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Friday, August 31, 2018

El filósofo del metro dice:

Lo único que el periodista no
sabe redactar son sus derechos

Con AMLO, se privilegiará la 
información sobre mercantilismo


Roberto Fuentes Vivar*

Algo raro está sucediendo en los medios de comunicación, en donde los propietarios mediáticos han comenzado a mostrar una especie de pánico ante lo que pueda suceder en los próximos años.
Quizá la razón de este temor es que en los documentos de comunicación social del próximo gobierno se expone como el principal objetivo de la nueva política, textualmente “Desvincular la comunicación de los ciclos y lógicas mediáticos mercantiles”.
En el primer documento público sobre comunicación social del equipo de Andrés Manuel López Obrador se expone que en los últimos tres sexenios se gastaron al menos 106 mil millones de pesos para generar y difundir la imagen personal de los gobernantes, lo que trajo como consecuencia un alejamiento de la sociedad con el quehacer público.
Ante esto, el documento indica que en los próximos años se privilegiará la información para la gobernabilidad y se impedirá el derroche del gasto para lucimiento personal de personajes de los tres Poderes de la Unión.
Este cambio en los principios comunicacionales –dejar atrás la lógica mercantilista para privilegiar la información- es la que tiene atemorizados a los propietarios mediáticos que ya han iniciado una serie de despidos masivos como en Milenio en donde se calcula que han sido cesados más de 100 periodistas y ayer Reforma daba a conocer la salida de personajes como Lorenzo Meyer y José Woldemberg. Se rumora que a la ola de despidos se sumarán El Heraldo y otros medios impresos y audiovisuales, además de que ya ha habido recorte de personal en como organización Editorial Mexicana y los grades como televisa y TV Azteca.
El panorama económico de los medios, por lo menos hasta el momento no es tan aterrador. De acuerdo con el INEGI, al cierre del primer semestre del año, los ingresos del sector de información en medios masivos crecieron 2.8 por ciento (aunque algunos rubros como la producción televisiva crecieron 170 por ciento), pero el personal ocupado se redujo 1.8 por ciento y las percepciones disminuyeron 8.7 por ciento.
Esto quiere decir que, desde antes de que Andrés Manuel López Obrador resultara electo, ya se habían iniciado los despidos y se habían reducido las remuneraciones.
Al respecto, en una investigación propia, sobre las cifras absolutas y no porcentuales del INEGI, encontré lo siguiente:
En el sector de medios de información hay 217 mil 438 trabajadores, de los cuales 141 mil 013 dependen de la razón social para la que laboran.
En periódicos, 15 mil 127 (con 10 mil 429 dependientes).
En revistas, dos mil 080 (475 dependientes).
En producción de TV, 498 trabajadores (113 dependientes)
En radio, 10 mil 158 (seis mil 288 dependientes)
En transmisión televisiva, 15 mil 145 trabajadores (737 dependientes).
En producción de tv por cable, 618 (505 dependientes).
En agencias de noticias, mil 159 (564 dependientes)
En contenidos por de internet, 694 trabajadores (40 dependientes).
Paralelamente hay alrededor de seis mil trabajadores mediáticos que no reciben salario.
Estas cifras dan una idea de la indefensión en que se encuentran los trabajadores de los medios, pues alrededor de la mitad (y en algunos casos hasta el 90 por ciento) no dependen del medio, sino que trabajan por la vía de la subcontratación y en la mayoría de esos casos no cuentan con las prestaciones de ley.
Lamentablemente los medios privados operan precisamente bajo la lógica mercantilista que mencionan los asesores de López Obrador. Por eso, en vez de reinventarse para buscar nuevas opciones de operación y financiamiento recurren a los despidos ante la posible caída de la publicidad del sector público.
En términos generales, la situación del gremio periodístico es preocupante porque los propietarios mediáticos no se tientan el corazón ante los despidos. Dice el filósofo del metro: Lo único que el periodista no sabe redactar son sus derechos.

