El filósofo del metro dice
La calle Independencia
solo abarca 6 cuadras
del Centro Histórico
Una bandera sin símbolos mexicanos
Roberto Fuentes Vivar*
Hoy es día de la bandera y como cada año en las escuelas y lugares públicos se iza a toda asta el llamado lábaro patrio, la banderita tricolor como recitábamos hace más de 50 años los estudiantes de aquel entonces, mientras escuchábamos en himno nacional.
Pero vale la pena, en este 2012, volver a analizar que hay de mexicano en toda esta ceremonia. En primer lugar, el himno nacional no pertenece a los mexicanos, sino a la empresa estadounidense Wagner y Lieven, propietaria de los derechos de autor. Afortunadamente por gestiones de Manuel Avila Camacho, sí se puede escuchar el himno en territorio nacional sin tener que pagar los derechos. De no ser así en cada escuela tendrían que guardar unos pesitos para destinarlos a la empresa transnacional.
Pero siguiendo, ya concretamente con la bandera, la mayor parte de las banderas que hoy ondean en el cielo mexicano son hechas con tela china o son directamente importadas de China, con todo y escudo. Zurcidas con manos no mestizas sino amarillas.
Ya al interior de la bandera, el principal personaje del escudo nacional, el águila, es una especie en peligro de extinción. Se calcula que sólo hay unos 200 ejemplares que se tienen que cuidar para evitar que desaparezcan totalmente, electrocutadas con los cables de alta tensión o acribilladas por cazadores furtivos.
El águila está posada sobre un nopal. En este caso sí existe, aún o todavía, una propiedad mexicana sobre el nopal, aunque hay ya muchos productos de esta cactácea que se importan desde países como Japón. Es cierto que México es el principal productor mundial de nopal, pero no de sus productos. Por ejemplo, la cochinilla del nopal, que sirvió durante siglos para dar el color rojo a la bandera, tiene que ser importada y México no participa como uno de los principales productores. Actualmente Perú, Chile y Bolivia, a través de empresas transnacionales instaladas en sus territorios son los principales productores de esta cochinilla. Empresas como Biocon o Heliantus de Perú, Naprex de Bolivia o San Ei Chemical Industries,de Japón, son las que controlan el color rojo. Solo una empresa supuestamente mexicana aparece entre las principales del mundo, Bioderivados, que es filial de la peruana Mundial Colors.
Otro de los productos que aparece en el escudo nacional y en la bandera es la tuna. Para colmo, México tampoco destaca como exportador de este fruto y el principal vendedor mundial de tuna es nada menos que Italia.
En el caso de la serpiente que es devorada por el águila. Pues resulta que no la devoró, pues nuestro país sigue siendo productor y exportador de serpientes. Hay de todas. Desde víboras negras hasta tepocatas, como las que hizo famosas Vicente Fox. El caso es que sí existen muchas víboras humanas en el escenario nacional y sobre todo ahora que nos acercamos a las elecciones presidenciales.
En cuanto al lago, ese lago azul con el que el legislador panista Juan de Dios Castro intentó hace 12 años ligar la bandera al color azul del PAN, tampoco existe, menos aún después de la sequía que azotó al país durante el año pasado.
En fin, de los elementos de la bandera nacional, prácticamente ninguno queda que sea totalmente mexicano. Pero eso sí tenemos como nuevo símbolo patrio al monumento a la corrupción, la lamparota o la esquela con pus, como ya se le conoce a la estela de luz instalada en Reforma, casi en Chapultepec para festejar el Bicentenario.
Como dice el filósofo del metro: La calle independencia solo corre por seis cuadras del centro histórico.
*Comentario para Radio Educación/24 de febrero de 2012