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Friday, February 23, 2018

El filósofo del metro dice:

No hay mayor estupidez
que cerrar 2 ojos a la vez

Es la economía, estúpidos

Roberto Fuentes Vivar*

En 1992, cuando contendían por la presidencia de Estados Unidos, Bill Clinton envío un mensaje a su contrincante George W Bush, quien intentaba reelegirse: Es la economía, estúpido, le dijo mientras el inquilino de la casa blanca basaba su campaña en sus grandes logros en la Guerra Fría y en la primera Guerra del Golfo.
En esos momentos, Estados Unidos, a pesar de los supuestos éxitos de Bush, la economía estadounidense estaba en recesión. Por eso la frase “Es la economía, imbécil” caló hondo en el sistema político de ese país y desde luego Clinton ganó las elecciones y el sí se reeligió.
En estos momentos dominados en mucho por las elecciones presidenciales, la frase “es la economía, estúpidos” adquiere relevancia en México, porque todos los candidatos y sobre todo los seguidores de los candidatos intentan desacreditar a sus adversarios por cuestiones de corrupción o incluso por motivos personales, pero la economía prevalece prácticamente afuera del debate serio.
El gobierno de Enrique Peña Nieto, desde su posición casi a diario intenta exponer precisamente datos económicos de su sexenio como símbolos de logro.
En Querétaro, hace unos días, al inaugurar una carretera, Peña Nieto destacaba que hoy México goza de mejor infraestructura, que se han construido seis mil kilómetros de carreteras y autopistas y que en su gobierno se ha logrado generar el mayor número de empleos que en una Administración se hayan registrado históricamente.
Prácticamente al día siguiente destacaba que en 2017 arribaron a nuestro país más de 39 millones de turistas provenientes de todos los continentes del mundo, lo que significó una derrama económica de 21 mil 300 millones de dólares.
Un día después se reunió con el presidente del grupo francés Safrán, que anuncio de inversión de entre 25 y 30 millones de dólares para construir una nueva planta industrian en México.
Ayer, el gobierno destacaba que México captó 29 mil 695 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa durante 2017, 11 por ciento más que en el año previo, y que en la actual administración se registró un monto sin precedentes de capitales foráneos por 171 mil 471 millones de dólares, con lo que superó en 50 por ciento el flujo reportado en el mismo periodo del sexenio anterior.
Ayer el INEGI daba a conocer la inflación de la primera quincena de febrero, con una supuesta reducción en el crecimiento de los precios, pero hay sectores que muestran una situación que puede considerarse grave, como la inflación médica que crece a niveles de 15 por ciento y pone en riesgo la salud de millones de mexicanos.
Y hoy el INEGI dio a conocer que el Producto Interno Bruto de nuestro país creció solo 2.0 por ciento y no 2.1 por ciento, como se había anticipado hace unos 15 días.
Muchas de estas cifras, como la de la inversión extranjera, podrían ser muy buenas noticias. Lamentablemente, ni Enrique Peña Nieto ni sus colaboradores cercanos se dan cuenta de que este tipo de información no permea a los bolsillos de los ciudadanos. Simplemente, en el caso de las inversiones externas, la Comisión Económica para América Latina, realizó un estudio en el cual desmitifica la inversión extranjera, porque en Latinoamérica las empresas transnacionales solo crean cinco de cada 100 empleos nuevos y la mayoría son generados por pequeñas y medianas empresas.
Mientras tanto los ciudadanos, sobre todo de la clase media, tienen que encontrar dos o tres empleos para poder mantener su nivel de vida o de lo contrario descenderían hasta niveles de pobreza.
Desde Los Pinos insisten en que las cosas se están haciendo bien en materia económico y por eso festinan todas estas cifras, pero la sociedad no piensa lo mismo. Por eso, por ejemplo en la más reciente encuesta de Reforma sobre preferencias electorales, el segmento de mayor educación da una preferencia de 43 por ciento al único candidato que plantea modificar el modelo económico, mientras que los dos que piensan en profundizar el sistema obtuvieron 17 y 10 por ciento respectivamente. Es decir que la mayoría quiere un cambio de modelo.

Por eso, la frase “Es la economía, estúpidos” adquiere relevancia en estos momentos. Dice el filósofo del metro: No hay mayor estupidez que cerrar los ojos para no ver.

