El filósofo del metro dice:
Del oro negro sólo queda
lo negro de la corrupción,
el oro está perdido.
Ojalá que el nuevo gobierno
rescate Petróleos Mexicanos
Roberto Fuentes Vivar*
El presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer
ayer que el Ejército y la Marina resguardarán las instalaciones de petróleos
Mexicanos ante el creciente robo de combustibles, es decir ante el llamado
coloquialmente huachicoleo.
De hecho informó que ya 58 instalaciones
estratégicas de Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentran vigiladas por las
fuerzas armadas y que se iniciaron procesos administrativos y penales contra una
red interna de funcionarios, y que en los siete días de operación se redujo en
17 por ciento la ordeña de ductos.
También dijo que se informó al líder del sindicato
petrolero, Carlos Antonio Romero Deschamps, del inicio de operaciones del
ejército y la marina en las instalaciones de Pemex, lo que se entendió como una
posible investigación sobre miembros de este sindicato en el robo de
combustibles.
En síntesis, López Obrador dijo que existe una red
de complicidades en el huachicoleo, en donde presuntamente están involucrados
altos directivos y trabajadores. La sangría por el robo es de 200 millones de
pesos al día y ha crecido en forma alarmante, al grado de este año son más de
66 mil millones de pesos los que se fugaron por vía de los ductos. De hecho el
presidente mencionó que hay “huachicoleros de arriba y huachicoleros de abajo”.
Incluso en la conferencia de prensa conjunta con el director de Pemex y el
encargado de la Procuraduría General de la república, se dio a conocer que ya
hay tres altos funcionarios detenidos.
En fín el huachicoleo es una de las mayores sangrías
a Petróleos Mexicanos, pero no la única. Y aquí hago un paréntesis, porque el
huachicoleo no es una actividad ilícita privativa de nuestro país. Se trata de
una práctica importada de África, en donde se realiza desde la década de los
sesentas del siglo pasado.
En Nigeria comenzó poco antes de que esa nación
africana se independizara de Gran Bretaña en 1960 y se le llama “oil bunkering”.
Quizá el mejor documental que se ha filmado sobre la avaricia petrolera, fue producido
por Brad Pitt, estrenado en 2013 y titulado “Big Men/ Todo el mundo quiere ser
grande”.
Ahí se entrevistan a varios personajes dedicados al
huachicoleo en el Delta del Río Níger, quienes cubiertos con pasamontañas y
fuertemente armados afirman: “nos dedicamos al bunkering, porque el petróleo no
nos ha dejado nada”.
Hay escenas en las que pueden verse a las bandas
descargando grandes cantidades de huachicol a barcos para que se transforme en
refinerías (legales e ilegales), pero también es posible observar cómo mujeres
y niños salen al mercado con sus botes de petróleo para venderlo a consumidores
particulares para sus autos. Una de las frases de los huachicoleros nigerianos
es que como los “peces grandes” se quedan con el dinero, todo el mundo quiere
ser un “pez grande”.
Nigeria pierde alrededor de siete mil millones de
dólares al año por los robos en las plantas de extracción de petróleo y los
oleoductos, según cálculos de la agencia internacional de energía. Y ahí existe
una red de complicidades que abarca a empresas estatales, empresas privadas y
crimen organizado.
El 2012, el gobierno nigeriano inició una campaña
militar contra el huachicoleo. En el
primer año detuvo a dos mil sospechosos, expropio 30 mil bidones de productos y
capturó cientos de barcos y botes de aprovisionamiento. Pero la práctica no se
ha detenido, porque quienes se dedican a esta práctica ganan entre 50 y 60
dólares al día, mientras el grueso de la población gana 7 dólares al día.
Hasta aquí el caso de Nigeria y Ghana, los dos
principales países africanos en donde se registra el huachicoleo. Una de las
diferencias con México es que allá se inició esta actividad cuando la intención
era consolidar y fortalecer a las empresas privadas y públicas petroleras,
mientras que aquí se inició cuando la política del gobierno parecía ser
debilitar a Pemex a toda costa.
Por eso digo que la principal sangría no es el
huachicoleo, sino la salida de divisas para importar petróleo crudo. En este
sentido, hoy el INEGI presentó su reporte sobre la balanza comercial al cierre
de noviembre y van 50 mil millones de dólares de productos petroleros que
compramos en el exterior en este año.
Con huachicoleo, importaciones petroleras y reforma energética
se intentó matar a Petróleos Mexicanos. Ojalá el nuevo gobierno la rescate. Dice
el filósofo del metro: Del oro negro solo queda lo negro de la corrupción; el
oro está perdido.*Comentario para Radio Educación/ 28 de diciembre de 2018