El filósofo del metro dice:

Paciencia es una ciencia
ligada a la inconciencia

En el IMSS sangría y privatización

Roberto Fuentes Vivar*

Tras por lo menos seis meses de silencio cómplice, finalmente esta semana Enrique Peña Nieto y el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, José Antonio González Anaya, públicamente negaron la privatización del instituto.

El problema es que salvo sus más cercanos, nadie les cree, porque existen bases bien cimentadas para señalar que si bien no hay una privatización total sí se verán los primeros intentos de poner algunos servicios del Seguro social en manos privadas.

Un ejemplo claro es que el Consejo Técnico del IMSS aprobó el 21 de julio pasado  la firma de un contrato para la construcción y operación de cuatro nuevos hospitales bajo un esquema de asociaciones público-privadas (APP), El oficio 09 9001 600 000 de la dirección de finanzas, señala incluso que las empresas participarán en la gestión de los hospitales. Incluso en el presupuesto de egresos para 2016, se menciona este tipo de asociaciones para el IMSS.

Otro dato concreto, es que el viernes 24 de julio, tras un acuerdo de la Secretaría de Salud, el IMSS y el gobierno de Chihuahua, derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) comenzaron a ser canalizados a recibir atención médica y terapia diferentes hospitales y centros de rehabilitación estatales. En este caso, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, dijo que esa entidad será la primera en que se implementará el Servicio Universal de Salud, mediante el que se subrogan los servicios que puede prestar el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)”.

Un dato más la consultora transnacional IMS Health, informó que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) lanzará una licitación, como parte de un programa piloto, para que el sector privado atienda a 16 mil derechohabientes que viven con diabetes.

Como estos tres hay muchos ejemplos de cómo el Seguro Social sí se privatizará al menos en lo que se refiere a algunos servicios. Hay que recordar en este caso, el desastre que ocurrió con la subrogación de los servicios de guardería y que dieron origen al incendio en la guardería ABC y en que personajes incluso ligados al expresidente Felipe Calderón obtuvieron concesiones en este sentido.

Y aquí vale la pena mencionar cómo, mientras, según Peña Nieto no se privatiza la institución, sí hay quienes la siguen sangrando. Un ejemplo de esto es el siguiente:

La empresa Fresenius es una transnacional que cotiza en las bolsas de valores de Estados Unidos y Europa, principalmente en Alemania. En México tiene socios como Alfredo Merino, quien dirige las operaciones en nuestro país, Luis Fernando Magaña Vázquez, dueño de clínicas en Michoacán y  Carlos Méndez, propietario de clínicas en Guanajuato.

Pues esta empresa alemana perdió la licitación para ofrecer el servicio de hemodiálisis para derechohabientes del Seguro Social tanto adentro de las clínicas del IMSS como extramuros, un negocio que significaría algo así como 200 millones de pesos anuales.

Sin embargo, sigue ofreciendo el servicio en las clínicas asociadas con un sobreprecio de 40 por ciento que el IMSS tiene que pagar, en contubernio con funcionarios locales del instituto.

Esto ocurre concretamente en Michoacán y Guanajuato, en donde incluso los pacientes fueron amenazados de que se les retiraría el servicio si no acudían a las clínicas particulares de Fresenius, en donde la empresa transnacional ofrece el servicio con sobreprecio.

El asunto es tan grave que ya existe una denuncia penal del IMSS en contra de la transnacional Fresenius por el cobro de 86 millones de pesos por tratamientos que no dio. Resulta, que el doctor Carlos Méndez, beneficiario directo de la empresa alemana es también empleado del IMSS.

Así las cosas, la privatización sigue en marcha y, mientras tanto quienes sufren las consecuencias de la corrupción privada asociada a la de algunos funcionarios del instituto, son los pacientes. Como dice el filósofo del metro: La paciencia es una ciencia que puede llegar a la inconciencia.

*Comentario para Radio Educación/ 23 de octubre de 2015

El filçosofo del metro dice:

Dinero verde
con carta blanca
para explotar a
los mexicanos

El pavoroso caso de la jaiba

Roberto Fuentes Vivar*

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó ayer un informe en el cual señala que la inversión extranjera directa (IED) en América Latina disminuyó 21 por ciento en la primera mitad del año.