*Comentario para Radio Educación/31 de agosto de 2018

Friday, August 24, 2018

El filósofo del metro dice:

Pagar más por menos
también es inflación

Nueva metodología del INPC
sigue alejada de la sociedad

Roberto Fuentes Vivar*


Los dos últimos días han sido bastante negativos para el gobierno de Enrique Peña Nieto, porque se está acercando cada vez el final de su sexenio y dos de las principales variables macroeconómicas se encuentran peor de lo que se esperaba.
Esta mañana se dio a conocer que el Producto interno Bruto descendió 0.2 por ciento en el segundo trimestre del año, el doble de la caída que el propio INEGI había anticipado y que mostraba una baja de 0.1 por ciento.
Mientras tanto, ayer se dio a conocer la inflación de la primera mitad de agosto con un nuevo año base y con un nuevo modelo de medición. La cifra del aumento en el Índice Nacional de Precios al Consumidor fue de 4.81 por ciento y sorprendió a todos los analistas que esperaban un dato menor.
Con estos dos datos, la inflación y el producto Interno bruto, se confirma que el gobierno de Enrique Peña Nito va a tener uno de los peores desempeños de los más recientes sexenios con un crecimiento de la economía anual promedio de apenas 2.0 por ciento y una inflación anual superior a 4 por ciento, lo que ubica a este sexenio con menor crecimiento y mayor aumentos de precios que con Vicente Fox y Felipe Calderón.
Luego de esta introducción general, quisiera referirme al caso de la inflación y su nueva forma de medirla. En primer lugar, la nueva medición abarca más productos: 299 genéricos en vez de 283, también incorpora 10 productos y nueve ciudades más.
Esto, en principio podría considerarse alentador para que la sociedad viera reflejada la situación familiar en la carestía medida por el Indice Nacional de Precios al Consumidor.
En este sentido sí existen algunas cuestiones que muestran una realidad, como el aumento a las colegiaturas que subieron 5.10 por ciento y registraron la mayor alza en 10 años. Sin embargo, los padres de familia que tuvieron que hacer esfuerzos para mandar a sus hijos a una escuela particular se preguntan: ¿realmente subieron solo cinco por ciento las colegiaturas? porque su bolsillo resintió un golpe bastante mayor.
Otro de los elementos que más suben son los energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno que tan solo en los primeros quince días de agosto su variación anual fue de 13.51 por ciento. Los usuarios de luz se ríen de esta cifra, pues, por ejemplo, los recibos de luz siguen llegando cada vez más caros.
Desde luego hay muchos productos de la canasta básica y agropecuarios cuyas alzas significan un duro golpe al bolsillo, como la cebolla (27.78 por ciento), el limón (17.62 por ciento), el jitomate (12.78 por ciento) y el aguacate (3.29 por ciento).
Y hay otros en los que las empresas hacen trampa para que los aumentos no repercutan en la inflación. Un caso concreto es el de los servicios de telecomunicaciones. Según el INEGI, en la primera quincena de agosto, estos servicios bajaron su precio 0.37 por ciento y muestran una baja de caso 0.5 por ciento en un año.
La realidad es que los servicios de telefonía móvil han aumentado 100 por ciento en un año. Y aquí van los datos duros de este caso específico. Para empezar hay que señalar que el 80 por ciento de los 117 millones de líneas de telefonía móvil, son de usuarios de prepago.
Hace un año, un plan de prepago de 100 pesos cubría llamadas ilimitadas por 30 días. Hoy, sólo sirve para 17 días, es decir que el precio aumentó en casi 100 por ciento. Curiosamente estos aumentos se presentan en todas las marcas de telefonía, es decir Telcel, Movistar y AT&T. Incluso hay algunas que por 100 pesos sólo dan 10 días de servicio.
De acuerdo con un estudio de hace algunos meses de Competitive Intelligence Unit (CIU), lo que deja cada persona a los operadores telefónicos, es de 125 pesos mensuales, lo que ocasionó que en el segundo trimestre del 2018, los ingresos de las operadores llegaron a 70 mil 562 millones de pesos, lo que significó un crecimiento anual de 11.2 por ciento.
Hay que aclarar que la telefonía móvil pasó de ser un lujo a convertirse en una necesidad. Y, desde luego este aumento de precios no se refleja en la inflación, como muchos otros precios y tarifas que suben, pero no cuentan, ni con la nueva metodología de medición. Dice el filósofo del metro: dar menos por más también es inflación.


