El filósofo del metro dice:
La economía puede ser
el combustible para un
nuevo incendio social
Pobreza, endeudamiento y
privilegios dominan México
Roberto Fuentes Vivar*
Esta
semana se dieron a conocer varios indicadores que demuestran que la economía
mexicana sigue estancada y en un estado de dependencia total hacia lo que
suceda en Estados Unidos, mientras los ciudadanos están cada vez más
desesperados ante la incapacidad de poder satisfacer las necesidades
familiares.
El
INEGI dio a conocer que en agosto, las exportaciones crecieron únicamente 2.1
por ciento con relación al mismo mes del año pasado, mientras las importaciones
se incrementaron 4.8 por ciento, pero las compras externas de bienes de
capital, es decir las que son necesarias para el país decrecieron 0.3 por
ciento,.
Esto
significa, en términos generales que la economía sigue mal, pues mientras
ventas de petróleo en ese mes fueron de 3, 500 millones de dólares, las
importaciones de bienes de consumo (es decir coches y productos terminados que
en nada benefician al desarrollo) fueron de cinco mil millones de dólares.
Otro
de los informes del INEGI, es el del comercio. Las ventas en los
establecimientos comerciales al por mayor registraron un aumento de 4.93 por
ciento y al por menor de 0.40% durante julio de este año frente al mes
inmediato anterior. Las ventas al por menor crecieron 2% a tasa anual en el
séptimo mes del año en curso.
También
se dio a conocer el comportamiento de los servicios, en julio en el que se
indica que los ingresos los Servicios Privados no Financieros aumentaron sólo 0.75
por ciento, el Personal Ocupado creció 0.19 por ciento, la masa de las
Remuneraciones Totales 0.34 por ciento
Cabe
señalar que los ingresos y los servicios son los sectores más fuertes de la
economía nacional, pues representan más del 60 por ciento por ciento del
producto interno bruto y como puede verse, los avances son raquíticos, lo que
demuestra que la economía interna sigue estancada.
Pero
quizá más que los informes que confirman el nulo o escaso crecimiento, lo
interesante de la semana fueron dos análisis que vale la pena mencionar.
Uno
es el informe de la calificadora Moodys sobre el comportamiento de las clases
medias en América Latina, en donde indica que prácticamente el crecimiento de
este segmento social se ha frenado en todo el subcontinente.
Lo
grave es que señala que México es uno de los países en donde se ha detenido el
avance de las clases medias, lo que se refleja en un mercado interno comprimido.
Pero quizá la alerta mayor de este estudio de Moodys es que en nuestro país el
estancamiento de las clases medias puede
llevar a elevados niveles de morosidad
en las cuentas con los bancos, derivado de la contratación de préstamos al
consumo.
Un
paréntesis en ese sentido, es que hace unos días platique largo rato con el
empresario Miguel Alemán y me decía que la única forma en que el país puede
salir adelante es rescatando a la clase media para reactivar el mercado
interno.
En
términos generales, Moodys y Miguel Alemán, consideran que la clase media
mexicana está endeudándose para poder mantener su estatus, pero que si la
economía no voltea los ojos al mercado interno pueden registrarse incluso
presiones sociales y un fuerte impacto económico en casas de menudeo,
construcción y bancos.
El
otro estudio que se dio a conocer esta semana es el de Fernando Turner,
presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Independientes, quien
señala textualmente: el resultado neto de las políticas económicas en los
últimos 30 años es: “desinversión productiva, concentración en áreas de baja
competencia económica, enriquecimiento de monopolios, mayor gasto del gobierno
con mayores impuestos y precios, aumento en las prebendas de los grupos
especiales: políticos, burócratas, funcionarios del gobierno y de grandes
empresas protegidas y salarios de miseria. Un estancamiento en equilibrio
financiero, pero empobrecedor de las mayorías y con creciente concentración del
ingreso y la riqueza. Mayor corrupción y una clase política privilegiada y
defensora del sistema”.
Todo
esto, dice significa un peligro social. Como dice el filósofo del metro: la
economía puede ser el combustible para el próximo incendio social.
*Comentario para Radio Educación/ 26 de septiembre de 2014