*Comentario para Radio Educación/23 de febrero de 2018


Friday, February 16, 2018

El filósofo del metro dice:

En México, los trabajadores 
no cuentan o cuentan mucho

Guerra de cifras: misterio, el número 
de trabajadores que hay en este país

Roberto Fuentes Vivar*

Uno de los graves problemas de México es que nadie sabe exactamente cuántos trabajadores hay. Todas las cifras oficiales son divergentes, al grado de que las diferencias entre una fuente y otra son a veces hasta de 10 millones de mexicanos.
Generalmente, las bases de datos para conocer el número de trabajadores en el país se basan en fuentes como el Instituto Mexicano del Seguro Social, el padrón de contribuyentes del servicio de administración tributaria, las cuentas de Afores registradas en la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (El Consar) y las encuestas que mensual y trimestralmente realiza el INEGI.
Lo interesante es que ninguna de estas cuatro fuentes coincide y, repito, las diferencias estadísticas son enormes.
Vamos por partes, la más reciente memoria estadística del Instituto Mexicano del Seguro Social reporta la existencia de 917 mil 680 patrones y 18 millones 616 mil 624 trabajadores. En números cerrados un millón de patrones y 19 millones de trabajadores afiliados.
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, a su vez, señala que administra las cuentas de 40 millones 987 mil trabajadores, pero tiene 60 millones de cuentas.
El organismo encargado de cobrar impuestos, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), de acuerdo con el Informe Tributario y de Gestión al término de diciembre del año pasado, reportó 24 millones 803, 967 Personas físicas, 37 millones 926, 366 Asalariados y un millón 942, 002 Personas Morales. Es decir, 25 millones de personas físicas, 38 millones de asalariados y dos millones de personas morales o empresas.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, también al cierre del cuarto trimestre de 2017 señala que hay:
36.2 millones de trabajadores subordinados y remunerados
11.7 millones de trabajadores por su cuenta,
2.6 millones de trabajadores que no reciben remuneración
2.4 millones de trabajadores son propietarios de los bienes de producción, con trabajadores a su cargo.
Todos estos conforman la población económicamente activa de 52.9 millones de personas.
Este informe detalla que en la informalidad hay 30 millones 157 mexicanos de los cuales 14 millones 241 mil están en el sector informal, 2, 279 mil en el trabajo doméstico remunerado, 7 millones 345 mil en las empresas, gobierno e instituciones y seis millones 292 mil en el sector agropecuario.
Paralelamente, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social reporta que hay alrededor de 4.5 millones de trabajadores sindicalizados en el país y que el sistema de outsourcing representa ya casi el 20 por ciento del total de los trabajadores.
Si se toman en cuenta estas cinco fuentes y se cruzan los datos entre sí, puede uno encontrarse aberraciones tales como que si se suman las personas físicas y los asalariados que pagan impuestos, la suma es de casi 63 millones de mexicanos, cifra que supera en 10 millones a los 52.9 millones de personas que integran la población económicamente activa.
Es cierto en este caso que una persona puede al mismo tiempo ser asalariada y además trabajar por su cuenta, pero tampoco existe una coincidencia entre el SAT y la Consar y la diferencia entre ambas, sobre trabajadores asalariados es de más de tres millones de trabajadores.
Otra de las aberraciones es que según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, hay más de siete millones de informales que laboran en las empresas, el gobierno o instituciones, lo que significa una cantidad superior a la de los campesinos que tradicionalmente han permanecido en la informalidad.
Otro dato que difiere es el de los trabajadores por cuenta propia, pues el SAT menciona 24 millones de personas físicas inscritas en el padrón de contribuyentes, pero la encuesta del INEGI señala únicamente la mitad, es decir 12 millones trabajando por su cuenta.
Otro dato que resulta de este maremágnum de cifras es que por cada trabajador activo en el IMSS hay tres cuentas de Afores.
En fin espero no haberlos aburrido con tantos números, pero lo que sí queda en claro es que nadie sabe exactamente cuántos trabajadores hay en México, ni si tienen prestaciones, ni si son informales, ni si son sindicalizados, ni qué tan informales son.
Lo cierto es que hay una danza de los millones en la cifras de trabajadores. Dice el filósofo del metro: definitivamente, en México los trabajadores no cuentan o cuentan mucho.

*Comentario para Radio Educación/16 de febrero de 2018


Friday, February 09, 2018

El filósofo del metro dice:

Los de abajo pagarán y
los de atrás se quedarán

¿Esta semana comenzó el 
colapso financiero global?