*Comentario para Radio Educación/24 de agosto de 2018

Friday, August 17, 2018

El filósofo del metro dice:

El abuso transnacional
es producto neoliberal

¿Detendrá AMLO actitudes
como la de VW de Puebla?

Roberto Fuentes Vivar*


Todavía faltan más de tres meses para que tome posesión como presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y una de las preguntas que prevalece en el ambiente político y económico del país es si realmente acabará con los vicios que la política neoliberal ha generado en México.
Al respecto, de repente hay señales encontradas. Por ejemplo en el caso del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, en donde parece ser que la decisión, se construya donde se construya, es que la iniciativa privada tendrá una gran tajada.
Otra de las señales enfrentadas es que ayer López Obrador se reunió por casi 10 horas con los miembros del Consejo Mexicano de Negocios y todos salieron contentos y hasta la foto se tomaron. Sin embargo, López Obrador no se ha reunido con los microempresarios que están en contra de las políticas neoliberales.
Por el lado contrario, hoy aparece una entrevista en El Universal con Yeidkol Polensky en la cual la dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional asegura que definitivamente no habrá posturas neoliberales, en el gabinete del próximo presidente de la República.
Paralelamente también fue designado Ignacio Ovalle al frente de la oficina de seguridad alimentaria de México, mientras que se ha negado el acceso a López Obrador, a los organismos campesinos contrarios al neoliberalismo.
Y en todo este entorno de si se mantendrán o no las políticas neoliberales en el próximo sexenio, hay un caso que ejemplifica muy claramente los excesos del neoliberalismo en México: el de la empresa alemana Volkswagen en Puebla.
Este caso y también el de la otra empresa alemana ubicada en Puebla, la Audi, ilustran cómo se privilegian los intereses de una empresa transnacional y hasta a algunos políticos mexicanos por sobre los campesinos y hasta sobre la seguridad alimentaria.
El affaire Volkswagen es inédito en el país. Resulta que desde hace varios meses la empresa automotriz comenzó a bombardear las nubes para impedir que el granizo caiga sobre sus depósitos de autos, lo que ha ocasionado que la lluvia deje de caer sobre las siembras de al menos tres municipios cercanos.
Concretamente la empresa se queja de que en 2017 el granizo les ocasionó pérdidas por 20 millones de dólares, mientras los campesinos de Cuautlancingo, Coronango y algunas comunidades rurales de la capital poblana demanden una indemnización de 70 millones de pesos, porque dicen que hay dos mil hectáreas de cultivos afectadas por los cañones antigranizo de la automotriz.
La empresa ha reconocido que utiliza estos cañones a los que llama “dispositivos sónicos antigranizo”. En total cuenta con tres de estos aparatos. Incluso circula un video en el cual se pueden escuchar detonaciones cada 10 segundos.
Al respecto varios académicos poblanos han señalado que los bombardeos a las nubes sí modifican el ciclo natural de las lluvias tan necesarias para la agricultura, mientras que académicos de la UNAM señalan que se trata de un “mito”.
Lamentablemente, los cañones sí existen y sí son reconocidos por la empresa, que argumenta tener permiso para su utilización por parte del gobierno del estado. El gobierno federal hasta el momento no se ha manifestado al respecto y la empresa sigue bombardeando nubes, ante el enojo de los campesinos que ya han tomado carreteras y han hecho plantones en la entrada de la fábrica automotriz.
Otro de los abusos de las transnacionales automotrices es el de la alemana Audi también en Puebla.  Su instalación costó a los mexicanos casi 10 mil millones de pesos de las arcas públicas. Ahora se pretende ubicar al municipio de San José Chiapa (donde está instalada la planta) de las zonas económicas especiales y según una investigación de la Jornada de Oriente se prevé privatizar al agua afectando a los campesinos de una de las principales zonas maiceras del país. Quizá la única beneficiaria será la ya gobernadora electa de Puebla, Martha Erika Alonso, quien es propietaria de casi 123 hectáreas cercanas.
Estos son algunos ejemplos del abuso neoliberal a favor de las transnacionales y en contra del campo. La pregunta es si el próximo gobierno los frenará, porque ese fue el mandato que los mexicanos dieron a López Obrador. Dice el filósofo del metro: el abuso transnacional es el fruto neoliberal.


