El filósofo del metro dice:
Vivir será una vieja
costumbre burguesa
que tiende a desaperecer
Los mexicanos cada vez más
pobres, incultos y enfermos
Roberto Fuentes Vivar*
En días recientes se han presentado varios eventos o presentaciones de estudios oficiales que demuestran el fracaso de la política social en México y hasta una regresión a niveles que no se veían desde hace décadas.
En primer lugar esta mañana se dieron a conocer los resultados del examen de bachillerato, aplicado por la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Superior. En este caso lo más grave, desde mi muy particular perspectiva, es que ninguno de los 296 mil 310 postulantes logró responder acertadamente a las 128 preguntas. Sólo uno contestó a 127 y tres más a 126.
Este hecho de que el 0 por ciento de los postulantes haya respondido acertadamente a todo el examen, es un síntoma claro de que la educación básica en nuestro país se encuentra en un nivel francamente reprobable.
Existen ciertas circunstancias que hacen que la preparación de los estudiantes sea deficiente, además de la corrupción y compadrazgos que existen en la planta docente. Uno de ellos fue precisamente presentado en otro de los documentos presentados recientemente: la Encuesta nacional Ingreso Gasto 2010.
Este trabajo que realiza el INEGI cada dos años muestra varios puntos interesantes que de alguna manera tienen que ver con el desastre educativo. En primer lugar señala que los ingresos de las familias mexicanos cayeron, en promedio, 12.3 por ciento de 2008 a noviembre del año pasado y es muy probable que, dadas las cifras de desempleo mayor a junio, el ingreso se haya deteriorado aún más en lo que va del año.
La baja de los ingresos ocasiona que el gasto que ejercen las familias se dedique básicamente a la alimentación. De hecho, las erogaciones para comer, representan en 33.4 por ciento del gasto total, en promedio, aunque en los deciles más pobres llega a 50 por ciento. Estas cifras son comparables con las que se tienen en países africanos considerados paupèrrimos.
Al aumentar el gasto en alimentación, las familias han tenido que recortar otros rubros como la educación y la salud. Por eso, cada día veremos más mexicanos con bajos niveles de alimentación, de educación y de salud.
El otro trabajo que se presentó hace unos días fue la medición de la pobreza ¿o será de la miseria? El caso es que el índice de tendencia laboral de la pobreza, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, señala que de 2008 a 2011, aumentó en casi 20 por ciento la pobreza e incluso la incapacidad de los mexicanos adquirir los bienes de consumo básico, tanto en el campo como en las urbes.
En las ciudades este índice pasó de 1.03 a 1.24 por ciento, en sólo dos años, lo que significa que la pobreza creció 20 por ciento en las urbes.
La noticia, en general, de este documento es que en dos años, más de tres millones 200 mil mexicanos se incorporaron a la pobreza, para llegar a un total de casi 53 millones, es decir que uno de cada dos mexicanos es pobre.
Desde luego las propias cifras del Consejo permiten hacer varias apreciaciones, pues incluso, dependiendo de los diversos niveles de pobreza, la cifra puede llegar hasta casi 80 millones de connacionales que no tienen acceso a la totalidad de bienes y servicios que requieren.
En términos generales los datos que se presentan como resultados de la política social son francamente aterradores y ubican a Mèxico como un pueblo con mala educación, poca alimentación y casi nulo gasto en salud, pues en promedio los mexicanos, de acuerdo con la encuesta nacional ingreso gasto, sólo destinamos algo así como 20 centavos de dólar al día por persona. Como dice el filósofo del metro: A este paso, vivir se convertirá en una vieja costumbre burguesa que tiende a desaparecer.
*Comentario para Radio Educación/29 de julio de 2011