Roberto Fuentes Vivar*

Ufff esta semana ha sido una de las más volátiles de la historia contemporánea en los mercados, particularmente en las bolsas de Valores. La de China, por ejemplo cerró la semana con pérdidas de casi 10 por ciento, en Europa calculan que es la peor semana en 11 años, con bajas superiores a cinco por ciento en la mayoría de los mercados.
En Estados Unidos la situación es tan grave que el lunes registró la mayor caída en puntos de su historia y ayer tuvo otro retroceso superior a mil puntos. Hoy abrió al alza y aún se espera el cierre, lo mismo que en México en donde existe un fuerte nerviosismo, al grado de que abrió al alza, a media jornada llevaba una pérdida de casi dos por ciento y poco antes del cierre había atenuado las pérdidas. Aunque aún no cierra puede preverse una caída semanal de más de seis por ciento.
En este entorno, el Banco de México decidió ayer aumentar en un cuarto de punto su tasa de interés de referencia, a 7.50 por ciento, supuestamente como una medida para atenuar o contener las presiones inflacionarias. Un día antes el INEGI informó que la inflación de enero fue 0.55 por ciento, pero en el mismo informe se observa que en el primer mes de este año el aumento de precios en frutas y verduras registró una tasa anual de ¡20.6 por ciento!
Oficialmente un aumento en las tasas frena la inflación supuestamente al encarecer el crédito y reducir el consumo, pero la medida aún no ha probado ser realmente efectiva, pero sí ha dejado fuertes secuelas como el estancamiento económico y el crecimiento de la cartera vencida de los créditos.
Precisamente el posible aumento en las tasas de interés, pero en Estados Unidos, es uno de los temas que han provocado toda esta volatilidad de los mercados internacionales. A este fenómeno que comenzó el viernes pasado, dos de febrero, cuando Wall Street comenzó a registrar bajas considerables, se le ha llamado “correcciones de mercado”.
Y una de las tesis es que las bolsas están bajando porque durante el año pasado cerraron con máximos históricos hasta lograr una sobrevaluación del mercado, la cual necesita corregirse. Sin embargo, hay muchos otros factores que están inmersos en lo que está sucediendo.
Aquí vale la pena mencionar un caso muy curioso. Jim Rickards, quien durante 35 años trabajó en los mercados como asesor de la CIA, escribió un libro llamado “La Gran Caída” en el cual previó el inicio de un colapso del sistema financiero mundial precisamente el dos de febrero de este año.
Lo interesante es que, además de la coincidencia de la fecha en que comenzaron a caer los indicadores bursátiles de Estados Unidos, el autor señala que el colapso ya se ha tardado y menciona que ahora sí no habrá planes de rescate del gobierno a los grupos financieros, lo que crearía un verdadero rompimiento del sistema financiero internacional.
Otro analista mundial, pero del otro lado del mundo, el ruso Daniel Estulin, acaba de publicar también un libro llamado “La trastienda de Trump”, en el cual también predice el colapso del sistema financiero internacional, porque existen dos grupos de poder financiero enfrentados entre sí para controlar al mundo.
Hay muchos otros analistas que han previsto ya un colapso del sistema financiero mundial como el premio nóbel Jospeh Stiglits, el multimillonario Jim Rogers, el economista Martin Amstrong y hasta bancos como Goldman &Sachs.
Habrá que esperar a los próximos días para saber si todas estas caídas son nada más unas correciones, como las llaman los analistas o si se trata del colapso financiero tan anunciado desde hace tiempo.
Por lo pronto, el gobierno de Estados Unidos se sigue endeudando y cada vez quiere ofrecer más estímulos para quienes invierten en sus bonos. Ese es el otro temor que subyace en el fondo de lo que sucede en los mercados.  Si el gobierno y los bancos de Estados Unidos no tienen para salvarse quién los va a salvar. Seguramente la sociedad, como ha sucedido en otras ocasiones.
En fin, la telenovela de los mercados continuará con nuevos episodios la semana entrante y existen dos versiones encontradas en la sociedad. Una que ya quiere un colapso para que el sistema financiero internacional toque fondo y haya un verdadero cambio que beneficie, a la larga a los ciudadanos de a pie. La otra que desea que lo actual solo sea un episodio más de una economía que está planeada para que los grandes capitales crezcan, mientras se empobrece la población.