*Comentario Para Radio Educación/17 de agosto de 2018

Friday, August 10, 2018

El filósofo del metro dice:

La esperanza
también se cansa

La ilusión del joven
se convirtió en añeja

Roberto Fuentes Vivar*

El próximo domingo se celebra el Día Internacional de la Juventud y en México decir juventud es sinónimo de desesperanza y de población de alto riesgo para suicidios, asesinatos y emigración, por no mencionar el más común de los flagelos que es el de la drogadicción y el alcoholismo.
Lamentablemente, en nuestro país, la juventud es el más claro reflejo del fracaso de las políticas neoliberales que se han adoptado en las tres décadas más recientes. Al respecto nada más basta ver las cifras oficiales.
Los datos son apabullantes y aterradores.
En 10 años han sido asesinados 50 mil jóvenes de 18 a 29 años
Una de cada tres presos que se encuentra en las cárceles mexicanas se encuentra en ese rango de edad, es decir que hay 40 mil jóvenes encerrados por haber cometido algún delito
También uno de cada tres suicidios en México se presenta entre jóvenes de 17 a 29 años.
Uno de cada dos migrantes internacionales, se encuentra ese rango de edad.
¿Por qué se presentan estas estadísticas en las que se demuestra que la juventud es el sector de la población más vulnerable del país?
La respuesta es muy sencilla y es dada por el INEGI en su más reciente estudio relacionado precisamente con el Día Internacional de la Juventud:
El 70 por ciento de los jóvenes no asiste a la escuela y el 51 por ciento no encuentra trabajo. Esto lleva a una estadística todavía más grave:
En 2015, datos de la Encuesta Intercensal muestran que casi 50 por ciento de los jóvenes 25 a 29 años de edad cuentan con secundaria o un nivel de escolaridad menor.
Quizá el mayor ejemplo de cómo la población juvenil es rechazada del sistema, es que hace unos días, la UNAM dio a conocer los resultados de su examen de admisión en el cual sólo acepto a poco más de seis mil estudiantes, mientras que casi 70 mil fueron no aceptados.
¿Qué sucede a nivel familiar cuando un joven es rechazado de la UNAM? Generalmente, las familias tienen que buscar otras opciones, la mayoría privadas, que ocasionan una enorme sangría para las familias, pues se requieren cantidades que oscilan entre ocho y 25 mil pesos mensuales para poder acceder a universidades particulares.
La otra opción es, como se dice coloquialmente, ponerse a trabajar. En este sentido, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en los primeros meses de este año, la población joven No Económicamente Activa es de 15 millones de jóvenes de 15 a 29 años.
En cuanto a los que se encuentran activos laboralmente y tienen un trabajo, casi nueve millones se emplean en el sector informal. Los datos indican que, al contrario, solo 8 de cada 100 personas que se ocupan en el sector formal de la economía son jóvenes de menos de 29 años.
Para colmo, la vulnerabilidad de la población juvenil se puede observar en la carencia de prestaciones laborales, casi nueve de cada 10 personas jóvenes de 15 a 29 años (85.3%), no goza de prestaciones laborales y sólo uno de cada 10 si las tiene, pero no siempre cuenta con servicios de salud.
Para colmo, los jóvenes, tanto en la formalidad como en la informalidad, son los peor pagados. En la informalidad, por ejemplo, hay más de un millón y medio de jóvenes que no percibe ingresos, mientras que solo hay otro millón y medio que recibe entre dos y tres salarios mínimos. La mayoría gana entre uno y dos salarios mínimos, lo cual no les permite por ejemplo sufragar los gastos de una universidad privada.
Espero no haberlos cansado con tantas cifras, pero creo que las estadísticas ilustran porqué en México la juventud es sinónimo de desesperanza. Ojalá en el próximo sexenio mejore la situación para ellos que en buena medida fueron quienes le dieron el triunfo a Andrés Manuel López Obrador. Ojalá no los defraude, porque la realidad ya lo hizo. Dice el filósofo del metro: En México, la ilusión joven ya se volvió añeja.

