El filósofo del metro dice:
La maquila
no desarrolla,
trasquila
Inéditos paros en maquiladoras
Roberto Fuentes Vivar*
Lo que está sucediendo en el norte del país, en
donde cada vez más maquiladoras se encuentran en paro por que los trabajadores
protestan por posibles despidos y bajos salarios, es un hecho histórico que
representa uno de los mayores retos para el presidente Andrés Manuel López
Obrador y la secretaria del Trabajo, Ana Luisa Alcalde.
Prácticamente desde que inició el año comenzaron a
presentaron paros escalonados en maquiladoras de Sonora y Tamaulipas y hay
algunos indicios de que el movimiento puede extenderse a Chihuahua y Baja
California, en donde los propietarios de estos establecimientos han amenazado
con despidos masivos.
Muchos administradores de maquiladoras se quejan de
que debido al aumento del salario mínimo a 176 pesos por el decreto de esta
administración de declarar libre la zona fronteriza, han aumentado sus gastos y
perdido competitividad por lo que planean recortar personal.
Aunado a este problema algunos trabajadores
argumentan que las maquiladoras están contratando a migrantes con salarios
inferiores y que muchas empresas de maquila intentan recurrir al programa
Jóvenes Construyendo el Futuro, para obtener ninis que laboren en sus plantas subsidiados
por el gobierno federal, lo que pone en desventaja a los trabajadores
mexicanos.
Para dar una idea de lo que representan las
maquiladoras para la economía del país, este sector representa alrededor de 20
por ciento del Producto Interno Bruto nacional y quizá más si se incluyen a las
empresas automotrices que de alguna manera trabajan como maquiladoras.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística
y geografía, hasta finales del año pasado había alrededor de seis mil 300
maquiladoras, de las cuales cinco mil 200 se dedican a fabricar manufacturas y
el resto a otras actividades.
Nada más las maquiladoras manufactureras, obtienen,
según el INEGI alrededor de 450 mil millones de pesos, entre ingresos
nacionales y extranjeros, lo que significa aproximadamente de cinco billones y
medio de pesos al año, cifra casi igual al Presupuesto de Egresos del Gobierno
Federal para este año.
En números gruesos, las maquiladoras manufactureras
emplean a dos millones 700 mil trabajadores, cuyas remuneraciones son de 36 mil
273 millones de pesos al mes, es decir 430 mil millones de pesos al año,
Si analizan estas cifras, puede observarse que los
salarios no significan ni siquiera el 10 por ciento de los ingresos de las
maquiladoras, por lo que los trabajadores desde hace décadas han hecho
esfuerzos por organizarse laboralmente, pero en ese sector existen vicios como
la violación permanente de los derechos laborales de los empleados y hasta
violaciones sistemáticas a los derechos humanos, principalmente en contra de
trabajadoras.
Por todo este panorama, los paros que se registran
sobre todo en Matamoros, Tamaulipas, son un hecho histórico para el movimiento
obrero nacional, pues desde que se inició la instalación de maquiladoras en
México, en la década de los sesentas del siglo pasado y tras el boom que se
registró en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, las maquiladoras han
contado con sindicatos blancos apoyados por las autoridades laborales del país.
Esta actitud de contubernio de los gobiernos con los
propietarios maquiladoras, puede observarse precisamente en estos días cuando
la secretaría del trabajo de Tamaulipas declaró ilegales los paros en las
plantas.
Por lo pronto los paros en las maquiladoras en
varios estados del norte del país, significan un reto para el presidente López
Obrador, pues se presenta a los pocos días de que designó a la frontera norte
del país como zona libre y con salarios y estímulos fiscales de excepción.
Desde luego el hecho de contratar ninis e
inmigrantes muestra cómo las maquiladoras intentan seguir sangrando a México,
sin importarles las consecuencias sociales que implican las medidas adoptadas
para obtener cada vez más ganancias a costa de mano de obra barata o hasta
gratuita como en el caso del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
Quizá este conflicto pueda convertirse en un
parteaguas para que nuestro país debe de ser un país maquilador y adopte nuevos
esquemas de empleo que favorezcan más a los trabajadores y se termine la
extorsión de los maquiladores que permanentemente amenazan con cerrar sus
puertas para obtener beneficios adicionales.
Es muy probable que el movimiento laboral continúe y
se expanda por diversas regiones del país y aquí valdría la pena preguntarnos
¿cuán será la actitud del gobierno federal y de la secretaria del trabajo,
cuyos padres siempre lucharon en contra de las condiciones laborales de las
maquiladoras?
Dice el filósofo del metro: la maquila, no
desarrolla, trasquila.
*Comentario para Radio Educación/ 25 de enero de 2019