Dice el filósofo del metro: ya sea colapso o corrección, los de abajo pagan y los atrás se quedarán.
*Comentario para Radio Educación/9 de enero de 2018

Friday, February 02, 2018

El filósofo del metro dice:

Si la economía nacional
anda mal, un buen tamal

En 2017, Victoria pìrrica 
de la economía mexicana

Roberto Fuentes Vivar*

En días recientes se han dado a conocer diversos reportes oficiales sobre el comportamiento de la economía durante 2017. Si se atiene uno a la información que se ha difundido en la mayoría de los medios de comunicación puede hablarse de una victoria de la economía.
Sin embargo, se trata de una victoria pírrica o aparente, pues detrás de todos los datos positivos que se han festinado, existen sus versiones contrarias.
Vamos por partes. Hace unos días el INEGI dio a conocer que preliminarmente el Producto Interno Bruto de México creció 2.5 por ciento durante todo el año pasado. Por lo menos así lo difundieron muchos medios. Pero les faltó decir que en buena medida este dato positivo se debe a que el propio INEGI cambio de año base para la medición. Otro de los datos que no se difundieron es que en el último trimestre del año pasado la economía creció solo uno por ciento (con el nuevo año base) o menos de uno por ciento, comparado con las series históricas, es decir sin tomar en cuenta el nuevo año base. Hay que señalar que ese uno por ciento fue sobre el trimestre anterior, cuando la economía cayó 0.7 por ciento, es decir que el crecimiento apenas resarció las pérdidas del trimestre anterior. La danza de datos sobre el crecimiento llegó a tal grado que ayer, en su conferencia de prensa los banqueros decidieron irse no por el triunfalista 2.5 por ciento de crecimiento, sino por el 2.1 por ciento, que es el que significa el avance del PIB sin tomar en cuenta el nuevo año base.
En cuanto al desempleo, se festinó que la tasa de desocupación fue de 3.4% respecto a la Población Económicamente Activa y que además reportó una ligera baja en la tasa de mexicanos que laboran en el sector informal. Viéndolo así podría pensarse que estamos en jauja. Sin embargo si se analizan a detalle los datos hay un crecimiento en las tasas de empleo de quienes tienen dos o más empleos o el de los que laboran menos de 40 horas a la semana y qué decir que en el sector profesional hubo un aumento considerable de desempleo.
Hoy aparece con gran triunfalismo que se rompió el récord de llegada de remesas al cerrar el año en 28 mil 771 millones de dólares, pero desde luego no se menciona la cifra de salida de capitales del país que aún no se da a conocer, pero que seguramente llegará a 20 mil millones de dólares.
En cuanto al comercio exterior, se menciona que hubo en 2017 un crecimiento de nueve por ciento en las exportaciones mexicanas, pero lamentablemente hubo un déficit en la balanza comercial superior a los 10 mil millones de pesos y se rompió el récord de importaciones petroleras, al sumar casi 19 mil millones de dólares.
Hablando del petróleo, mucho se festinó la Cuarta Convocatoria de la Ronda Dos para la exploración y extracción de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México, en la que de 19 contratos nueve fueron para la empresa holandesa Shell y sólo uno para Petróleos Mexicanos. Lo grave de este asunto es que se dijo que las empresas prometieron invertir 92 mil millones de dólares en 35 años, pero la realidad es que el gobierno mexicano solo obtuvo 525 millones de dólares de las ofertas ganadoras.
Otro de los documentos que se ha festinado es el referente a las finanzas públicas, pues supuestamente se logró reducir el valor de la deuda con respecto al producto interno bruto, quizá porque se alcanzó la cifra más alta de la historia en pago de deuda 533 mil millones de pesos. Lamentablemente el valor de los requerimientos financieros del sector público rebasó los 10 billones de pesos, cuando hace cinco años la cifra estaba en la mitad. Es decir que el estado mexicano tiene el doble de deuda de la que tenía cuando tomó posesión Enrique Peña Nieto.
Otro dato más es que el Banco de México señala que aunque se ha desacelerado el crédito, las cifras durante 2017 fueron alentadoras. Incluso los banqueros las sitúan en doble dígito. Lamentablemente también ha crecido, en más dos dígitos, la cartera vencida, mientras que las utilidades de los bancos también subieron en dos dígitos. Nada más, de los dos bancos extranjeros que han presentado sus reportes, BBVA y Santander, las ganancias crecieron 11 y 13 por ciento, para llegar en conjunto a más de 50 mil millones de pesos que saldrán del país para sus matrices españolas.
Otro de los datos que no se han mencionado es que, de acuerdo con el PIB preliminar del INEGI de 2017, el sector secundario de la economía se encuentra en recesión al sumar tres trimestres con descenso.

En fin, cada uno de los datos festinados tiene su correspondiente negativo. Pero eso no importa vámonos a la tamaliza de La Candelaria. Dice el filósofo del metro: Si la economía nacional anda mal, nada como un buen tamal.
*Comentario para Radio Educación/2 de febrero de 2018

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006