El filósofo del metro dice:
Economía que no se
siente en el bolsillo
es una simple cifra
En México se redujo 20%
el PIB per cápita en 2016
Roberto Fuentes Vivar*
El INEGI dio a conocer el miércoles que el producto
interno bruto de México durante 2016 creció 2.3 por ciento en términos anuales,
lo que significó una sorpresa para la mayoría de los analistas que esperaban
una cifra menor, incluso por abajo del dos por ciento. Y aquí hay que mencionar
que desde hace pocos más de seis meses, cuando entró a presidir el instituto
Julio Alfonso Santaella, los números que maneja esta institución, encargada de
la información oficial del estado mexicano han sido tan favorables al gobierno
de Enrique Peña Nieto que hasta se han presentado fuertes debates como el de la
medición de la pobreza que no convenció a nadie.
Ahora, el debate que persiste y continuará por
varios meses es si realmente la economía mexicana creció a los niveles que dice
el INEGI.
Desde luego que no todo es positivo en este
crecimiento sorpresivo de la economía, porque si analiza el valor total de la
economía, 20 billones 730 mil millones de pesos, entre el número de mexicanos
actuales, alrededor de 130 millones, se puede calcular lo que se llama en PIB
per cápita o PIB por habitante.
De acuerdo con una operación muy sencilla, dividir
esta cantidad los poco más de 20 billones de pesos, entre los 130 millones de
mexicanos y posteriormente traducirla a dólares a un tipo de cambio de 21.50
pesos por moneda estadounidense, como estaba en diciembre del año pasado, el
PIB por habitante de 2016 fue de sólo 7 mil 563 dólares anuales.
Hay quienes, han basado la misma cifra con un dólar
más barato y calculan que el PIB por habitante fue de ocho mil 500 dólares, en
números cerrados, lo cual en principio podría resultar alto.
Sin embargo, si se analiza el PIB per cápita o por
habitante de años anteriores, resulta que aún con las cuentas favorables, uno
una caída de 10 por ciento con respecto a 2015, cuando el PIB por habitante era
de 9 mil 445 dólares. Y la cifra es todavía más descendente si se compara con
2014 cuando el PIB por habitante era de 10 mil 800 dólares.
En síntesis, el PIB por habitante cayó entre 10 y 20
por ciento durante el año pasado, a pesar del alto crecimiento sorpresivo de
2.3 por ciento que anunció el INEGI y es de más de 30 por ciento si se compara
con la situación de 2014.
Desde luego que ni la economía ni el PIB por
habitante fueron parejos durante el año pasado. Por ejemplo, el sector
primario, conformado por alrededor de 20 millones de mexicanos representó solo
4.4 por ciento del PIB total es decir que uno de cada cinco trabajadores
mexicanos se repartió menos del cinco por ciento de la producción nacional.
Concretamente, el valor del sector primario de la
economía fue de 836 mil millones de pesos, lo que dio como resultado un PIB per
cápita de apenas menos de dos mil dólares anuales para los campesinos y
productores de alimentos del país.
La economía secundaria valió 6.4 billones de pesos y
representó el 32.9 por ciento del PIB total. La economía secundaria es la
industrial, la que transforma los productos básicos en productos terminados.
Así nos encontramos con que entre el que saca el
producto de la tierra y el que lo transforma, significaron menos del 40 por
ciento de la producción nacional. Es decir que de cada peso que se produce en
México el 40 por ciento es de quienes sacan productos de la naturaleza y
quienes lo transforman.
El resto, es decir 12.2 billones de pesos o 62.7 por
ciento de la economía total, corresponde al sector servicios, es decir a
quienes venden, publicitan, acaparan, concentran, comercializan y llevan a las
casas de los consumidores los productos que hicieron quienes trabajaron en la
economía primaria y secundaria.
Esto significa en síntesis que vivimos una
terciarización de la economía, lo cual según algunos autores como Noam Chomsky
o el premio nobel de economía Joseph Stiglitz va a llevar a un colapso a la
economía mundial y desde luego a nuestro país.
Así las cosas, durante el año pasado puede decirse
que la economía creció, pero la economía de los mexicanos se redujo a sólo
alrededor de ocho mil dólares al año, contra nueve mil del año anterior y los
únicos que ganaron fueron quienes acapararon o vendieron los productos que se
fabricaron en el sector primario y secundario. Dice el filósofo del metro:
economía que no se siente en el bolsillo, es simple cifra
*Comentario para Radio Educación/ 24 de febrero de 2016