De acuerdo con el reporte del organismo, la inyección de capital durante el periodo fue de 88 mil 717 millones de dólares. México, segundo receptor de IED, recibió 8 por ciento menos de inversión extranjera en comparación con el primer semestre de 2014.

Aquí vale la pena comentar que hace unos meses la directora ejecutiva de la Comisión Ejecutiva para América Latina (CEPAL), la mexicana Alicia Bárcena, sustentó con datos una tesis: la inversión extranjera directa no beneficia a los países a donde llega. Y aquí quería comentar un caso muy concreto de México. Hace una década, el empresario Robert Brian Stryker, era un comprador de jaiba en las costas de Sinaloa, a algunas plantas nacionales que se habían creado para capturar y procesar ese producto de gran demanda en el vecino país del norte.

Compraba la jaiba en siete dólares la libra y la enviaba a Estados Unidos. Sin embargo, decidió trasladar la producción a nuestro país, a las costas sinaloenses, en donde puso la empresa Desarrollo Integral de Jaiba en México S.A. de C.V. (Dijamex), en supuesta sociedad con la mexicana Maclovia Robles Rubio.

Con la llegada de esa compañía, al poco tiempo se creó un monopolio, impuso precios y quebró a la media docena de empresas mexicanas, además de incurrir en una serie de delitos, prebendas y contubernio con autoridades, como:

-La empresa se vende a sí misma a seis dólares la libra de jaiba (que se cotiza en 14 ó 15  dólares en Estados Unidos, antes de salir a un pecio mayor en cadenas como Costco), a precios por debajo del costo, por lo que cada año se declara en pérdidas.

-Cuenta con al menos cuatro plantas en Sinaloa, es filial de la compañía extranjera Ocean Technology, que anuncia: “Cosechamos y procesamos 100% Cangrejo Azul de México, 100% natural” y que es presidida por Ed Dixon.

-Esta empresa extranjera incumple las obligaciones fiscales, al eludir y evadir el Impuesto Sobre la Renta (ISR). Se calcula que son más de 300 millones de pesos los que dejan de entrar al Servicio de Administración Tributaria.

-En materia de Impuesto al Valor Agregado no sólo no lo paga, sino que, por ser productor primario, el SAT le regresa lo que eroga en IVA en sus costos de operación.

-En México es una empresa pobre, pues opera con números rojos, mientras en Estados Unidos es una compañía rica que surte latas de jaiba a las principales tiendas de autoservicio.

-Esta empresa compra facturas apócrifas o ilegales a una decena de supuestas empresas, algunas de ellas, por ejemplo, en el sur del país en estados como Puebla, en donde no tiene por qué operar.

-Alrededor del 90 por ciento de sus trabajadores más de mil entre directos e indirectos reciben su pago en efectivo y carecen de seguridad social, lo que significa una violación a las leyes laborales.

-Hace tiempo una trabajadora comenzó a sufrir convulsiones dentro de la planta e inmediatamente fue dejada en su casa. Al día siguiente falleció. Otra más sufrió un accidente de trabajo y quedó con invalidez permanente, pero al no tener seguro social su caso fue llevado a las autoridades.

-Cundo el gobierno decretó la veda de la jaiba, organizó manifestaciones en contra y contrató a personas que paralizaran carreteras, lo que significa que actúa en contra de las leyes ambientales y de comunicaciones y transportes.

-La Comisión Federal de Electricidad detectó que se robaba la luz e inició una investigación. Al poco tiempo fue arrumbada en la congeladora.

El listado puede seguir, a pesar de que se han presentado una docena de demandas en su contra, pues las autoridades, desde el IMSS hasta Hacienda prefieren no investigar. Como dice el filósofo del metro: la maldición del siglo XXI: moneda verde con carta blanca para explotar a los mexicanos.

