalan que las ventas de la paraestatal fueron de casi dos billones de pesos y sus gastos de operación fueron de sólo 154 mil 94 millones de pesos, menos del 10 por ciento. Es decir que se trata de una empresa tan rentable que tendría número negros por un billón 383 mil 757 millones, cifra suficiente para que fuera una de las empresas petroleras más rentables del mundo. Sin embargo, la idea de Enrique Peña Nieto de privatizar sin privatizar adquirió esta semana nueva fuerza.

En fin, todos los datos de la empresa parecen estar encaminados hacia crear la percepción de que Pemex está en quiebra. En este contexto ocurrió la explosión de ayer. Una empresa sofocada por la secretaría de Hacienda y una nueva campaña mediática para que la reforma energética se convierta en el salvavidas de la paraestatal. Como dice el filósofo del metro: El oro negro de Pemex se convirtió ayer en moño negro de luto.

*Comentario para Radio Educación/ 1 de febrero de 2013