Aunque tengan las
mismas letras, no es lo
mismo mezcal que mezcla.
No a la norma 199
El martes pasado, campesinos, productores, pequeños
industriales, agaveros y maestros mezcaleros de Oaxaca iniciaron una jornada
nacional en defensa del mezcal tradicional. Concretamente lo que piden es que
se frene una norma que propuso la secretaría de Economía que tiene un
larguísimo nombre, pero que puede sintetizarse en la Norma 199.
Resulta que, desde un escritorio y con el apoyo de
las grandes empresas transnacionales, esta norma pretende, de un plumazo
eliminar el mezcal tradicional y despojar a campesinos, agaveros y productores
familiares, del patrimonio del mezcal que han mantenido a través de los siglos.
Antes de entrar en detalles de lo que significa la
ley, déjenme explicar un poco lo que sucede con el mezcal.
Por una parte, existe una especie de boom mezcalero
en el cual el consumidor está optando por esta bebida, en lugar del tequila,
por considerarla más pura y en síntesis más tradicional.
Paralelamente a esto boom, la industria tequilera,
en su mayor parte transnacional ha recurrido a comprar agave espadín, silvestre
o de las muchas variedades con que se fabrica el mezcal, para producir tequila,
en sus fábricas, lo que ha afectado gravemente a los productores de mezcal.
Otro de los fenómenos que se han presentado es que
vividores, entre ellos el hermano del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, han
encontrado en el boom del mezcal una mina de oro, porque compran a granel el
litro del destilado a 30 pesos, lo embotellan en envases vistosos y lo venden hasta en 900
pesos el litro, sin beneficio para los mezcaleros de Oaxaca, Guerrero, Durango,
San Luis Potosí, Zacatecas o Tamaulipas, que son los lugares en donde existe la
llamada denominación de origen.
Grandes empresas tequileras han sacado productos
similares al mezcal. El ejemplo más claro es el de tequila Herradura que lanzó
su producto llamado directo del alambique, el cual conserva precisamente el
sabor ahumado y a palenque del mezcal tradicional.
Como parte de este boom, se ha presentado también
una adulteración del mezcal por parte de algunos distribuidores. Incluso las
empresas tequileras ya producen más de 50 mil litros anuales de mezcales.
Todo este boom, no ha significado una mejoría de
vida para las familias que son las herederas del patrimonio económico, social y
cultural del mezcal.
Ahora, vamos con la nueva norma llamada “PROY-NOM-199-SCFI-2015,
“BEBIDAS ALCOHÓLICAS – DENOMINACIÓN, ESPECIFICACIONES FISICOQUÍMICAS,
INFORMACIÓN COMERCIAL Y MÉTODOS DE PRUEBA”.
Esta norma fue elaborada por las grandes empresas.
Me consta porque la primera que le dio el visto bueno, aún antes de que
estuviera totalmente redactada fue una organización llamada Comisión para la
Industria de Vinos y Licores , que está presidida nada menos que por un
representante de la tequilera Cuervo.
La norma pretende eliminar al mezcal, al grado de
que en las 81 páginas de documento, solo destina 21 palabras al mezcal, mientras
destina miles de palabras a otras bebidas incluso sin tradición en México como
la shilovitza, una bebida de Bosnia Herzegovina.
Paralelamente, la norma intenta crear una nueva
bebida llamada Komil, a la que dedica amplio espacio y hasta define sus cinco
categorías. Resulta que muchos de los maestros mezcaleros por sus características
están incluidos en lo que será la bebida komil, por lo que tendrán prohibido usar
la palabra mezcal e incluso la palabra
agave.
La norma, repito, redactada desde un escritorio con
el apoyo de las grandes empresas transnacionales, pretende, según los maestros
mezcaleros, despojar a los herederos de la tradición del mezcal tradicional
para dejar la industria en manos de las grandes empresas.
Hay que recordar varias cosas. Primero, el tequila
es un mezcal que históricamente se ha producido en haciendas. El mezcal
tradicional se produce por manos campesinas y en pequeñas destilerías
familiares. Por eso, la jornada que inició hace unos días lleva por título NO a
la Norma 199. Como dice el filósofo del metro, aunque tengan las mismas letras
no es lo mismo mezcal que mezcla.
*Comentario para Radio Educación/ 1 de abril de 2016