El filosofo del metro dice:
Davos no
da voz,
la quita
Exponen en Suiza un
México que nunca existió
Roberto Fuentes Vivar*
En estos momentos están concluyendo las actividades de este viernes allá en Davos, Suiza, en donde cada año se reúnen supuestos líderes mundiales para participar en un supuesto Foro Económico Mundial.
Se trata de un foro cada vez más desangelado, en el cual a nivel global el único objetivo es presionar a los gobiernos para que adopten sistemas ortodoxos acordes con los lineamientos financieros internacionales.
Pero eso sí, es un gran negocio para su fundador y coordinador, Klaus Schwab, quien dispone de un ejército de cinco mil soldados para cuidar la seguridad de los asistentes y cada año se embolsa varios millones de euros.
A nivel de naciones, muchos presidentes de países tercermundistas acuden con la supuesta esperanza de llevar inversión a sus naciones cada vez más depauperadas y participan en una especie de pasarela en la que se exponen sus supuestas ventajas competitivas nacionales y hasta regionales.
Por eso están allá personajes mexicanos como Roberto González Barrera, quien obtuvo un reconocimiento para su empresa Gruma o Maseca, Marcelo Ebrard, quien intenta obtener apoyo de los capitales internacionales para su carrera política y, desde luego, Felipe Calderón con varios miembros de su gabinete que acudieron a esa aldea suiza con el dinero de todos los mexicanos.
Felipe Calderón volvió a exponer las bondades de México, al asegurar que nuestro país es un lugar seguro para las inversiones a pesar de la inseguridad. Incluso hoy mismo dada a conocer inversiones por alrededor de 400 millones de dólares de la empresa española Iberdrola y de la canadiense Magna Internacional.
Hasta ahí las cosas, Felipe Calderón llegó a Davos para decir que México cumple su tarea, que adopta los cánones monetaristas ortodoxos y que se aplican políticas públicas para dar certidumbre a los capitales y a los visitantes extranjeros.
Lo que no se dice en Davos es que México es un país que se les salió de las manos, no sólo desde el punto de vista de la violencia, sino también en lo económico.
No se dice, por ejemplo, que hoy mismo fue asesinado en Monterrey, la ciudad que fue ejemplo económico en Davos, el hijo del exgobernador Arturo de la Garza y que ahí mismo fue atacado, con explosivos, un retén policiaco.
No se dice que el aumento al salario mínimo para este año alcanzará sólo para que un trabajador pueda comprar únicamente un limón más.
No se dice que el mes pasado se registró el número de desempleados más alto de la historia.
No se dice que por el aumento en los precios la población mexicana se encuentra depauperada y que la seguridad alimentaria de la sociedad está cada vez más en manos de la especulación internacional
No se dice que por la política de apoyo únicamente a los capitales extranjeros, durante el año pasado cerraron 84 mil empresas, según las estadísticas oficiales del Sistema de Información Empresarial Mexicano.
No se dice que cada día hábil cierran 400 empresas en el país, debido a la inseguridad y a la falta de estímulos para el empresario mexicano.
No se dice que cientos de empresarios mexicanos están abandonando el territorio nacional para asentarse en Estados Unidos, Canadá o China.
No se dice, en términos generales, que la realidad mexicana está muy lejos del discurso oficial.
En fin, en la pasarela de Davos, los políticos estuvieron presentes, pero no México, ni los mexicanos. Como dice el filósofo del metro: Davos nunca da voz, la quita.
*Comentario para Radio Educación/28 de enero de 2011