El filósofo del metro dice:
El primer deber es vivir
aunque se tenga que deber
Alcaldes desesperador
por dinero bloquean
la autopista del sol
Roberto Fuentes Vivar*
En
un hecho inédito, quienes ayer bloquearon la Autopista México-Acapulco no
fueron los maestros, ni los familiares de los normalistas de Ayotzinapa, sino
los alcaldes de Guerrero, que ya asumieron una posición más radical para exigir
la entrega de participaciones federales y estatales porque no pueden ni
siquiera pagar los sueldos de sus trabajadores.
Según
lo explicaron ayer mismo, más de la mitad de los presidentes municipales
guerrerenses (48 de 81) decidieron adoptar medidas drásticas como bloquear
autopistas porque el dinero no les llega y no tienen forma de mantener la
operación en sus ayuntamientos.
Lo
interesante es que los alcaldes manifestantes provienen de los tres principales
partidos políticos, PRI, PAN y PRD, y se han unido porque la situación de sus
finanzas es insostenible. No han podido pagar a sus acreedores y prestadores de
servicios y están a punto de dejar de pagar a sus trabajadores.
Dentro
de los alcaldes que se han manifestado están varios de los municipios más
pobres del país. Antes de tomar la carretera, fueron al Congreso del estado en
donde los legisladores solicitaron al gobernador interino de Guerrero, Rogelio
Ortega Martínez, que gestione ante el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, un
préstamo que pueda resolver sus necesidades urgentes.
El
asunto es grave por varias razones. Una de ellas a nivel estatal, porque el descontento
de los alcaldes se suma al descontento de diversas organizaciones sociales que
mañana realizarán varios eventos de protesta al cumplirse un año de la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La
otra razón es la económica que entraña un problema de fondo de que tiende a
convertirse en un polvorín y en una bola de fuego si no se encuentra una
solución para aliviar los problemas inmediatos de los estados y municipios.
Desde
hace varios años, por el retraso en la entrega de participaciones, a veces
política por ser gobernadores o alcaldes de partidos distintos a los del
gobierno federal, los gobernadores y alcaldes han tenido que endeudarse para
poder cubrir sus necesidades financieras inmediatas, incluso a veces nada más
para poder pagar los salarios.
Por
eso, la deuda de estados y municipios suma actualmente alrededor de 550 mil
millones de pesos y gravita sobre las finanzas públicas de manera peligrosa en
lo que los economistas consideran la macroestabilidad económica.
Uno
de los efectos de que no haya dinero para los estados y municipios es que se ha
convertido en una bola de fuego, porque se ha extendido a prestadores de
servicios privados. En este sentido, los gobiernos municipales y estatales
deben a la iniciativa privada 120 mil millones de pesos, lo que pone en peligro
la viabilidad de miles de empresas.
Incluso
la Confederación de Cámaras Industriales ya amenazó que iniciará demandas
contra estados y municipios que han incurrido en incumplimiento de pagos y
señaló que hay alrededor de 40 mil empresas acreedoras de este tipo de deudas.
Ya
para terminar, nada más quisiera agregar que buena parte de lo que sucede a los
estados y municipios es porque los fundamentos de la economía están tan mal que
hoy que se dio a conocer el informe de la balanza comercial al cierre de agosto
se indica que las exportaciones, que forman el pilar económico, cayeron 6.8 por
ciento, incluyendo las automotrices y las manufactureras, mientras que las
importaciones de bienes de consumo es decir innecesarias aumentaron 9.5 por
ciento, por lo que el desequilibrio llegó a casi 10 mil millones de dólares en
los primeros ocho meses del año. Con una economía así es imposible que se
mantenga el peso y que haya dinero para los municipios. Como dice el filósofo
del metro: el primer deber es vivir aunque se tenga que deber.
*Comentario para Radio Educación/25 de septiembre de 2015