El filósofo del metro dice:
Papel políticamente
correcto no deja
de ser solo papel
Insólita cancelación de un
contrato por parte de AMLO
Roberto FuentesVivar*
Algo insólito sucedió hoy porque por primera vez en
la historia contemporánea un presidente de la República pidió, para evitar
conflicto de intereses, cancelar un contrato que favorece a su compadre.
Concretamente, el presidente Andrés Manuel López
Obrador se refirió al contrato por casi 226 millones de pesos otorgado a
BioPappel para surtir la materia prima para la elaboración de los libros de
texto gratuitos.
Incluso dijo que si legalmente no es posible
cancelarlo, pedirá al presidente del Consejo de Administración de esa empresa, su
compadree Miguel Rincón Arredondo, que renuncie a ese contrato ganado bajo
licitación pública legal.
Al referirse al dueño de Biopappel dijo: “Es mi
compadre. Es mi amigo. Fue de los empresarios que, a pesar de la guerra sucia
emprendida por otros, él se mantuvo respetuoso con nuestro movimiento y por
ello Quiero dar a conocer a los mexicanos de que voy a pedir a la instancia
correspondiente del gobierno que se busque la forma legal de que se cancele ese
contrato, esa compra. Y le pido a mi compadre, a Miguel Rincón, que entienda la
circunstancia. No sólo somos honestos. Queremos que se sepa, que no quede
ninguna duda, de nuestra integridad”.
Al respecto hay que señalar dos cosas que sucedieron
en el país en semanas ecientes. El 17 de marzo de este año se dio a conocer que
López Obrador fue el padrino de bautizo de la hija de Miguel Rincón Arredondo.
Sin embargo, menos de un mes después, el 12 de
abril, en su conferencia de prensa mañanera, López Obrador dijo que los
productores de papel se estaban poniendo de acuerdo para encarecer el precio
para los libros de texto. “No vamos a aceptar eso, si es necesario se abre la
compra a proveedores internacionales, pero se acabó la corrupción en obras y en
adquisiciones, era mucho el abuso” dijo.
Y ayer el secretario de Educación Pública, Esteban
Moctezuma Barragán, dio a conocer el contrato para BioPappel. Y hoy el
presidente pidió que eché para atrás ese contrato. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
Antes de responder a esa pregunta, hay que mencionar que la empresa de Rincón
Arredondo es casi la única capaz de cumplir un contrato de tal magnitud.
Históricamente, hasta finales del siglo pasado, todo
el papel para los libros de texto era producido por empresas paraestatales como
Productora e Importadora de Papel (PIPSA) y Fábrica de papel Tuxtepec, que
fueron privatizadas por los gobiernos priistas.
Las familias Rincón Arredondo y Vázquez Raña fueron directa
e indirectamente, luego de varias operaciones, de las principales beneficiarias
de esta privatización y controlan alrededor del 80 por ciento de la producción
nacional de papel para libros y periódicos. De hecho, en 2014, Biopappel
adquirió la papelera Scribe que era propiedad de Kimberly Clark, la empresa del
eterno opositor a López Obrador, Claudio X. González, con lo que fortaleció su
presencia en el mercado.
Ahora, además de las empresas de Rincón, Vázquez
Raña y González, se encuentra Copamex, la empresa de Juan Bosco Maldonado, con
capacidad de surtir la demanda de papel para los libros de texto.
Regresando a la pregunta ¿Cuáles pueden ser las consecuencias
de esta medida de López Obrador de cancelar el contrato con Biopappel? Una de
ellas, es que tras la licitación ahora se tenga que adquirir más caro el papel
con otra de las empresas que participaron en el concurso; otra que podría recurrirse,
como lo amenazo el presidente el 12 de abril, a una licitación internacional en
la que se encuentren precios más bajos; una tercera es que el contrato, más
caro, quede en manos de uno de los enemigos del movimiento de López Obrador.
Otra más podría ser que se negocie con las empresas que participaron para que
reduzcan el precio. Esta última podría ser la solución más adecuada.
Por cierto que otro de los puntos interesantes
relativos a los libros de texto gratuitos es que la impresión este año se
pulverizará entre cientos de empresas y dejará de ser negocio anual de muchos
periódicos que prácticamente vivían de los contratos. Uno más es que además de
las empresas privadas contratadas en la impresión se encuentran los talleres
gráficos de la Nación, los de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos
y los de la Editorial Progreso que son empresas públicas, lo que permitirá
ahorros al utilizar la infraestructura propia del estado.
Las licitaciones son uno de los temas más sensibles
del gobierno López Obrador y deben de tratarse con pinzas, para evitar
suspicacias. Ahora en el caso del papel el compadrazgo se convirtió en el
enemigo de una posible operación con ahorros. ¿Qué sucederá al cancelarse el contrato?
Dice el filósofo del metro: el papel políticamente correcto no deja de ser
papel.
*Comentario para Radio Educación/ 26 de abril de 2019