*Comentario para Radio Educación/ 16 de octubre de 2015

El filçosofo del metro dice:

Érase un país de muchos
para beneficio de pocos

Campesinos mexicanos
percibieron 12, 541
pesos por año en 2014

Roberto Fuentes Vivar*

Esta semana continuaron las malas noticias sobre la economía mexicana: Los ejemplos son muchos: la inversión fija retrocedió en julio 1.4 por ciento, con respecto a junio.

La encuesta del Banco de México a consultores privado arroja un descenso sobre las expectativas de crecimiento para este año y para el siguiente y sólo uno de cada cinco analistas considera que este es un buen momento para invertir.

Paralelamente, las remesas se consolidaron como la mayor fuente de ingresos, con 2 mil 266.4 millones de dólares en agosto, cifra 13 por ciento superior a la del año pasado y desde luego mucho mayor que los ingresos petroleros o por turismo. Incluso, la llegada de dólares que envían los mexicanos al exterior, se ha convertido en uno de los únicos sostenes del peso, junto con la exportación de automóviles.

Por eso el peso mexicano se encuentra debilitado y mostró esta semana una nueva caída de las reservas internacional, con lo que la baja en las reservas en este año ha sido la mayor de la historia contemporánea y tan sólo en la semana pasada descendieron en casi dos mil millones de dólares.

Pero quizá uno de los documentos que salió esta semana es que más sirve para hacer una radiografía de la situación económica en que se encuentra el país. Se trata de las Cuentas de Bienes y Servicios que forman parte del Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM) referentes a 2014. En ellas se detalla el valor económico de cada uno de los sectores, segmentos y actores de la economía nacional.

Según este documento, el número de ocupaciones remuneradas alcanzó una cifra de 39 millones 541 mil puestos de trabajo, de las cuales la mayor parte, el 18 por ciento o alrededor de siete millones de trabajadores, correspondieron a las actividades de la economía primaria, es decir a los campesinos.

En términos generales, las remuneraciones promedio fueron de 118,149 pesos corrientes por persona al año, lo que equivale a 9,846 pesos mensuales. Sin embargo, en el sector primario de la economía, las remuneraciones  fueron de sólo 12,541 pesos por persona al año. Es decir una cifra inferior al salario mínimo que por cierto se unificó esta semana para quedar en 70 pesos con 10 centavos diarios.

Esto quiere decir, en síntesis que al menos los siete mil trabajadores de la economía primaria recibieron una cantidad que significa 50 por ciento menos del salario mínimo único promovido por el sector empresarial.

Por cierto, que el dar a conocer la unificación del salario, el Consejo Coordinador Empresarial señaló que esta medida, en la práctica significa un beneficio salarial en lo inmediato de 4.1 por ciento en términos reales, en favor de al menos 751 mil 915 trabajadores que recibían salario mínimo inferior al unificado. Pero ¿qué pasa con  los más de siete millones de campesinos?

Volviendo al sistema de cuentas nacionales, señala que la economía primaria significa 3.3 por ciento del producto interno bruto. Es decir que alrededor de la quinta parte de la población depende sólo del 3.3 por ciento de la economía.

En el documento se señala que en materia de número de trabajadores, a la agricultura le siguen el comercio con 14.2% y la construcción 13.8 del total. Pues resulta que en materia de remuneraciones, estos dos sectores se encuentran también muy por debajo de la media nacional con 77 mil y 95 mil pesos anuales, respectivamente.

En general, alrededor del  70 por ciento de los trabajadores se encuentran por debajo de la media nacional de 9,846 pesos mensuales.

Pero eso sí, quienes trabajan en los corporativos percibieron un promedio de 754,560 pesos por persona al año y el excedente empresarial derivado de las actividades productivas representó el 67% del total de la economía, mientras que las remuneraciones solo significaron el 27 por ciento.

Ojalá todos estos datos sirvan para ofrecer al auditorio una radiografía del país en que vivimos, en el cual dos de cada tres pesos 11.3 millones de millones de pesos, son de excedente empresarial, mientras que la otra tercera parte se divide en pago de salarios y de impuestos.

Como dice el filósofo del metro: Erase un país de muchos para beneficio de pocos.

*Comentario para Radio Educación/ 2 de octubre de 2015