*Comentario para Radio Educación/10 de agosto de 2018





Friday, August 03, 2018

El filósofo del metro dice:

En Pemex y la CFE
se socializan pérdidas
y privatizan ganancias

Lamentables, las empresas
improductivas del Estado

Roberto Fuentes Vivar*


Hace unos días, Andrés Manuel López Obrador presentó una ampliación de los ejes fundamentales de su política energética y anunció el nombramiento de Octavio Romero Oropeza y Manuel Bartlett Díaz, como director de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, respectivamente.
Más allá de si son o no los personajes idóneos para ocupar estos cargos, ambas paraestatales, desde que fueron renombradas como Empresas Productivas del Estado, se han vuelto improductivas, muestran un alto nivel de endeudamiento y parece ser que la idea de los gobiernos neoliberales era llevarlas a la quiebra.
Por eso, no es coincidencia que el mismo día que López Obrador anunciaba esos nombramientos, Pemex y la CFE presentaban sus reportes financieros a la Bolsa Mexicana de valores, en donde destacaron las pérdidas conjuntas por 191 mil millones de pesos en el segundo trimestre.
Y aquí vale la pena comparar la situación de las dos empresas en un año. Pemex registró entre abril y junio una pérdida neta de 163 mil millones de pesos. El año pasado había tenido utilidades por 32 mil 780 millones de pesos. En el caso de la CFE, hace un año perdió 10 mil millones y en el mismo periodo de este año las pérdidas subieron a 39 mil millones de pesos.
A las pérdidas se suma su deuda. En conjunto, ambas deben más de dos billones de pesos de deuda, de los cuales, casi 100 mil millones de dólares son de deuda externa y 390 mil millones de pesos son de deuda interna. Tan solo este año, tienen una disposición de endeudamiento por 340 mil millones de pesos. De hecho, para este año, solo Petróleos Mexicanos solicito un endeudamiento exterior superior al del Gobierno Federal.
Para el año entrante, si se cumplen los planes de Andrés Manuel López Obrador, seguramente aumentaría la deuda de las dos empresas, pues, analistas de BBVA Bancomer calculan que los planes energéticos del próximo gobierno significarán 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto.
A todo esto surge la pregunta ¿Por qué Pemex y la CFE pierden y además se endeudan? La respuesta es muy sencilla, porque han dejado de ser productivas y se enfrentan a depredación financiera. Pemex cada día produce menos y la CFE incluso compra más energía a particulares.
Y en medio de todo se encuentra la depredación de estas empresas del estado por parte de empresarios. El caso más escandaloso es el de la Comisión Federal de Electricidad. Desde hace varios años inició el programa de cambio de medidores o wattorímetros, perjudicando así a millones de usuarios que han visto cómo bimestralmente sube su recibo de luz.
El negocio ha sido redondo para el empresario Carlos Peralta, del grupo Atlacomulco, quien en este sexenio ha obtenido contratos por 12 mil millones de pesos por estos medidores. El mayor cinismo se presentó cuando a principios de este año, las empresas de Peralta obtuvieron una nueva adjudicación, a pesar de que estos consorcios estaban bajo investigación de la Comisión de Competencia por prácticas monopólicas.
Es decir que aún con una empresa con pérdidas y endeudada se recurrió a un contrato poco transparente, para favorecer a un proveedor que es uno de los principales aliados del PRI, al grado de que la esposa de Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, anunció que IUSA la empresa de Peralta construiría 100 casas para damnificados de los sismos de septiembre pasado.
No sé si Romero Oropeza y Bartlett sean las personas idóneas para sus futuros cargos, pero lo cierto es que urge frenar la depredación a favor de empresarios amigos, para convertirlas ahora si en empresas productivas y no improductivas. Dice el filósofo del metro: En Pemex y CFE Basta de socializar pérdidas y privatizar ganancias.

*Comentario para radio Educación/ 3 de agosto de 2018

 
EL SENDERO DEL PEJE senderodelpeje.comNoticias sobre Andrés Manuel López Obrador y la política mexicana hacia el 2006